Los pacientes hepáticos de Aragón alertan de que la comunidad «está perdiendo» donaciones de hígado debido a la falta de un equipo de oxigenación por membrana extracorpórea (conocido como Ecmo) «de uso exclusivo» para el grupo de trasplantes de Aragón.

En la comunidad tan solo hay dos dispositivos Ecmo, que consiste en una máquina que permite oxigenar los órganos. Ambos se encuentran en el hospital Miguel Servet y su uso más habitual es la uci, donde por ejemplo en este año y medio de pandemia han dado mucho soporte a los pacientes covid. Es decir, su utilización es tanto para ucis como para trasplantes y es aquí donde, según la Asociación de Enfermos y Trasplantados Hepáticos de Aragón, surge el problema. «Si hay un donante en asistolia en Barbastro, en Teruel o en cualquier otro sitio y el equipo Ecmo está en uso por una uci no es posible llegar a salvar ese hígado», asegura el presidente del colectivo, Javier Arredondo.

Este dispositivo permite oxigenar el órgano de un donante en asistolia ( también conocida como parada cardiaca), conservándolo durante varias horas. Se trata de un equipo móvil que, de contar con él, permitiría «acudir al rescate» de un hígado en cualquier punto de la comunidad.

La situación que atraviesa Aragón ha derivado en menos donaciones (este año se han hecho menos de 20 trasplantes), en un aumento de las listas de espera (de 5 a 12 personas) y en un «agravamiento» de la patología de los pacientes que esperan un hígado. «Al no llegar el órgano y pasar más tiempo, empeoran clínicamente y entonces dejan de cumplir con los requisitos para ser receptores», señala Arredondo. Se han dado casos, incluso, de pacientes que han fallecido a la espera de un hígado.

La máquina cuesta 60.000 euros

La reclamación de los pacientes también se extiende a los especialistas en la materia. «Aragón ha pasado de ocupar una buena posición a estar a la cola en el número de donaciones y trasplantes hepáticos. Ha habido una caída general en todo el país derivada del covid, pero aquí la situación se agrava porque no contamos con un equipo Ecmo exclusivo», señalaba ayer a este diario Eloy Tejero, cirujano en el hospital Clínico de Zaragoza y director del Programa de Trasplante Hepático en Aragón. No piden muchos dispositivos, tan solo uno más «pero que sea de uso exclusivo» para el equipo de trasplantes de Aragón. Es decir, que no sea compartido con la uci de ningún hospital.

¿Qué es una máquina ecmo?

 La técnica de oxigenación por membrana extracorpórea o Ecmo permite aprovechar para ser trasplantados los órganos de un paciente que no está en muerte cerebral, pero sí en situación clínica irreversible. Para ello se utiliza una bomba de circulación externa, que es la que hace la función sistólica del corazón, e inyecta la sangre al organismo, de forma que el órgano se mantiene oxigenado hasta su implante en el receptor. El aparato se conecta al paciente mediante dos cánulas: una que se utiliza para extraer la sangre y otra para introducirla al sistema tras paso por el oxigenador.

"En otras comunidades han compensado la caída de los donantes por muerte general con los donantes en asistolia. Hay algunas donde hasta el 50% de los trasplantes de hígado procede de asistolia. Aquí no tenemos capacidad de respuesta. Cuando surge un donante en asistolia en el Clínico pero no hay Ecmo, es un hígado perdido. Si surge en Teruel y en Huesca pero no podemos ir, está perdido. Si surge en el Servet, pero sus Ecmo están en uso en las ucis, está perdido", lamenta Tejero.

Una máquina Ecmo cuesta alrededor de 60.000 euros y en otras comunidades ya se cuenta con ella en los grupos de trasplante. «Cuando se produce una donación en asistolia es imprescindible la Ecmo para salvar el hígado. Y, en el caso de los riñones, también es mucho mejor el resultado», matiza Tejero.

Otras comunidades se llevan los órganos

En Aragón, al no poder aprovechar a muchos donantes de hígado, vienen equipos de otras comunidades a llevárselo con su máquina portátil. "Es algo que sucede muy habitualmente», explica el cirujano, que lleva un año al frente del programa hepático en la comunidad.

Desde su llegada cuenta que han mantenido varias reuniones con el Departamento de Sanidad de la DGA (en alguna ha estado la consejera Sira Repolllés) para reclamar esta cuestión e indica que la actitud ha sido «muy receptiva», pero de momento no tienen respuesta. Por su parte, fuentes de la consejería indicaron a este diario que «por ahora, se está valorando la compra de un Ecmo» para el hospital Clínico.

"Tener un Ecmo portátil nos garantizaría no perder donaciones, porque si no es muy difícil llegar a todas ellas. La situación de agobio que se genera en las listas de espera es terrible, porque hay pacientes que mueren. Tenemos que aprovechar todos los recursos posibles y creemos que el Salud debería valorar la compra de esta máquina porque el coste-beneficio lo merece", remataba Tejero.