Las temperaturas se han disparado de repente estos días en Aragón, en particular en el valle del Ebro. El fenómeno, habitual en esta época del año, «entra dentro de lo normal», según Rafael Requena delegado en Aragón de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que recuerda que hace solo dos años, el 29 de junio del 2019, Zaragoza arrojó un récord histórico, con 43,2 grados en la estación meteorológica del Aeropuerto.

En esta situación de extrema sequedad, el Gobierno de Aragón informó ayer de que el lunes que viene anunciará el comienzo de la campaña antiincendios, que tiene como gran novedad que, en adelante, las brigadas forestales terrestres actuarán todo el año, como ya lo hacen las helitransportadas. 

Pero las temperaturas no solo han subido de manera súbita, aumentando el riesgo de incendio, sino que además esta situación de canícula anticipada va a predominar durante los próximos días, hasta el punto de que las predicciones apuntan a que Caspe registrará 38 grados el próximo lunes, mientras que la capital aragonesa se moverá en el entorno de los 36 grados de máxima.

Tendencia mundial

No se trata de nada anómalo, opinó Requena, que precisó que el aumento térmico se ha producido en toda la península, en lo que supone un adelanto del verano que es muy frecuente en un marco de calentamiento mundial y una tendencia clara a «temperaturas cada vez más altas». Con todo, en el caso del valle del Ebro, el representante de Aemet en Aragón hizo hincapié en que el impacto térmico se ve atenuado estos días por el viento del noroeste o cierzo que sopla a determinadas horas.

Rafael Requena señaló además que un rasgo que llama mucho la atención de estos primeros diez días de junio es el hecho de que «todos los días se han producido tormentas en un punto u otro de la geografía aragonesa, en particular en Teruel».

 Tormentas todos los días

«Desde que empezó el mes de junio, curiosamente, ha habido tormentas a diario», comentó el responsable de Aemet, para quien esta circunstancia se aparta más de la tónica general que las temperaturas por encima de los 30 grados.

El calor, por otro lado, está poniendo el punto final a una primavera que, contrariamente a como se anunció en un principio, no ha sido cálida en exceso.

De hecho, el trimestre ha estado caracterizado por sucesos extremos, como las heladas que se produjeron al principio y que afectaron en particular a los frutales del Bajo Cinca, en el sur de la provincia de Huesca.

Por otro lado, las lluvias que han ido cayendo esta primavera, últimamente en forma de tormenta, han contribuido a refrescar el ambiente y a frenar la acentuada tendencia al prematuro aumento de las temperaturas.

El riesgo de tormentas persiste en la actualidad y para este jueves la Agencia Estatal de Meteorología mantiene la alerta amarilla por riesgo de granizo en las comarcas de Gúdar y Maestrazgo.