El asunto va a traer cola. No se entiende en Aragón ni en otros territorios la recomendación del Ministerio de Sanidad, que suena a orden, a advertencia como poco. El jueves pidió a las comunidades que "respeten el acuerdo" adoptado en la Comisión de Salud Pública y procuren que los menores de 60 años vacunados con AstraZeneca reciban una segunda dosis de Pfizer. La petición se trasladó a los coordinadores de vacunación y a los consejeros. Fue acogida con asombro en distintos departamentos del Gobierno de Aragón, que ha intentado mantenerse de perfil, sobre todo sostenido por el sentido común, también por el trato al que se llegó en la Interterritorial. "Lealtad" lo ha llamado Francisco Javier Falo, director general de Salud Pública, que ha asegurado que la opción AstraZeneca se mantiene en Aragón. Y más importante, que hay vacunas suficientes para hacerlo.

Francis Falo ha manifestado que "tan importante como mantener una posición técnica es ejercer un sentido de lealtad y de posicionamiento común del Consejo Interterritorial" y ha asegurado que el Gobierno de Aragón va a conservar las mismas condiciones que hasta el momento. Es decir, que en la autocita cada cual podrá elegir qué vacuna prefiere para la segunda dosis aunque la recomendación como Administración sanitaria sea inocular Pzfizer. 

"Lo que tenemos que hacer es organizar la vacunación para el colectivo que se había quedado pendiente tras esa primera dosis de AstraZeneca. Insistimos en que la recomendación sanitaria es ponerse como segunda dosis Pfizer, pero aquellos que, una vez conocidas las situaciones o posibles efectos adversos que se pueden dar, decidan ponerse la segunda dosis de AstraZeneca, se mantendrá esa opción. Nosotros entendemos que así respetamos el espíritu recogido en los acuerdos del Consejo Interterritorial de Salud", ha reiterado el director general.

La llamada a rebato de la ministra Carolina Darias tuvo lugar después de que algunas administraciones territoriales, sobre todo las gobernadas por el PP, apostasen públicamente por que los trabajadores esenciales vacunados con AstraZeneca completen la pauta con el mismo suero, poniendo incluso a su disposición un consentimiento informado si optan por Pfizer para el segundo pinchazo, lo que contraviene la decisión de Sanidad de que firmen dicho documento sólo quienes elijan repetir con AstraZeneca, ante el riesgo de que sufran los raros casos de trombos relacionados con la inoculación del antígeno desarrollado por la Universidad de Oxford.

Pese a ello, en las autonomías que han empezado con las segundas dosis, los esenciales están optando mayoritariamente por AstraZeneca. Así ocurre en Aragón, donde se han administrado más de 820.000 dosis. "En unas dos semanas se llegarán al millón de vacunas puestas", ha anticipado Falo, que ha especificado que, del total, cerca de 285.000 corresponden a la segunda dosis, "lo que supone que más del 45% de la población aragonesa al menos ha recibido una dosis" y casi uno de cada cuatro aragoneses ya tiene la pauta completa.

De vuelta al embrollo, Sanidad difundió el miércoles que las autonomías que no apuesten por inocular Pfizer están "incumpliendo el acuerdo" y que el problema es que "se traslada incertidumbre a los ciudadanos" y se "hace daño a la confianza en las vacunas". "Se produce un gravísimo problema de comunicación" cuando se informa a los afectados de que pueden "elegir", subrayaron fuentes de la cartera de Darias, con la que no están de acuerdo la práctica totalidad de las comunidades. Porque su ministerio habla del desasosiego que se genera en la sociedad, pero luego hace cálculos mortales al afirmar que no administrar AstraZeneca en menores de 60 años evita un muerto por cada millón de vacunados, teniendo en cuenta los datos de farmacovigilancia. En España se han producido 20 casos de trombosis en casi 5 millones de dosis administradas y de ellos, 4 han fallecido.

Además, subrayan desde Sanidad, es "habitual" que se mezclen vacunas, como sucede con la del ébola, y en un contexto donde "probablemente sea muy necesario reforzar la inmunidad" con un tercer pinchazo (o segundo en el caso de Janssen), "no es improbable que algunos con la pauta completa de AstraZeneca o Janssen" reciban un pinchazo de refuerzo de una vacuna de ARN mensajero como Pfizer, dado que es el suero del que se disponen de más dosis.

El Ministerio de Sanidad reconoce que no sabe durante cuánto tiempo más seguirá recibiendo vacunas de AstraZeneca ni cuántas recibirá de los 12 millones que tenía comprometidos para junio. El departamento está pendiente de recibir 1.369.300 dosis de Oxford sin determinar fechas concretas.

La polémica parece lejos de disolverse, y preocupa mucho en el seno del Gobierno de Aragón porque, lejos de enviar un mensaje único sobre un tema tan delicado, se está dividiendo al país en dos bloques. Más allá, se debate sobre qué razones han llevado a muchos países europeos a posicionarse en contra de la vacuna de Oxford. Hay diferentes motivos que se arguyen: económicos, políticos, de guerra comercial de las farmacéuticas contra AstraZeneca e incluso de brexit. Luego quedan los intereses interesantes, que enredan aún más el embrollo al descubrir que la vacuna alemana, Pfizer, cuesta casi siete veces más que la británica. Quizá por eso consideren a la empresa de Cambridge un competidor desleal. Ya se sabe, el vil metal.