Pablo Iglesias, líder de Podemos, dejó el pasado martes la vida política. Se despidió de todos sus cargos tras no haber conseguido el objetivo que se marcó cuando abandonó la vicepresidencia del Gobierno de España para erigirse en candidato de la formación morada en las elecciones de la Comunidad de Madrid. Con la voluntad de «frenar al fascismo» que podía entrar en el Gobierno de la comunidad de la mano de Vox, y de apear a la conservadora Isabel Díaz Ayuso del poder, Iglesias dio un paso que agitó el tablero político y rompió los esquemas de la campaña, pero fue insuficiente incluso para que entre las tres listas de izquierdas alcanzaran a la meteórica presidenta popular. El partido morado pierde con su marcha no solo a uno de sus fundadores sino a su rostro más visible, pero los representantes de Podemos Aragón mantienen desde el martes por la noche total discreción, salvo por los comunicados oficiales emitidos y los mensajes publicados en las redes sociales, todos siguiendo la línea oficial de agradecimiento a Iglesias y de lucha por mantener la «hoja de ruta» iniciada por él.

La líder de Podemos en Aragón, Maru Díaz, prefiere dejar pasar unos días antes que opinar sobre la situación en la que se queda el partido tras su marcha, qué ha podido fallar en las elecciones madrileñas o sobre qué liderazgos se apoyarían desde Aragón para sustituir a Iglesias. El viernes, el Consejo de Coordinación en funciones aprobó el calendario de la IV Asamblea Ciudadana de Podemos, cuyas votaciones está previsto que se celebren entre los días 6 y 12 de junio y el día 13 ya se pondrá nombre al nuevo líder de la formación. Una situación que responde a la «normalidad de los procesos internos del partido», recordó Díaz, que declinó hacer más valoraciones al respecto.

En una formación acostumbrada a las asambleas, los círculos o incluso las negociaciones en streaming en su primera etapa, la discreción y la información centralizada se impone por ahora en el análisis que desde el territorio se puede hacer de que el partido esté sin un líder durante al menos un mes, hasta que se elija al sucesor.

Nacho Escartín, portavoz de Podemos en las Cortes de Aragón, habló directamente de «fracaso» de Iglesias en su blog personal, si bien después no quiso profundizar más sobre lo publicado. «El aumento de la participación ha movilizado más a la derecha», constataba en su análisis de una campaña electoral que calificó como «horrorosa» por los «continuos ataques, insultos y bulos». Y reivindicó la «política progresista» que se está desplegando desde otros gobiernos, como el aragonés.

Sin apuestas claras

Fuera de los cauces oficiales, fuentes cercanas a Podemos Aragón inciden en que «ha pasado poco tiempo» para poder analizar la situación en la que queda el partido. También para poder hablar de nuevos líderes. Aunque Iglesias ha señalado durante toda la campaña a la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, como su sucesora, no está tan claro que vaya a ser así. Al menos de manera inmediata. «No tiene carnet del partido», recuerdan. Y «no es lo mismo el liderazgo del partido que la candidatura de coalición ante unas futuras elecciones», añaden. Yolanda Díaz, militante del PCE, bien podría liderar esa lista de coalición para las generales del 2023, si se agota la legislatura.

«Seguramente será una mujer», aseguran estas mismas fuentes. No entra entre los nombres que suenan en Aragón el de Pablo Echenique, quien fuera líder de partido en la comunidad y que ahora ejerce la portavocía de la organización en el Congreso. Que Podemos es un partido feminista «se tiene que visibilizar» en su líder y su próxima candidatura electoral, coinciden las fuentes consultadas.

Por ahora, Ione Belarra, ministra que ya sustituyó a Iglesias en la cartera de Derechos Sociales, ha presentado su candidatura. Desde Aragón, no se dice «ni sí ni no» a Belarra o a Díaz. «Queda mucho tiempo todavía», subrayan estas fuentes. Otros nombres fuertes de la formación, como Irene Montero, actual ministra de Igualdad, estarían ya demasiado quemados para liderar el partido, según lo ven algunos miembros del partido en Aragón.

Lo que no puede obviarse tras la marcha de Iglesias, insisten, es que «ha cambiado la forma de hacer política». «Ahora los acuerdos de Gobierno se publican», ejemplifican. Y se han logrado políticas sociales, como el «incremento del salario mínimo, el ingreso mínimo vital o los ertes» que, aseguran, no se habrían logrado sin el impulso de Podemos.