Esta semana comienza la vendimia en la Denominación de Origen Protegida (DOP) Calatayud con la recogida de las variedades blancas macabeo y garnacha blanca y las tintas tempranillo y syrah. Posteriormente, en octubre se vendimiará la garnacha. Las previsiones de cosecha apuntan a un volumen de unos 12 millones de kilos, lo que supone un ligero descenso respecto a la media de los últimos años. 

El consejo regulador de la denominación ha destacado este lunes en un comunicado que la maduración de la fruta, que venía este año con unos quince días de retraso, está siendo "óptima". Las últimas lluvias caídas y las suaves temperaturas están contribuyendo a engordar el grano, que presenta "unas excelentes condiciones sanitarias", según los técnicos. 

La vendimia en esta denominación es la más tardía no sólo en Aragón, sino en el contexto nacional por sus características territoriales, con viñedos en altura y zonas escarpadas, lo que supone que algunas temporadas concluya a finales de noviembre.

Los técnicos de la denominación valoran la evolución de la cosecha “muy positiva”, con racimos bien formados, características que achacan a un invierno moderado, salvo algunos episodios conocidos, y una primavera lluviosa. El verano "ha sido caluroso pero no sofocante", lo que ha permitido un desarrollo "sano y bien estructurado" de los racimo. Por ello, "el buen estado sanitario que presenta la uva es indicativo de una añada de grandes vinos".

De las 3.321 hectáreas que conforman la denominación, las variedades tintas representan el 93% del total, siendo la garnacha el 71,5% la más representada, seguida de la tempranillo, con un 15% y la syrah, con un 7%. Las variedades blancas, macabeo y garnacha blanca son minoritarias, con un 7%.