Los trabajos del futuro corredor ferroviario Cantábrico-Mediterráneo avanzan a buen ritmo y, en especial, uno de sus hitos más importantes, el de la construcción de siete apartaderos de 750 metros de longitud en estaciones ubicadas en Aragón y la Comunidad Valenciana. Sus cifras son ya muy llamativas: 180.000 traviesas, 40.000 metros cúbicos de balasto, 200 estructuras de la línea en las que se ha intervenido, se han cambiado 80 losas de carril de las vías y actuado sobre 20 taludes de trincheras, además del drenaje, longitudinal y transversal sobre la infraestructura. En definitiva, pasos hacia el objetivo final que es tener finalizadas las obras "a finales de año o principios del que viene". Eso no significa que se vayan a poner en servicio entonces, ya que faltarán los permisos de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria para fijar una fecha.

Esta noche han visitado las obras que se están ejecutando en la estación castellonense de Barracas el subdirector de Operaciones de la Red Convencional Este de Adif, Fernando Ugena, y el coordinador del proyecto del corredor Cantábrico-Mediterráneo, Adán Piñero. Estaban en uno de los apartaderos más avanzados de los siete que hay en marcha y que el gestor ferroviario se comprometió a ejecutar, junto a los de las estaciones aragonesas de Cariñena, Ferreruela de Huerva, Teruel y La Puebla de Valverde, y las de Navajas y Estivella en la Comunidad Valenciana. Y lo hacían cerca de la medianoche porque una de las dificultades de este proyecto es, precisamente, que deben realizarse cuando ya no circula ningún convoy, aunque de forma puntual se ha tenido que interrumpir el tráfico, explicaba Ugena.

Unas "cuatro horas al día" solo para, ha remarcado, "minimizar los efectos negativos sobre la explotación", lo que requiere una "gran planificación y coordinación". "Detrás de estas obras vendrán otras que seguirán modernizando y acondicionando el corredor Cantábrico-Mediterráneo para hacerlo completamente interoperable con Europa", concluía el responsable de Adif.

Por su parte, el coordinador para el proyecto de Corredor Cantábrico-Mediterráneo, Adán Piñero, explicaba que se conectaba ahora el primero de los siete apartaderos nuevos y que permitirá tener una circulación nueva, y que a estos siete apartaderos ya en marcha se añadirá un octavo que es el de Cella "que va a permitir el acceso a la futura terminal de mercancías de Platea", que son "prestaciones nuevas a las ya conseguidas de 22,5 toneladas por eje, la mejora en la fiabilidad y la eliminación de las restricciones de velocidad, un hito clave que con la electrificación se conseguirá reducir en un 60% las emisiones de gases de efecto invernadero". "Todo se engloba en un plan de 440 millones de euros en curso, de los cuales ya hay movilizados en torno a 200". Además, ha remarcado que "ya está teniendo un retorno muy significativo, de cuatro trenes de mercancías semanales que había en 2016 se alcanzó en 2020 un pico de 44 y ahora estamos superando medias de 25 trenes semanales".

"Las principales navieras ya están incluyendo en sus rutas la de Sagunto-Teruel-Zaragoza, lo que permite desde Zaragoza, a través del puerto de Valencia, llegar a mil destinos en 168 países, y eso en la práctica coloca a Aragón a 20 días del puerto de Singapur o a 30 del de Shanghái". En el sentido contrario también suscita el "interés" de las empresas para mover mercancías desde el puerto valenciano, "por eso la inversión 20,6 millones de euros" en estos apartaderos que se están incorporando a la red. "Ojalá siga creciendo este ritmo de incremento", confiaba Piñero.