Los anfibios son una de las especies más vulnerables de la actualidad. Son considerados el grupo de vertebrados que más rápido está desapareciendo en el planeta. Y en este sentido, en la comunidad aragonesa, además, estos animales se encuentran amenazados por algunas de las especies invasoras carnívoras, como el cangrejo americano, que en parte están complicando también su conservación en estas latitudes de España

Esta situación, desconocida para la gran mayoría de los ciudadanos aragoneses, es la que ha provocado que SOS Anfibios se asiente en Aragón para solucionar este problema desde la divulgación pero sobre todo actuando en la naturaleza, protegiendo a las especies amenazadas a través de la construcción de balsas en entornos naturales y piscinas que actualmente se encontraban en desuso. Estos son pequeños ecosistemas para ellas que son favorables para la cría de hasta siete tipos de anfibios lejos de las amenazas que impiden su desarrollo. Y es que son esenciales en la cadena trófica, ya que contribuyen a eliminar el exceso de insectos en la naturaleza.

Las ranas y los sapos son los más comunes, con sus variedades entre las que se encuentran el sapo partero, corredor o moteado. De entre todos los ejemplares, los más peculiares son los tritones. Trabajan con dos tipos: los palmeados, que pueden alcanzar los 8 centímetros de longitud y viven incluso en zonas de alta montaña, y los jaspeados, de unos 15 centímetros y cuyo hábitat se encuentra en latitudes más bajas. 

Tritón palmeado Ismael Sanz - SOS Anfibios

En el entorno de Zaragoza, zona de influencia de este grupo, han creado ya 15 balsas distribuidas en puntos del área metropolitana de la capital aragonesa y también de la provincia. Así, estas se encuentran preparadas tanto en las inmediaciones del centro comercial de Puerto Venecia, en el distrito de Torrero-La Paz, como en el barrio rural de La Cartuja, o en municipios como Villamayor, Tauste o Utebo.  

SOS Anfibios Aragón funciona mediante una red de voluntarios. Ismael Sanz, coordinador de este grupo dedicado a la conservación de estas especies, señala que apenas cuentan con ingresos más allá de aportaciones voluntarias puntuales. «Tiene mérito mantener esto sin ayuda», subraya, sobre los altos costes de crear y mantener los pequeños ecosistemas que son las balsas para los anfibios. 

Actualmente se encuentran inmersos en el concurso de la línea de arroz ecológico de Nomen Earth que busca premiar causas ambientales. De entre más de 6.000 iniciativas, SOS Anfibios Aragón se encuentra en la votación final, que durará hasta mayo de 2022. Una vez finalizada, el ganador recibirá el importe correspondiente a las ventas de este arroz hasta la fecha indicada. 

El premio supondría «un impulso económico para enriquecer el proyecto», según su coordinador. «Aspiramos a mantener lo que tenemos», apunta Ismael Sanz sobre las perspectivas de futuro de SOS Anfibios Aragón. En ese punto de mira futuro contemplan también otras cuestiones como la divulgación a través de los centros educativos, desde los colegios hasta el ámbito universitario, y el uso de las redes sociales. Dos vías para que su complicada labor tenga más notoriedad en la comunidad.