La demanda eléctrica de los hogares y empresas de Aragón vuelve a crecer tras desplomarse por la pandemia en 2020. En los seis primeros meses del año ha subido un 4,5%, todo un síntoma de cómo la recuperación económica se abre camino tras el cataclismo provocado por la pandemia, según los datos facilitados por Endesa, la distribuidora de luz de referencia en la comunidad. Aún así, no se alcanzan todavía los valores previos a la crisis sanitaria, debido principalmente al irregular funcionamiento de la industria. No obstante se aprecian síntomas positivos, con un alza del 9% de mayo a junio y del 11,6% del primer al segundo trimestre.

Pero de momento no se ha recuperado aún toda la caída registrada en 2020, cuando el consumo general de electricidad se desplomó un 6,7%, hasta los 10.109 gigavatios/hora frente a los 10.766 de 2019, lo que supuso retroceder a los niveles del 2013, cuando coleaban los efectos de la gran recesión iniciada en el 2008. El descenso fue de proporciones inéditas en las últimas décadas. El motivo no fue otro que el excepcional parón de la industrial y la mayor parte de las actividades en la primeras semanas y meses tras el estallido de la crisis sanitaria, a mediados de marzo.

La demanda eléctrica es considerada un indicador de la marcha de la economía, que está volviendo a crecer con fuerza después de un atípico 2020.

La industria, que supone algo más de la mitad (el 52,3%) del consumo total de este servicio básico en Aragón, incrementó su demanda eléctrica un 4,8% en el primer semestre. Con este repunte no se repara todavía todo el bajonazo del consumo de este sector registró en 2020, que fue del -10,4%.

La evolución ha sido además de forma muy desigual entre los distintos subsectores. Por un lado, ha crecido con fuerza en la siderurgia y la función y en la agroalimentación, con subidas del 13,2% y el 5,1%, respectivamente. Estas actividades representan, en este orden, el 13,8% y el 15,1% de total del consumo de luz de la industria.

Sin embargo, ha caído en dos motores económicos de la comunidad, como el papel y el automóvil. En el primer sector, que supone casi una cuarta parte (el 23,7%) de la luz que demanda toda la industria, ha bajado un 2,3%. La tendencia negativa es más acentuado aún en la automoción, con un retroceso que alcanza el 12,3%, lo que se explica por los paros de producción que ha sufrido la planta de Stellantis debido a la acuciante falta de microchips, lo que ha provocado un cese en cadena en sus auxiliares.

En el caso del consumo residencial y de servicios, que absorbe la otra mitad de la luz (47,3%), la demanda eléctrica ha subido un 4,2%, mientras que en todo 2020 bajó un 7,6%.