La localidad turolense de Cedrillas sufrió ayer una fuerte tormenta de agua acompañada también de algo de granizo que firmó el récord registrado por la Agencia Estatal de Meteoroogía (Aemet). Así, sobre Cedrillas descargó un total de 50,8 mm entre las 13:45 y las 14.45 horas de ayer, aproximadamente, situándose a la cabeza de la lista nacional en la que también se coló Calamocha con 30,2 mm. En Aragón, este ránking fue ocupado también por Montalbán (Teruel, con 23.6 litros; Fonfría (Teruel), con 14,6; o Calanda (Teruel), con 14. 

Esta tromba de agua provocó la inundación de la cochera de la residencia. Afortunadamente, no hubo que lamentar daños personales ni materiales y, según explicó el alcalde José Luis Sáez, los bomberos achicaron completamente todo el agua con una bomba. Aunque en menos de una hora llegaron a caer 50 litros, fue más «el susto que otra cosa», comentó Sáez sobre esta «típica tormenta de verano» a la que ya están acostumbrado sus vecinos durante estos meses de verano. 

El alcalde de la comarca Comunidad de Teruel, Samuel Morón, informó que en las localidades de la comarca no se registró «ninguna incidencia considerable», ni los técnicos del 122 tuvieron que efectuar salidas de emergencia.

Además, Cedrillas ocupaba el puesto número uno en el ránking diezminutal con carácter torrencial con 21,4 litros. También se coló Calamocha con 10.8 litros a las 09.40 horas y Montalbán con 10.2 litros a las 08.40 horas

La alerta amarilla por tormentas se mantiene en el pirineo oscense, el centro de Huesca; la zona de Albarracín, el Jiloca, el Gúdar y Maestrazgo en Teruel y en la ibérica zaragozana. Todas ellas llegan acompañadas con una probabilidad de granizo.

Con el final de verano llegan también las últimas trombas de agua y estas últimas tormentas se suman a las de la semana pasada con especial incidencia en la Sierra de Albarracín. Allí, en Albarracín, las calles de la localidad quedaron inundadas de lodo y sedimentos después de los 12,6 litros de agua por metro cuadrado en menos de cinco minutos. Precisamente, el foco de mayor preocupación también se trasladó a la residencia de mayores por un posible riesgo de inundación de la parte baja del edificio.