Mientras la tramitación de la ley de eutanasia empieza a dar sus primeros pasos en el Congreso de los Diputados, en Aragón ya hay más de 400 personas que han manifestado explícitamente su deseo de acogerse a este proceso para decidir el momento de su muerte. Y lo han hecho a través del documento de voluntades anticipadas, también conocido como testamento vital.

Según el registro de datos, al que ha tenido acceso este diario, desde el 2004 —cuando se puso en marcha este sistema— y hasta el 2019 figuran 402 declaraciones de petición de eutanasia. Esta opción se presenta en el texto de voluntades para que, en caso de que fuera regulado este derecho, el usuario especifique su elección.

Los más de 400 aragoneses que así lo han manifestado son el 4% de los 10.226 documentos de voluntades anticipadas que actualmente están activos en el registro de la DGA, pero la cifra ha aumentado en el último año. De hecho, en marzo del 2018 había 176 declaraciones expresas de eutanasia, mientras que a finales del 2019 figuraban ya 402. Esto significa que en algo más de un año hay 226 personas nuevas que lo han precisado. Es decir, el doble. No hay un motivo concreto que argumente este incremento de manifestaciones de acogerse a la eutanasia en Aragón, pero lo cierto es que cuánto más se difunde la existencia de una Ley de Muerte Digna en la comunidad, aprobada en el 2011, más interés suscita en la ciudadanía.

RÉCORD DURANTE EL 2019 / Precisamente, en los últimos años se ha reiterado la necesidad de explicar y transmitir esta ley entre diferentes partidos políticos y colectivos como la Asociación Derecho a Morir Dignamente. Esa acción, unida a las campañas informativas puestas en marcha por la DGA, también han repercutido en un incremento considerable en los documentos de voluntades anticipadas.

Según los datos, las cifras de estos registros se han duplicado entre el 2012 (primer año íntegro con la ley en marcha en Aragón) y el 2019. Así, hace 8 años había 523 testamentos vitales, mientras que el 2019 terminó con 1.243, la cifra récord hasta el momento desde que se puso en marcha el sistema de voluntades en el 2003.

El aumento es considerable desde la aprobación de la norma de Muerte Digna en Aragón, aunque los primeros años (del 2012 al 2014) la cifra se estancó en unos 530 documentos. Sin embargo, a partir del 2015 la cifra empezó a subir a 691; a 766 en el 2016 y los 941 testamentos del 2017. Se registró una pequeña caída en el 2018, con 907; pero el empujón definitivo tuvo lugar en el 2019 hasta llegar a la máxima cifra registrada: 1.243 inscritos en las voluntades anticipadas.

El cómputo de Aragón fue sincronizado en el 2007 con el Registro Nacional de Instrucciones Previas. Es decir, que un documento entregado en la comunidad puede ser consultado desde cualquier punto de España. Su puesta en marcha supone una relación obvia con la Ley de Muerte Digna de Aragón, que reconoce entre otros el derecho a recibir cuidados paliativos de calidad o el derecho al alivio del dolor. Esta norma establece la obligación de los profesionales de informar y consultar el registro de voluntades anticipadas.

Esta petición se puede realizar ante notario o de forma privada ante dos testigos, teniendo la misma validez cualquiera de los dos métodos, pero siempre es aconsejable entregarlo en el registro oficial, ya que de esta forma se puede garantizar su accesibilidad desde cualquier lugar en el que se reciba asistencia. Para hacer el documento, que no tiene caducidad y puede ser modificado o revocado en cualquier momento, se puede usar el modelo disponible en los centros de salud, servicios de atención al usuario o en la web de Salud Informa.

La mayoría son mujeres, de 66 años y españolas

El registro de voluntades anticipadas del Gobierno de Aragón arroja una fotografía del perfil de usuarios que han solicitado estos documentos. De los datos extraídos entre el 2004 y el 2019 se concluye que de los 10.226 usuarios que figuran en el registro, un 62,4% son mujeres (6.382) y un 37,5% son hombres (3.483). La media de edad de los solicitantes es de 66 años y, en cuanto a la nacionalidad, el 96,6% son españoles (9.880 personas) frente a los 3,3% extranjeros (346 usuarios).

Además de las 402 declaraciones explícitas de eutanasia, destacan que casi 4.600 personas han manifestado que donen sus órganos, mientras que más de 1.000 apuntan que lo hagan a la ciencia. Es decir, para investigación. Figuran también 825 documentos de voluntades anticipadas donde se pide el deseo de no recibir tratamiento hemoterápico (transfusiones de sangre).

Además, hay 608 aragoneses que han solicitado morir en casa y casi 1.500 lo han solicitado en el hospital. Respecto a la asistencia religiosa, la han pedido 1.367 frente a los 1.185 que la rechazan. También hay 3.500 declaraciones de incineración una vez fallecidos y 271 que piden inhumación. El grueso, 10.224 personas, piden cuidados o tratamientos.