-¿Tras la noche electoral se imaginaba que Podemos podía tener este papel protagonista en la conformación del Gobierno a estas alturas?

-La noche electoral desde luego que no, la izquierda no daba mayoría y teníamos la sensación de que el partido ya estaba jugado, que las cuatro derechas sumaban y ya estaba todo hecho. El giro del PAR que nos ha abierto esta posibilidad era una opción que nadie esperaba.

-¿Por qué se niegan a concretar, al menos públicamente, qué consejerías quieren, si dejan tan claro que quieren alguna?

-Nosotros lo que queremos es que las conversaciones con el PSOE tengan la misma seriedad que con el PAR o CHA, pero no lo están siendo porque se nos impone un veto que no se nos aclara ni se nos explica. Seguimos diciendo que queremos un Gobierno a cuatro.

-Pero siguen sin concretar los puestos.

-Es que, como no ha habido conversaciones serias, tampoco hemos podido hacerlo. Lo que sí hemos pedido son políticas concretas y la garantía de que se cumplan, y la mejor forma de garantizarlo es controlarlo nosotros desde el Gobierno.

-¿Se niegan a negociar por separado investidura y Gobierno, como pide públicamente el PSOE?

-Es que es una falsedad eso de que invistas a un presidente, eso en la calle no se lo cree nadie, tú invistes a un Gobierno, hablar de otra cosa es hacerse trampas al solitario. Hay que tener seriedad política, buscamos garantías a cuatro años, las urnas han colocado a cuatro fuerzas en la posición de tenernos que entender y ceder para formar un Gobierno genuinamente nuevo.

-¿No les basta como explicación con que el PAR, que es clave, no les quiera en el Gobierno?

-Cada uno tendrá que hacer cesiones en su programa, dejar de lado algunas cuestiones y reforzar las que nos unen, no tiene sentido que se excluya a nadie si se quiere un Gobierno estable. Estoy de acuerdo en que el PAR es clave y ha hecho posible llegar a esta situación. Pero una vez en ella y después de la formación del Gobierno seguirán haciendo falta 34 síes para aprobar las iniciativas en las Cortes durante la legislatura. Todos hemos de sentirnos cómodos con las decisiones que se adopten y en el Gobierno que se forme.

-¿No deberían descartar ustedes también gobernar con una fuerza de centro-derecha?

-La política no es el ejercicio de lo que uno desea, es hacer de lo posible algo virtuoso. También es una cesión por parte de Podemos que el PAR esté en el Gobierno, pero el único veto es Vox. Hay que entender el momento histórico y los ciudadanos necesitan soluciones.

-¿No cree que estos ciudadanos están hartos del inmovilismo?

-Hay cierto hartazgo con la clase política por no solucionar los problemas de la gente, lo que tenemos que hacer es dejar de anunciar medidas y comenzar a aplicarlas.

-¿Dan por sentado que el PAR permanecerá fiel al PSOE si la situación no avanza?

-Yo me fío de lo que dijeron los propios líderes del PP y Ciudadanos, que dieron esta opción por cerrada. Aunque también es cierto que la derecha es poco de fiar.

-¿Que el PSOE y el PAR intentasen primero atraer a Ciudadanos está pesando en la negociación?

-Para nada. Cualquiera que haya estado siguiendo la trayectoria de Lambán en el último año y medio se lo podía esperar. Nosotros no nos vamos a hacer los ofendidos por ser segundo plato de nadie.

-¿Descartan los segundos niveles de Gobierno que les ha ofrecido Lambán?

-No está nada cerrado, pero el PSOE y el PAR tienen una posición compleja para explicar qué va a pasar en el Consejo de Gobierno que no quieren que Podemos vea, no hay una razón lógica. Si nos convencen no nos cerramos, pero nosotros seguimos animando a probar cosas nuevas porque estamos en un momento histórico.

-¿Si desconfían de lo que se pueda urdir en el Gobierno, por qué quieren asociarse con partidos de los que no se fían?

-La desconfianza se produce cuando no nos dejan ocupar espacios que las urnas nos han dado. Si no podemos construir un Gobierno con confianza, por lo menos tengamos palabra.

-¿Entienden que el PSOE está organizando una campaña de presión social para forzarles a mover ficha?

-(Sonríe) No sería la primera vez que el PSOE entra en el juego de a ver quién es más culpable. Respeto la estrategia, pero la responsabilidad es compartida. En las reuniones con organizaciones sociales, nuestra militancia y la ciudadanía, lo que percibimos es ánimo para entrar en el Gobierno, más apoyo que presión.

-¿Con todo esto, siguen confiando en que las negociaciones prosperarán o se ve más cerca repetir elecciones?

-Yo confío en que se impondrá la lógica y el deseo común de que no gane poder un partido que sigue diciendo barbaridades sobre los homosexuales y los inmigrantes. La ciudadanía no entendería una repetición electoral, pero eso es algo que no está solo en nuestras manos.

-¿Por qué es tan malo reunirse con Lambán paralelamente a los comités negociadores?

-Es una cuestión de formas, ese puenteo a los equipos negociadores es más propio de la política tradicional, de que los de arriba se apañan todo, cuando hay unas reglas de juego establecidas con los equipos negociadores que se han formado.

-¿Si se desbloquea la situación en Madrid lo hará también aquí?

-Creo que la ciudadanía no entiende que se vete un Gobierno de coalición que se da en muchos países europeos, Pedro Sánchez debería hacer caso, ya no a digo a nosotros, pero por lo menos al CIS. Repecto a las negociaciones nacionales, sentimos un apoyo absoluto de Pablo Echenique, yo personalmente me siento respaldada, pero se respeta a los equipos negociadores de cada territorio. De lo que está pasando en Madrid nos cuentan lo imprescindible.

-¿Cuándo se va de vacaciones?

-(Sonríe) Diría que cuando el Gobierno esté cerrado, pero entonces habrá mucho trabajo, así que las dejaremos para otro año.