Más de 15 municipios de las provincias de Zaragoza y Teruel podrían dejar de tener agua potable por la instalación de una explotación de porcino industrial junto al río Aguasvivas, en el término de Huesa del Común, en la provincia turolense. Así lo ha denunciado la plataforma cívica Aguas Vivas y Limpias, explicando al mismo tiempo que pueblos como Moneva, Letux o Belchite, que toman el agua de este río para el abastecimiento doméstico, tendrán problemas para seguir utilizando el agua del grifo debido a la gran cantidad de purines que generan estas explotaciones.

«El río Aguasvivas es muy chiquitito, no lleva casi agua, y esa macrogranja de explotación industrial sobrepasa la capacidad de los campos de absorber y, sobre todo, la capacidad de este río de generar agua», explicaba el portavoz de la plataforma, Pedro Arqued. Se trata de un complejo con capacidad para 3.200 cerdos que estaría situado justo en el centro del gran depósito de aguas freáticas denominado cubeta de Oliete, que surge en el río Martín antes de su paso por Ariño, Albalate del Arzobispo o Híjar.

En el caso de Arqued, natural de Blesa, en Teruel, tiene miedo de que su municipio sufra las mismas consecuencias que otros que ya cuentan con este tipo de explotaciones, lo que supone quedarse sin agua potable en el futuro. «Estamos aprendiendo muchísimo estas semanas de lo que está pasando en otros pueblos cuando una explotación de estas se instala. Blesa será el siguiente. Si esa explotación se pone, en unos meses no habrá agua potable y habrá que buscar acuíferos limpios para poder dar servicio a sus grifos», lamentaba el portavoz de Aguas Vivas y Limpias.

Uno de los principales problemas es la enorme cantidad de purines que esas industrias generan, que se repartirá como supuesto fertilizante por los campos de secano circundantes. Allí, esos residuos se descomponen en gases contaminantes, y en nitratos, que permanecen en el suelo. Los cultivos sólo absorben una pequeña parte de los residuos, y el resto es arrastrado por las lluvias hasta el río, o se filtra al nivel freático, contaminando pozos y manantiales utilizados para consumo humano. Y los nitratos suponen un alto riesgo de cáncer y otras enfermedades, según señalan desde la plataforma.

«Nuestro objetivo es evitar que se ponga esta explotación en una zona cuyos recursos no lo pueden permitir. La DGA nos vende que son explotaciones que vertebran el territorio, que salvan estas zonas de Aragón, pero eso es incorrecto», recalca Arqued, recordando al mismo tiempo que se trata de «pueblos que han perdido gran parte de población, con muchos agricultores y gente jubilada, a los que si añades malos olores y que no hay agua potable, los vecinos se acaban marchando».

La plataforma Aguas Vivas y Limpias ya cuenta con el apoyo de diversos ayuntamientos y asociaciones de pueblos afectados en la zona de este río, y participa en la recogida de firmas estatal que busca promover una moratoria en la concesión de permisos para este tipo de instalaciones hasta que se realice un plan de sostenibilidad realista. El número de firmas recogido es de 3.000, aproximadamente, en apenas unas semanas de funcionamiento.