La Diputación Provincial de Huesca (DPH) ha contratado con la asociación de profesionales del mundo natural y audiovisual Ueco la instalación de cinco cajas nido de aves rapaces para que actúen como bioplaguicida en el Centro de Investigación y Experimentación en Truficultura (CIET) de Graus, una actuación que entronca con la visión sostenible del centro.

El objetivo de esta acción es el de dar apoyo a la conservación de la biodiversidad de la zona y contar con un plaguicida de roedores biológico. Además, estas cajas darán cobijo a los cernícalos, lechuzas, mochuelos y autillos que habitan en la zona de esta localidad de la Ribagorza.

Se trata de un proyecto a largo plazo, pues cuando las aves aniden, se instalará una cámara web en las cajas para controlar su interior y, así, poder ver en tiempo real el ciclo biológico de estas aves: puesta de huevos, nacimiento de polluelos, su crecimiento. Un tema de especial interés para la población, pero sobre todo para los más pequeños, por el aspecto salvaje y misterioso de estas especies.

Conservación

Desde Ueco indicaron que el proyecto que han presentado al CIET, «a pesar de la cercanía del hombre con algunas especies, la mayoría se encuentran en un estado delicado de conservación, estando directamente afectadas por el abandono de las actividades agrícolas tradicionales, que ha reducido su alimento y territorio de caza, así como por el expolio de nidos», de ahí la importancia de colaborar en la conservación de estas especies a través de la instalación de nidos artificiales.

Con esta instalación se pretende conservar las rapaces del entorno que ayudan a la población en el desarrollo de su actividad agraria. Ejemplo de ello es el mochuelo: a pesar de ser de pequeño tamaño, es un gran depredador de roedores e insectos, por lo que es prioritaria en el control de plagas ambientales agrícolas, como el gusano blanco o los ratones, que causan problemas en algunos cultivos de la zona.

Por otra parte, según algunos estudios, una pareja de lechuzas puede capturar durante los tres meses de reproducción más de 1.000 roedores para dar de comer a sus pollos, por lo que es utilizado en diferentes regiones del mundo para reducir las plagas de esta especie animal. El cernícalo se alimenta principalmente de roedores pequeños, topillos adultos e insectos como saltamontes o grillos, y a sus crías las ceba también con roedores.

Desde la asociación que se encargará de controlar este proyecto aseguran que está demostrado que la presencia de esta ave en ciertos cultivos, como alfalfa, ayuda a aumentar su producción anual entre un 10 y un 20% al disminuir los daños provocados por los roedores.

Finalmente el autillo es el ave más pequeña de las rapaces nocturnas y su dieta es insectívora. «Es muy sensible a las transformaciones del hábitat y del uso de insecticidas», afirman.