¿Qué objetivos se marca en esta etapa al frente de IU Aragón?

Es fundamental tejer una propuesta sólida que dispute esta forma que estamos teniendo de salir de la crisis, que plantee una alternativa clara por la izquierda. Eso supone estrechar alianzas con todos los que comparten con nosotros la visión de cómo está la comunidad y cómo construir lo que queremos. Aragón necesita una alternativa que no se acompleje de ser de izquierdas y que tenga vocación de mayoría desde la justicia social, la igualdad y la sostenibilidad. Hay muchos debates pendientes, como el de la financiación, el federalismo, las relaciones entre comunidades, la revisión del modelo fiscal y una reindustrialización sostenible. Tiene que ver con la igualdad de derechos, el feminismo y la prevención de la pobreza. Para ello hace falta una izquierda sólida, flexible y capaz de buscar alianzas.

¿Están cerca esas alianzas?

Yo creo que hay que hablar del diagnóstico. Hace falta que todas las personas que defendemos una alternativa podamos sentarnos en una mesa y avanzar en un diagnóstico correcto. Después, avanzar en el programa de una alternativa que nos permita convivir desde la diversidad para multiplicar en la pluralidad. No solo en el ámbito político, sino también social. Los sindicatos de clase han de ser un pilar en un momento de incremento de la conflictividad laboral en el que está en disputa cómo repartir la riqueza. También los movimientos feministas, ecologistas, vecinal, laicista y memorialista, que aportan los puntos de vista necesarios para construir una sociedad sana.

¿Se están produciendo ya esas reuniones a nivel político y social?

IU lleva trabajando desde el inicio de la legislatura con estos actores, porque buena parte de sus propuestas nacen de sus reivindicaciones.

Con Podemos ya se coordinan a nivel federal. Otro actor en Aragón es CHA... ¿Están trabajando?

Tenemos que sentarnos a hablar más pronto que tarde. En la asamblea hacemos un llamamiento a construir esos espacios de trabajo, que tienen que ir más allá de las instituciones. No puede haber solo coaliciones electorales; tienen que tener sustento sociopolítico. A nivel estatal, con la derogación de la reforma laboral o la subida del salario mínimo, nos encontramos con reticencias de clase, de la patronal, que poco tienen que ver con la justicia. Más allá de buscar siempre el consenso, hay que tener una hoja de ruta que nos permita avanzar.

¿Funciona mejor la coalición en Madrid que el cuatripartito aquí?

Son absolutamente realidades y políticas distintas. En la coalición de Madrid hay un programa claro y Unidas Podemos está haciéndolo valer de forma difícil, pero con contundencia. No tendríamos el horizonte de avances que se están consiguiendo si no estuvieran Podemos e IU en el Gobierno. Aquí la realidad es otra. Somos muy discrepantes con el cuatripartito. El status quo no se puede seguir manteniendo.

Aquí están PSOE, PAR, Podemos y CHA.

Hay una mayoría teóricamente progresista, pero no podemos desoír los aprendizajes del coronavirus por un mero ejercicio de comodidad. Falta valentía, audacia y voluntad. Hay cuestiones en las que nada tiene que ver el acuerdo de Gobierno en las que la salida es cuanto menos, conservadora.

¿Qué no le gustó en el debate de totalidad del presupuesto para pasar del ‘sí’ a abstenerse?

No me gustó ni la actitud ni la respuesta. No podemos volver al modelo sanitario de antes; hay que hacer cambios en la sanidad rural y la Atención Primaria. Pero el consejero (de Hacienda, Pérez Anadón) sacó pecho de su ambición por volver a lo que había antes. IU no va a votar a favor de unas cuentas donde no aparece lo que tendría que aparecer y el portavoz te dice que no aparecerá.

Usted y el presidente Lambán creen que el sistema no es sostenible, pero mientras él reclama un cambio de financiación autonómica, IU plantea abrir el debate fiscal.

Lambán y el cuatripartito han encontrado en la financiación autonómica y el Estatuto un escudo para no cumplir aquí. Lo que no podemos hacer es presumir de que tenemos unos impuestos muy bajos, que no benefician más que a los que más tienen, y pedir más a Madrid. Las rentas más altas se van de rositas en Aragón. Eso supone de facto que todos los años se bonifican más de 200 millones de euros solo en el impuesto de Sucesiones, fundamentalmente, a las rentas más elevadas. Cuando dice Lambán que esto o lo resuelve Madrid o no se resolverá... No está diciendo la verdad del todo. Tenemos capacidad no solo por la vía impositiva, sino de la capacidad económica. ¿Por qué no nos planteamos que los fondos de recuperación sirvan para generar empleo de calidad en los territorios desindustrializados? Estamos siendo solo gestores de subvenciones que damos a fondo perdido a grandes empresas que luego no tienen ningún tipo de consideración con los trabajadores. ¿Por qué no participamos de las empresas que subvencionamos? Tenemos empresas deficitarias como Aramón, que sí nos parecen fundamentales, pero no queremos cumplir con lo que firmamos en la Estrategia y montar una farmacéutica pública. ¿Por qué se niegan a una ordenación de las renovables? Hay que intervenir para sacar beneficios para todos, que no sea solo para los de siempre.

Solo IU habla en las Cortes de Aragón de subir impuestos.

Es una antítesis. No se pueden pedir ayudas para todo si no tenemos recursos para hacerlo. No se puede permitir que en Aragón haya crecido el número de ricos y el número de gente que está en la extrema pobreza. La fiscalidad es un elemento de justicia social. La situación de la gente que lo pasa mal aquí, en Madrid, en Valencia o en Cataluña, es similar, porque hay una injusticia de base. Y lo que hace falta es buscar un sistema justo en favor de la mayoría social.

En este tiempo, ¿ha visto algún cambio del Gobierno para lograr su apoyo a las cuentas?

No. Estamos trabajando en las enmiendas por ahora, y si los partidos que conforman el cuatripartito tienen voluntad, IU dijo que siempre va a tener voluntad. Pero hay cuestiones muy complicadas, como el recorte en cooperación del 25%.

IU está dentro de Zaragoza en Común. ¿Cuál será la estrategia para 2023?

Zaragoza es importante, pero es una parte del puzle que tiene que encajar en la propuesta general. Nuestra apuesta es seguir trabajando por ampliar espacios, sumar y crecer en términos no solo electorales sino en general.

¿Les preocupa la subida de Vox y que capture el voto de las clases más populares?

Ahora lo que toca es dar una alternativa material y de valores a la gente. Hay que hablar de derechos en positivo, de libertad en positivo. No habrá libertad si no hay garantía de igualdad de derechos... Hay que hablar de democracia, de laicismo, de igualdad y de cuidados. Esto tiene que ser el antídoto a cualquier opción reaccionaria. Me preocupa que las posiciones egoístas, insolidarias, negacionistas y la equidistancia cale en la población. Los reaccionarios tienen un discurso profundamente clasista, neoliberal, en favor de las grandes economías. Se llenan la boca con la libertad, pero lo que hacen es que los de siempre sigan teniendo los beneficios de siempre. Por eso, no son una opción para la gran mayoría social.