Las maneras de pagar e interactuar con el banco están cambiando profundamente desde hace tiempo, algo que la pandemia no ha hecho más que acelerarse. Para empezar, el dinero en efectivo ha dejado de ser el medio más utilizado para pagos minoristas y se sitúa ya por detrás de la tarjeta. En paralelo, la aplicación Bizum, que permite hacer de transferencias instantáneas y gratuitas, hace furor ya no solo entre los jóvenes. Esta transformación viene acompañada del cierre masivo de oficinas bancarias, lo que está agravando los problemas de exclusión financiera, sobre todo entre los consumidores de más edad. Prueba de ello es que hay casi 55.978 aragoneses en una situación que puede considerarse vulnerable por no tener cerca --en un radio máximo de cinco kilómetros-- ni un cajero ni una sucursal para sacar cash.

Una de las cientos de sucursales cerradas en Aragón en los últimos años. | JAIME GALINDO

El dato viene recogido en el informe Infraestructuras del efectivo y vulnerabilidad en el acceso al efectivo en España, publicado recientemente por el Banco de España. El porcentaje de población que se encuentra en esta situación supone aproximadamente el 4% en la comunidad y el 2,5% a nivel nacional (casi 1,2 millones de persona) .

El problema se concentran en el medio rural. De los 731 municipios que hay en Aragón, 423 no tienen un punto de acceso a efectivo (banco, oficina móvil o cajero), según los datos al cierre de 2020. De estos, 160 corresponden a la provincia de Zaragoza, en los que viven 20.899 personas sin este servicio financiero (el 2,1% del total); 145 son de Teruel, con 13.237 habitantes en esa situación (el 9,9%); y 118 de Huesca, con 21.842 residentes (el 9,8·%). Otras 308 localidades sí disponen de ello.

Recorte de la red

Aunque es una carencia creciente, el estudio concluye que el grado de población sin un acceso fácil al dinero en efectivo es bajo en España y también en nuestra comunidad, a pesar en este caso de su dispersión geográfica y la baja demografía de muchos de sus municipios. De hecho, son otras regiones similares y despobladas, como las dos Castillas y Extremadura, las que presentan unas mayores índices de exclusión financiera. Esto puede deberse en parte a que Aragón, pese a todo, sigue contando con tres entidades propias –Ibercaja y las Cajas Rurales de Aragón y Teruel–, que son las más asentada en el territorio.

La reducción del número de puntos de acceso al efectivo ha sido imparable desde 2008. La comunidad tiene la mitad de las oficinas bancarias que hace trece años. En concreto, han cerrado casi el 49% de ellas, desde el máximo de 1.796 alcanzado en diciembre del 2008, a las 920 del pasado mes de marzo. De esta manera, se han clausurado 876 establecimientos, según los últimos datos del Banco de España. El ajuste ha continuado en el último año, que coincide con el estallido de la pandemia, con la eliminación de 53 sedes, a una media de una cada semana, aproximadamente.

Hasta hace poco, el recorte de oficinas se concentraba en las zonas más urbanas y habitadas, pero ahora la reestructuración se ha intensificado en los pueblos, en los que los bancos ven inviable su presencia desde el punto de vista económico por los bajos índices de población. Un ejemplo de ello es Ibercaja, que en lo que va de año ha cerrado casi una veintena de sucursales situadas en pequeños municipios de Aragón. Como alternativa, la entidad ha extendido un servicio, denominado cashback, que permite obtener efectivo en el bar, la tienda o la farmacia pueblo a través de operaciones con un datáfono o TPV. Hace cuatro meses este sistema estaba ya disponible en 41 puntos de la comunidad.

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El supervisor bancario destaca en el informe que el uso de dinero en efectivo «sigue siendo importante para muchos ciudadanos», en particular para aquellos que tienen dificultades en el acceso a determinados servicios financieros convencionales o escasos conocimientos digitales. En esta línea, el Senado aprobó hace un año una moción del PSOE para estudiar la situación financiera de la España rural, una iniciativa que Teruel Existe enmendó para incluir un plan de desarrollo de cajeros rurales multientidad sin coste extra para sus usuarios.

Adicae insta a la banca a avanzar en la alfabetización digital del cliente

La asociación de consumidores Adicae apela a la banca para que ponga en marcha y costee una «campaña masiva» de alfabetización digital entre todos los consumidores, con el objetivo de adaptar sus circunstancias al «acelerado» proceso de cierre de oficinas y puntos de acceso a efectivo que afecta, especialmente a la España rural. «La banca debe garantizar alfabetización digital financiera para todos», en palabras del presidente de la organización, Manuel Pardos. Adicae advierte de que si se produjese un eventual cierre de oficinas y cajeros en las cabeceras comarcales, más de 300.000 nuevos afectados en España estarían en riesgo de quedar excluidos del acceso al efectivo. Y denuncia la perdida de servicios bancarios está marginado sobre todo a la clientela de mayor edad.