“Hoy me ha tocado a mí”. Así se lamentaba este jueves un ganadero, José María Alcubierre, secretario general de UAGA, en la localidad de Torralba de Aragón tras haber sufrido la pasada noche un ataque a su rebaño de ovejas en el que ha perdido nueve de ellas y otras cuatro han resultado heridas. ”Lo más sorprendente de este ataque de lobo es que lo ha hecho en mi paridera, que está a escasos cien metros del casco urbano” del municipio, explicaba.

 “Ayer por la tarde bajamos las ovejas para separar las que estaban preñadas del resto del ganado, la sorpresa ha sido cuando, después de dejar parte del ganado cerca de la paridera, esta mañana aparecieran nueve de ellas muertas” con “todos los indicios” de que “ha sido el mismo ataque de lobo de los últimos tres años”, relataba el ganadero afectado, quien resaltaba que hubiera pasado el Canal de Monegros y se acerque tanto al municipio oscense, lo que les hace estar “muy preocupados”. “El próximo ataque podría entrar en nuestra paridera y hacer un destrozo importante por aplastamiento”, ha añadido.

El ganadero recordaba que en la sierra las tienen “protegidas con bastantes mallas de pastor eléctrico” y eso había provocado que no hubieran tenido problemas en los últimos años por “esa protección extra que le ponía yo al ganado”. “Lo que no me podía imaginar es que el lobo pudiera seguirle el rastro hasta la paridera”, lamentaba. “Está siendo bastante duro lo que me he encontrado esta mañana”.

"Reflexión" ante los abandonos

Además, el propietario de la explotación ovina ha destacado que Torralba es un municipio limítrofe con Tardienta o Gurrea, que ya han sufrido episodios similares, como Alcubierre, Zuera, Leciñena, pero que a diferencia de estas localidades, en su caso no está incluida en las ayudas que estableció el Gobierno de Aragón, con lo que su ganado “ni ha recibido ningún tipo de ayudas ni las va a recibir”.

Pero insta a hacer una “reflexión”, la de “por qué un único animal, un lobo italiano está haciendo tanto daño en la sierra de Alcubierre”. “Hay que poner en la balanza entre un animal que no genera ningún valor medioambiental y el daño que sí está haciendo a la ganadería extensiva que durante siglos y milenios han generado una labor en la sierra y que esta situación está llevando a muchos ganaderos a abandonar”. “Está siendo la gota que colma el vaso” a un sector muy perjudicado, por lo que insta a la DGA a “escudarse únicamente en las ayudas” que concede.