Lleno completo. Así estaba este jueves a primera hora el pabellón del Campus de San Francisco de la Universidad de Zaragoza; pero no había nadie haciendo deporte, sino todo lo contrario. Los universitarios esperaban sentados un cuarto de hora después de haberse puesto la segunda dosis de AstraZeneca (la primera lo hicieron en febrero). Si el pasado lunes, acudieron 108 de los 1428 citados para inocularse con Pfizer (lo recomendado por el Ministerio de Sanidad), este jueves lo hicieron más de 1.300, a razón de tres cada minuto, o sea, 180 a la hora.

Había nervios antes del pinchazo. “Sí, un poco”, porque con la primera dosis tuvo “muchos efectos secundarios, mareos, fiebre alta e incluso desvanecimientos”, cuenta Vanesa Aldana, estudiante de Terapia Ocupacional. Sin embargo, y pese a su experiencia, ha optado otra vez por AstraZeneca. “No estoy de acuerdo en la mezcla de vacunas”, reconoce.

Los universitarios esperan tras recibir la segunda dosis de AstraZeneca. JAIME GALINDO

Inés Álvarez, alumna de enfermería, considera que “los estudios realizados señalan que los trombos son aislados y mezclar me parece más peligroso”. Para ella, lo importante es terminar la pauta y estar inmunizada.

Todos los estudiantes de Ciencias de la Salud convocados tienen claro que no quieren combinar fármacos y así lo señala que todos acuden con el consentimiento firmado. Sofía Chueca tuvo dudas porque “primero nos ofrecen una y luego nos cambian”, y también temió que se “desperdiciaran dosis”. Para ella ha habido “demasiada información y han querido meter miedo. Nos venden que una vacuna es buena quizá porque tienen tratos con las farmacéuticas” cuando con la otra hay pocas probabilidades también de trombos. “Debería haber más respeto por la gente”, concluye.

Lucía Gutiérrez Sabroso (enfermería) ha elegido por lo que ha recomendado la Agencia Europea del Medicamento (EMA) porque el estudio hecho con la mezcla de vacunas “no es suficiente”, así que prefiere fiarse de la EMA “más que del Gobierno, porque es la que sabe de esto”. Pero sobre todo, “completar la pauta”

La opinión de los compañeros también cuenta. Cristina Alcalá (Trabajo Social) preguntó y se informó para elegir una. Al final ha optado por AstraZeneca porque “todo el mundo se ponía esta y, sobre todo, ninguno queríamos mezclar”.

Alberto Gumiel Suárez (enfermero) no quería “variar la pauta” y, sobre todo, hay “solo un estudio de mezclar y más de la misma marca”, y eso le ha llevado a inocularse con la vacuna de Oxford, aunque considera que hay “si no desconfianza, sí incertidumbre”.

Más práctica ha sido la elección de Jaime Agustín (Fisioterapia), ya que su criterio ha sido “el día” porque este jueves tiene “examen de autoescuela” y si se hubiera vacunado el lunes o martes quizá “hubiera tenido fiebre” porque con la primera dosis “la tuve y pasé una mala noche”. A este universitario no le parece mal mezclar, de hecho, si se hubiera “podido elegir” y este jueves hubieran vacunado con las dos, “lo hubiera hecho con Pfizer”.

A los alumnos les ha tocado la vacunación justo con los exámenes, lo que hace que hubiera “más nervios”, reconoce la vicerrectora de Estudiantes y Empleo, Ángela Alcalá, quien ha agradecido la presencia de los voluntarios de Salud y la buena organización para vacunar.

Filas de estudiantes esperando para vacunarse. JAIME GALINDO

El pabellón del Campus de San Francisco termina este viernes la vacunación para estudiantes; pero por la tarde y también toda la jornada del sábado continuará para la población en general con Janssen. También se suman a las inoculaciones masivas los centros de salud de Actur Oeste, Bombarda, Torrero y Almozara. En el campus está previsto administrar 2.880 dosis; en Bombarda 960 en dos sesiones (viernes tarde y sábado mañana); en Torrero serán 480 el viernes por la tarde y la misma cantidad en Almozara y Actur Oeste el sábado por la mañana. En total se activarán doce líneas en cinco puntos de vacunación (cuatro en la Universidad y dos en cada uno de los centros de salud habilitados) para administrar un total de 5.280 dosis.