Óscar F. L., El Faroles de Ejea, negó ayer cualquier relación con el medio kilo de speed que apareció diseminado por los patios de sus vecinos, parte del cual fue ingerido por un perro que sufrió una intoxicación. Nadie le vio tirarlo, pero sí, según declararon algunos vecinos ayer, en su juicio en la Audiencia Provincial de Zaragoza, le observaron saltar de tapia en tapia. Una de ellas incluso le dio un vaso de agua y le sacó a la calle tras aterrizar en su corral.

Fiscalía pide para él cuatro años de prisión, fundamentalmente por la anfetamina, ya que las pequeñas cantidades de marihuana de su domicilio, como señaló su abogado, Javier Notivoli, no darían para tanto. Él explicó que le llamó la Guardia Civil, para un registro en su casa, y le dijo a su encargado de obra que le parase antes de llegar, para que no le viera arrestado.

Sin embargo, el ministerio público cree que eludió el cordón policial entrando por detrás, recogió la droga y la dispersó por los corrales.

MOTES

El mote de Óscar, Faroles, dio nombre a una operación que, en verano del 2012, acabó con once detenidos en las Cinco Villas. Pero la falta de pruebas --no encontraron mucha droga a los presuntos traficantes-- terminó por dejar a los acusados en cuatro. Y uno de ellos, Ismael A. S., falleció en el accidente de la acequia de Sádaba este verano.

Junto al Faroles se sentaron en el banquillo otro presunto traficante, Diego S. G., al que le encontraron algo de marihuana en una casa, semiabandonada. Y un primo segundo del principal acusado, Rubén L. C., al que sí encontraron más de un kilo. Sostuvo que era para autoconsumo.

"Yo planté una mata y aquello se me fue de las manos", se justificó. Aseguró que los nombres y cantidades que tenía en una libreta no eran clientes, sino "motes" que le ponía a las mezclas de hierba que hacía "para infusiones" de marihuana.