La Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón (ARMHA) mantuvo ayer una reunión con la directora general de Patrimonio Cultural, Marisancho Menjón, en la que expuso sus quejas por las medidas que se han tomado en algunos espacios de memoria. «Hemos expresado nuestro malestar, sobre todo por la resignificación en Cariñena y lo que pueda suceder en Belchite, y hemos pedido que cambie la forma de financiar las exhumaciones», explicó Enrique Gómez, portavoz de ARMHA, que habló en representación de la Plataforma de Asociaciones Memorialistas de Aragón, PAMA.

A la reunión asistieron también Paco Sánchez, de Pozos de Caudé, e Inma Rebla, de Charata.

Las últimas dudas comenzaron con el cementerio de Cariñena, que acogió el último sábado de octubre la ceremonia de resignificación del monumento de homenaje y recuerdo a las víctimas de la guerra civil. El acto consistió en la inauguración del memorial de homenaje y recuerdo a todas las víctimas de la contienda (1936-1939) y de los primeros años de posguerra, sin distinción de su ideología, del bando en el que combatieron, así como de las circunstancias en las que se produjo su fallecimiento. El propósito del monumento, según se dijo en tal fecha, es «recordar y hermanar a todas las víctimas del conflicto, una herida que se quiere cerrar, con un profundo sentido de paz, justicia y reconciliación».

Tal y como se explicó desde el consistorio, se trata de una «resignificación» del monumento a los caídos, quitando un símbolo franquista. Está integrado por una mesa y unos textos integrados. «En esta mesa se rinde homenaje a todas las víctimas, dentro del espíritu integrador y de justicia reparadora que debe presidir cualquier acto de memoria democrática».

El acto contó con la presencia del consejero de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Felipe Faci, que estuvo acompañado por la directora general de Patrimonio Cultural, Marisancho Menjón, y el alcalde de la localidad, Sergio Ortiz. Su asistencia enfadó a los memorialistas, que recuerdan que, si bien hubo muchas víctimas durante la guerra «no se puede olvidar lo que pasó después», señala Gómez, que recalca que hubo gente a la que el acto de Cariñena «les ofendió mucho» y que tampoco están de acuerdo en que se aprobara por parte de su ayuntamiento.

La corporación municipal, con el consenso de todos los grupos políticos, decidió abordar a lo largo de 2021 las actuaciones necesarias para resignificar el monumento a los caídos, e instaló en el frontal del monumento una placa de granito con un texto de reconciliación entre ambos bandos, al tiempo que dejó ocultos y fuera de la exhibición pública el escudo y las menciones de exaltación al régimen franquista. «Pero nosotros no entendemos ni compartimos que se esté igualando a víctimas y verdugos. Y nos da la impresión de que eso es lo que pasa, como tampoco estamos de acuerdo con lo que sucede con la placa del Ayuntamiento de Huesca u otras cosas como la que pueda ocurrir en Belchite».

Desde ARMHA recalcan que no dudan «del trabajo de la dirección general de Patrimonio», aunque puntualizan que «nos encantaría poder tratar con una dirección exclusiva de Memoria», con la que entienden que las relaciones serían más directas y se podrían alcanzar «puntos de acuerdo» de una manera más fácil.

Según Enrique Gómez, uno de los motivos de la reunión mantenida ayer con Marisancho Menjón es que se quiere «mejorar» el sistema de financiación para que sea más regular. «Creemos que los presupuestos que se plantean para exhumaciones no se pueden hacer vía subvenciones, y así creo que lo ven en el Gobierno. También es posible que pronto haya algunas reasignaciones de dinero por parte del Estado».

Desde Patrimonio Cultural destacaron que se trató simplemente de una reunión técnica de la que no salió nada en firme. Sí se habló de las distintas propuestas y de las fórmulas que se pueden utilizar para encontrar «un parecer común en cuanto a financiación» y la manera de apoyar económicamente las exhumaciones.