El drama del desempleo tiene casi 80.000 rostros en Aragón. La pandemia ha empeorado la situación de algunos colectivos como las mujeres y los jóvenes por el incremento del paro, los expedientes de regulación de empleo (erte) y la temporalidad. Pero si hay un colectivo que pasa de puntillas por las estadísticas es el de mayores de 45 años, a pesar de que este grupo de edad aglutina más de la mitad del desempleo. De cada 100 parados en Aragón, 51 tienen 45 años o más.

Los senior ya sufrieron lo suyo durante la gran recesión de 2008. El desempleo en este colectivo no dejó de crecer hasta abril de 2014 y la tregua duró algo más de cinco años. Pero en octubre de 2019 volvió a engullir a miles de trabajadores, y desde entonces se cumplen 17 meses con incrementos del paro de forma ininterrumpida que en algunos casos rozan el 20%. Hoy, de las 78.000 personas sin ocupación, 40.129 tienen más de 45 años, el nivel más alto de los últimos cinco años. Además, el 69,2% de los que llevan más de un año tratando de encontrar un empleo pertenecen a este colectivo. Un drama que se repite en miles de hogares de Aragón que pierden el sustento. Y lo que es peor, con pocas expectativas de que cambie el escenario en sus vidas. 

Pero entre todos ellos, los que atraviesan más dificultades para volver a trabajar son los mayores de 60 años, que tardan de media 1.289 días en lograr un puesto, y en especial las mujeres de este grupo (1.427 días), según el informe Anual sobre el Mercado de Trabajo de Aragón, elaborado por el Instituto Aragonés de Empleo (Inaem). Los datos demuestran que hay una relación directa entre la edad y la duración media de la demanda en desempleo, ya que conforme aumenta la primera las dificultades se multiplican.

El colectivo de mayores de 45 años es uno de los que más inquieta al Gobierno de Aragón. Este grupo de edad, junto a las mujeres, los jóvenes y los parados de larga duración pueden convertir el desempleo en algo estructural para muchos hogares si no se toman medidas encaminadas a mejorar la cualificación. En este sentido, el Instituto Aragonés de Empleo (Inaem) ha diseñado los programas integrales para la mejora de la empleabilidad y la inserción al mercado de trabajo. El objetivo es que los mayores de 45 años reciban distintos servicios, en función de las necesidades detectadas. Estos abarcan desde orientación profesional, mejora de las competencias personales, profesionales y técnicas, formación para el empleo y prácticas en empresas, hasta el apoyo y seguimiento a la inserción laboral para el mantenimiento del empleo. La última convocatoria fue en noviembre de 2020 y contó con un presupuesto de con 6,3 millones de euros.

Este colectivo también es beneficiario en las subvenciones para el estímulo del mercado de trabajo y el fomento del empleo estable y calidad, en el que se subvenciona a las empresas la contratación indefinida de desempleados con hasta los 6.000 euros por contrato, así como la conversión de contratos temporales en indefinidos de miembros de este colectivo con hasta 3.500 euros por contrato. Estas cuantías máximas se incrementan en el caso de que se trate de mujeres víctimas de violencia de género. En la última convocatoria, se destinaron a estas ayudas 4 millones de euros.

Además, hace pocas semanas se convocaron las ayudas del Inaem a la contratación de parados de larga duración mayores de 30 años por parte de entidades locales, empresas y entes públicos, Universidades y entidades sin ánimo de lucro. Para ello se cuenta con 1,6 millones de euros. Las ayudas pueden solicitarse hasta el 30 de junio.

Por último figura el programa de subvenciones para el fomento y la mejora del empleo en cooperativas y sociedades laborales, en el que se ofrecen ayudas de 4.000 euros por la incorporación de un socio trabajador mayor de 45 años, una cuantía que aumenta si es mayor de 55 años, si es mujer y si el centro de trabajo está en municipios de menos de 5.000 habitantes. El presupuesto del programa es de 700.000 euros.

En algunos casos, los padres han llegado a acompañar a sus hijos a las ferias de empleo para ver si pueden rascar alguna oferta que les pueda encajar. Esta es solo una de tantas historias que le cuentan a Ana Muñoz, la jefa del Servicio de Empleabilidad y Personas de la Cámara de Comercio de Zaragoza, que está al frente del segundo programa 45+ para desempleados o afectados por un expediente de regulación de empleo (erte). Su objetivo es ofrecer asesoramiento y formación en competencias digitales que les permita mejorar su empleabilidad. «Se trata de gente muy castigada por la crisis que no ha tenido mucha atención ni los recursos necesarios para volverse a enganchar al mercado laboral», subraya Muñoz, que este lunes inicia el segundo programa +45, impulsado por las Cámaras de Comercio.

«Les faltan herramientas y cualificación porque en muchos casos es gente que ha estado muchos años trabajando en una misma empresa y cuando salen de nuevo al mercado laboral no saben ni dónde ni cómo buscar trabajo». «Hay pocas oportunidades y las pocas que hay no saben verlas», apunta Muñoz, aunque también destaca que en los cursos hay un porcentaje de graduados universitarios con cualificación. «Mi objetivo es que no se desanimen, aunque tengan 5 años», afirma esta orientadora que añade que el principal problema que arrastran es que «no saben venderse» porque a las anteriores generaciones «nos cuesta mucho hablar de nosotros mismos». Precisamente, esa es una de las misiones del curso, saber buscar empleo a través de la internet u otras herramientas y capacitar para la imparable digitalización de la sociedad. También elaborar currículos y comenzar a trabajar en el márketing y la marca personal.

El problema de la edad

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Sin embargo, Muñoz sostiene que la edad no debería ser un problema para encontrar un empleo. «A los jóvenes no los contratan porque no tienen experiencia y a los mayores tampoco pese a tener mucha», dice, al tiempo que indica que el tema salarial no es un obstáculo porque «están muy bajos».

Sea como fuere, Muñoz cree que no hay que perder la esperanza, ya que algunos de los participantes del anterior programa han encontrado un puesto de trabajo. El interés por el programa es creciente, puesto que «podemos recibir alrededor de 10 solicitudes diarias», señala Muñoz.