El clima de consenso y paz social y política que reinaba en Aragón a raíz del estallido de la pandemia del coronavirus terminó este jueves con el portazo del Partido Popular a la Estrategia de Recuperación Social y Económica de Aragón. El líder de los conservadores aragoneses, Luis María Beamonte, anunció que su partido no participará más en una mesa en la que confluyen los intereses de todos los partidos políticos --salvo Vox, que se levantó antes incluso de empezar--, los sindicatos, la patronal y la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (FAMCP).

La estrategia de recuperación tenía sentido en un momento de «tragedia», dijo Beamonte, pero con la pandemia casi bajo control gracias a la vacunación, consideró que «no es el momento de más documentos, sino de gestión». Y en la gestión, convino el presidente de los populares, sus postulados no pueden mezclarse con los de los partidos de izquierdas, como Podemos.

El giro iniciado por Beamonte en el primer pleno del curso político se consumó ayer, pocos días después del rearme ideológico del PP en su convención celebrada en Valencia, y todavía con la fecha por definir del congreso del PP en Aragón. También sin concretarse si será él quien liderará al partido en la comunidad autónoma, pero con la certeza de que el discurso de Madrid empieza a imperar en el Palacio de la Aljafería.

«Se ha acabado el tiempo de los documentos y es el momento de que la gestión y la política respondan al esfuerzo de la sociedad», pidió Beamonte a Lambán, desde la Sala de Columnas del Pignatelli, en la antesala del despacho de Presidencia. «Después de reclamar varias veces la actualización de la estrategia, que Lambán pretenda hacerlo ahora, con los presupuestos del 2022 casi cerrados, carece de sentido», aseguró.

Sumarse a una mesa en la que seguirán los agentes sociales y la patronal, solo supondría participar de una «estrategia política» en beneficio de Lambán, dijo Beamonte, «no una estrategia para todos los aragoneses». En esta línea, el conservador consideró que el cuatripartito ha utilizado dichos acuerdos para «silenciar a la oposición» y les acusó de «oscurantismo» a la hora de dar a conocer el cumplimiento de las 273 medidas recopiladas en el texto común.

Tras meses pidiéndole al Gobierno que actualizara el acuerdo, y afeándole que «solo buscan la foto», ayer Beamonte dio un paso más para distanciarse del consenso que no ha querido rentabilizar como un valor propio.

La mano tendida del PP

Pese a todo, el líder de los populares aragoneses aseguró que el PP le tiende la mano al Gobierno para «hablar» de cuestiones como el pacto de la ciencia, el plan de infraestructuras o el de sanidad. Aunque no salió de la reunión con Lambán con ninguna fecha fijada en el calendario para hacerlo. «Para lo que no habrá diálogo es para la búsqueda de fotos que solo benefician a Lambán», insistió. Y defendió que ahora el PP hará «una oposición ni más dura ni menos dura, sino la que se merece un Gobierno que va dando tumbos». Recordando, con seguridad, que «ejercer la oposición es tan legítimo como gobernar porque ambas posiciones emanan de las urnas».

El nuevo rumbo del PP rasgará la imagen de cooperación y consenso de la que había hecho gala hasta ahora el presidente del Gobierno, Javier Lambán, que ayer reaccionó en su cuenta de Twitter: «La estabilidad social y política se ha convertido en imán de inversiones y oportunidades para Aragon. Intentaré convencer al PP para que rectifique y se sume a un nuevo pacto».

Con quien el diálogo fluye a raudales es con Daniel Pérez Calvo, que sí mantuvo su habitual cercanía con el presidente aragonés y afeó al líder del PP que se apee de la mesa de diálogo. «Como dijo McLuhan, el medio es el mensaje. La imagen de unidad de la mesa de recuperación vale oro para atraer inversiones. Sería una pena que otras fuerzas se desmarquen pensando en el interés electoral», criticó. La respuesta del presidente también le llegó vía tuit: «@DanielPerezCs valora mucho lo que significan los grandes acuerdos para atraer inversiones y propone ideas para un nuevo acuerdo. @Cs_Aragon ha demostrado una responsabilidad y un sentido de Estado que yo le agradezco mucho».

Daniel Pérez Calvo y Javier Lambán conversan este jueves en el despacho del presidente de Aragón, en el Pignatelli. CS ARAGÓN

Con quien el diálogo fluye a raudales es con Daniel Pérez Calvo (Cs), que sí que mantuvo su habitual cercanía con el presidente aragonés. Él sí afeó al líder del PP que se apee de la mesa de diálogo. «Como dijo McLuhan, el medio es el mensaje. La imagen de unidad de la mesa de recuperación vale oro para atraer inversiones. Sería una pena que otras fuerzas se desmarquen pensando más en el interés electoral», criticó.

El coordinador de Ciudadanos Aragón también llevó a la cita sus peticiones. Como la realización de una «auditoría o estudio» que permita conocer el «grado de ejecución real» de la última estrategia y la creación de una mesa de la energía para abordar «el tarifazo energético» y la gestión de las renovables en la comunidad.

«Afrontamos meses decisivos para la recuperación. La mesa actualizada tiene que ser un punto de encuentro y la pista de aterrizaje para los fondos europeos», reclamó. Lambán tampoco confirmó si atenderá sus peticiones, y está por confirmar si recibirá también al líder de Vox, Santiago Morón, que no se sumó inicialmente a la estrategia de recuperación.

Álvaro Sanz, coordinador general de IU Aragón, todavía tiene que cerrar una fecha para reunirse con el presidente. En cualquier caso, Sanz calificó de «improcedente a todas las caras» que Lambán convocara los encuentros coincidiendo con una sesión plenaria. Antes de que llegue la cita ya avanzó que el Ejecutivo deberá hacer «un análisis serio de los acuerdos anteriores antes de enfrascarnos en otros nuevos». El fin de la pandemia empieza a dar paso a la vieja normalidad. En todos los sentidos.