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ESTRENO DE LA TELEJUSTICIA

Un juzgado de Barbastro celebra el primer juicio telemático de España

El sistema funciona sin apenas problemas, pero adolece de excesiva lentitud

Un juzgado de Barbastro celebra el primer juicio telemático de España

Un juzgado de Barbastro ha celebrado hoy el primer juicio telemático de España. El fondo del asunto es dirimir si un padre en proceso de divorcio tiene derecho a quedarse con la custodia de su hija menor, alegando que esta corre peligro porque la madre, que la ejerce en la actualidad, trabaja como enfermera y puede transmitirle el coronavirus. Y la forma elegida para visualizar el pleito ha sido el sistema de videoconferencia, que ha demostrado que es capaz de convertirse en una eficaz sala de vistas virtual.

De hecho, solo el juez, el secretario y un auxiliar estaban en la sala, mientras los progenitores permanecían en el exterior, en espacios separados, para evitar riesgos de salud innecesarios. Y el resto de las partes, tanto la fiscal como los letrados de los litigantes, han intervenido desde sus despachos profesionales o sus viviendas. Desde allí, por riguroso turno, han desgranado sus argumentos a favor o en contra de la demanda gracias a una plataforma de conexión puesta en marcha por la DGA.

«Es paradójico que los litigantes, los propios padres de la niña, no hayan asistido físicamente a la sala de vistas donde se celebra un juicio en el que se decide sobre algo tan importante para ellos», señala Xenia Cabello, abogada de la madre, que ha participado en la vista oral desde su despacho profesional en Zaragoza. «El juicio se ha desarrollado a la perfección, sin apenas problemas técnicos, pero creo que este formato diluye el principio en el que se basa la vista oral: la inmediación», explica la letrada.

De ahí que, reconociendo el «gran esfuerzo» técnico que ha realizado la Dirección General de Justicia de la comunidad aragonesa, Cabello confíe en que, con el paso del tiempo y la atenuación del estado de alarma, los actos de la administración de justicia «vuelvan a su estado y medio natural».

A favor del sistema de videoconferencia está el hecho de que es una alternativa, un último recurso, que se ha organizado en un tiempo récord, «solo tres o cuatro días». Pero, al fin y al cabo, se trata de una solución «menos ágil y mucho más lenta» por los límites que impone el hecho de no compartir un espacio físico común.

Los turnos de intervención se respetan escrupulosamente, dice la abogada, que, sin embargo, echa en falta poder ver y escuchar en directo y a la vez a todos los protagonistas. «Hay que reconocer que un juicio por el método tradicional es una puesta en escena más completa», subraya.

La comunicación a través de múltiples pantallas, que ha quedado debidamente grabada, como es preceptivo, hace que «se puedan perder matices de la voz así como expresiones del rostro y actitudes que quizá sean reveladoras».

Con todo, Cabello, pese a estos condicionantes, ha hecho llegar su postura en el caso objeto del juicio y ha pedido al juez que desestime la demanda interpuesta por el progenitor. Este alega que el riesgo de la menor aumenta debido a que la madre ha pasado de jornada reducida a jornada completa, una situación que en breve se revertirá, según la abogada de la madre. Además, ha hecho valer que el razonamiento del progenitor supondría privar de la custodia a muchos padres y madres que combaten el coronavirus en primera línea, desde médicos a miembros de las fuerzas del orden.

Asimismo, ha argumentado que no existe jurisprudencia que avale que el estado de alarma pueda esgrimirse como causa para modificar las medidas impuestas por el juez sobre la custodia de los menores. De hecho, la fiscal ha defendido la misma postura de desestimación de la demanda y ha solicitado que se mantenga la guardia y custodia en la figura de la madre, que ya la obtuvo por decisión judicial en julio del 2019.

Tras la experiencia, el balance que hace Xenia Cabello de lo que denomina «telejusticia» es positivo. «Es que incluso la prueba documental se pudo remitir a la sala antes del juicio por vía telemática», explica. La vista oral se ha celebrado por videoconferencia porque fue ella quien solicitó que así fuera, pues no quería que su clienta se viera perjudicada en sus intereses por la tardanza impuesta por las limitaciones del estado de alarma. «Presenté el correspondiente escrito demandándolo y, ante mi sorpresa, se me concedió», subraya satisfecha.

En cualquier caso, añade, la videoconferencia ya se ha revelado como una herramienta útil para ayudar a la Justicia y, en su opinión, es muy posible que tras el coronavirus siga empleándose para facilitar la tarea de los profesionales del mundo de los tribunales.

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