Rafael lleva lustros al frente de su kiosco de flores en la plaza Salamero. Hoy, mientras una excavadora comenzaba a vaciar los parterres que rodean su puesto, afirmaba que «lo veía venir», refiriéndose al hundimiento del aparcamiento. «Esto lleva aquí 50 o 60 años, y como todo lo que es viejo necesita que lo arreglen de vez en cuando», comentaba. Por el momento, a él no le han comunicado que vaya a tener que cerrar para que puedan acometerse los trabajos de reparación, ya que su kiosco no está justo encima de la zona afectada.

Otro hombre que se acercaba a comprarle admitía desconocer lo que había sucedido. «Cuando bajo al centro siempre vengo a este aparcamiento (al de Salamero), pero hoy he tenido que dejarlo en el de César Augusto. Sinceramente no había notado que el párking pudiera estar en tan mal estado», declaraba.

En un banco, tres jubilados hablaban sobre lo que sucedía ante ellos. «Hasta hace nada han estado sacando tierra», aseguraban. Según ellos, el problema ha podido estar en el peso que aguantaban los pilares del aparcamiento, tal y como apuntan los primeros estudios de los técnicos. «Los árboles pesan mucho, y con lo que ha llovido la tierra se ha empapado, y eso pesa también un montón», argumentaban. Otro vecino explicaba también que la fuente de la plaza llevaba tiempo sin funcionar. «Yo creo que había un problema de infiltraciones, porque esto lo regaban muy poco. Mira como está la hierba», señalaba. Habrá que esperar para conocer el motivo real del hundimiento.