Un año más, los dietistas nutricionistas vuelven a alzar la voz en contra del intrusismo y para conseguir mantenerse dentro del sistema sanitario como piezas clave en la sociedad. Son muchos los centros escolares que realizan una adecuada supervisión de los menús, pero no sólo en estos aspectos es esencial la presencia de un dietista nutricionista debido a que también juegan un papel clave como educadores en hábitos alimentarios desde la etapa escolar, a la vez que deben contribuir a realizar menús atractivos, a la par que saludables, para favorecer entornos en los que se instauren hábitos beneficiosos para los más pequeños.

Alba Santaliestra, presidenta del Colegio Profesional de Dietistas Nutricionistas de Aragón argumenta que es «necesario un control de los responsables de los menús escolares en aras a garantizar que sean saludables, mediterráneos, sostenibles y seguros».

En el año 2017 ya se lanzó una campaña para remarcar la importancia de este profesional en diferentes ámbitos como el clínico, investigación y docencia, industria, en salud pública y, por último, en restauración colectiva. Además, según informó la portavoz de la junta del colegio oficial de dietistas nutricionistas de Aragón y trabajadora en el ámbito de la restauración colectiva, Bárbara Pérez, desde el colegio, se han mandado unas cartas informativas destinadas a las diferentes entidades que se encargan de realizar los menús escolares. Dichas circulares detallaban que dichos menús tienen que estar supervisados por los profesionales sanitarios con formación acreditada en nutrición humana y dietética, según detalla la Guía de Comedores Escolares de la comunidad de Aragón, modificada en el año 2013.

Este movimiento surgió debido al conocimiento por parte de estos profesionales de que dichos menús en muchas ocasiones no son tan saludables como se recomienda en la guía nombrada anteriormente, además de no estar supervisados por ellos, sino por otros trabajadores. «Hemos llegado a ver hasta veterinarios, químicos, cocineros y enfermeros firmando menús escolares y de residencias», explicó Pérez.

Ante esta situación, surge la necesidad de dar visibilidad a la labor del dietista nutricionista en la restauración colectiva, que se puede encargar de planificar los menús de diferentes colectivos, adaptarlos a las necesidades especiales como alergias e intolerancias, gestionar las compras de una empresa y su distribución y emplatado, la implantanción del sistema de seguridad alimentaria con formación al profesional de cocina y comedor en el ámbito de la higiene y nutrición, así como diseñar proyectos educativos a nivel escolar. «Somos un grupo desconocido pero obligatorio», puntualizó Pérez, que aseguró que tan solo en torno al 20% de los colegiados aragoneses trabajan en el ámbito de la restauración colectiva.