Este pasado jueves, una nueva sala de exposiciones abrió sus puertas en la capital aragonesa justo en los bajos del hotel Meliá, donde antaño hubo renombradas lanzas de empaque gastronómico y que ahora se estrena como espacio artístico con la obra reciente de Manuel Medrano.

Manuel, arqueólogo y profesor, historiador y cronista, polifacético y poliédrico divulgador de la vida artística aragonesa como pocos, a través de su completo y seguidísimo blog, de tribunas digitales como El Pollo Urbano, o en su intensa colaboración en la Asociación de Artistas Plásticos Goya junto a Maria Antonia Díaz, aparcó por un día su pluma generosa y precisa para abrir al mundo sus visiones, composiciones fotográfico-digitales y acrílicos de poética fluorescencia que nos invitan a descubrir océanos mágicos y mitológicos abriendo mente y espíritu, imbricando razón y pasión .

Visiones en pequeño pero intenso y lumínico formato que fueron arropadas esa tarde inaugural por muchos amigos de Medrano: los artistas Arrudi, Salvador Dastis, Oleg Shvok, Julia Reig, Ángel Lain, Damace, Francisco J. Marco, el alma de El Pollo Urbano, Dionisio Sánchez, el crítico Manuel Pérez Lizano o el presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis, Domingo Buesa, fieles amigos y muchos más que quisieron compartir la particular mirada de este artista que, ya desde las colectivas del K-Pintas, nos avanzaba retazos de su intensa búsqueda, de un sorprendente escenario mítico que su ojo de Horus sintetiza, y que su amiga y vicepresidenta de los artistas plásticos Goya, Mariela García Vives tuvo a bien presentar al público asistente.

Medrano y sus visiones, buena receta para una sala que nace en unos bajos con solera, en un hotel coronado de cesaraugusta historia donde la memoria nos evoca pasados de una muy buena mesa.