¿Quién cuida a quién? Cuidar y ser cuidado nunca deja de ser. Es innato del ser humano. Es la esencia, como su nombre indica, de Cuidarte, un servicio de atención socioterapéutica ofrecido por el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) y cuyo objetivo principal es dar respuesta a las necesidades emocionales y sociales de los participantes. Se trata de «habilitar un espacio protegido de encuentro para personas que tienen una situación común, que les genera una necesidad y un malestar emocional», comenta María Jesús Murillo, médico de los hogares de mayores de Monzón, Barbastro y Binéfar con una larga trayectoria en el liderazgo de estos grupos.

Cuidarte nació en el 2008 para atender a los cuidadores no profesionales. Una responsabilidad tomada en la mayoría de ocasiones de hijos a padres y traducida en el desplazamiento del «proyecto vital del cuidador para dedicarse a otra persona», expresa Murillo. Un colectivo que mientras se entrega a su familiar, pierde visibilidad social. Una realidad a la cual Cuidarte brinda herramientas para afrontarla.

«Los grupos crean un espacio importante de autoconocimiento para fomentar la autorresponsabilidad, en el que compartir sus emociones y tener otros puntos de vista sobre su situación. Se dan cuenta del poder que tienen para gestionar sus estados emocionales y se empoderan. Es donde reside la clave del éxito», explica Murillo.

A lo largo de diez sesiones aproximadamente, se trabaja también en «la importancia de la comunicación; de pedir ayuda; herramientas de autocuidado como la práctica de ejercicio, meditación, yoga y tener tiempo para hacer aquello que a cada persona le resulte más importante», añade Eva Bernad, trabajadora social del programa de Promoción y Autonomía Personal (PAP) y una de los 61 profesionales que dirigen los grupos alrededor de las tres provincias aragonesas. Pertenecientes a diferentes ramas sociosanitarias, se encargan de «llevar el guión de la sesión y seguir unos pasos para cumplir los objetivos. Mi función no es llevar una parte teórica sino cuidar a los participantes para que todos se sientan a gusto», aclara Bernad.

Cuidarte se desarrolla bajo unas normas: «La confidencialidad, el compromiso de asistencia con el grupo y hablar desde el yo. Y crear así un clima de confianza para contar cosas más intimas», expone Beatriz Pérez, trabajadora social de la Sección de Coordinación de Prestaciones y Programas de Mayores en Gerencia del IASS, quien resalta los resultados positivos que cosecha el programa.

El programa 'Cuidarte' da apoyo a cuidadores no profesionales o personas con diversas patologías, entre otras. SERVICIO ESPECIAL

Ayuda real

Entre los beneficios de Cuidarte destaca «la socialización, son personas que dejan de vivir su vida para vivir la de una persona en situación de dependencia; la relativización del problema, se dan cuenta que no solo les pasa a ellos; la valoración del autocuidado para ser responsables de sus vidas. Al final, es tomar conciencia y salir de su burbuja», detalla Bernad.

Lo demuestra Teresa, quien lleva cuatro años cuidando en su casa de su madre. Un testimonio que habla de desesperación, de buscar ayuda y de esperanza. «A veces perdemos los nervios y Cuidarte nos enseña a controlarlos, a cuidarnos a nosotros mismos, a darnos cuenta de que hay más personas que están como tú. Y surgen ideas nuevas. Ante un problema, una persona te puede decir cómo lo solucionó», relata Teresa, quien espera el próximo día de Nochebuena para celebrar los 101 años de Felisa, su madre. Teresa es una de los más de 2.000 participantes atendidos por el programa desde su creación.

La alta satisfacción de los usuarios condujo a una apertura de Cuidarte a otras personas con un perfil diferente. Personas integradas en el programa PAP, adolescentes, mujeres migrantes, personas en riesgo de exclusión social o personas jóvenes con múltiples patologías, entre otros. Es el caso de María Pilar, que recibió a los 22 años un diagnóstico de esclerosis múltiple sin una educación emocional que acompañará a sobrellevar la noticia.

«Llegas a Cuidarte con una vida destrozada y emocionalmente rota. Estamos en casa enfermos sin un objetivo en la vida y de repente, te abren un sitio en el que puedes ir, conocer gente, desahogarte, volver a aprender, a centrarte porque te has descolgado del mundo. Te das cuenta que la salud es lo primero y eso solo lo sabe quien ha pasado por tus zapatos», expresa María Pilar. «Ha sido como volver a nacer tanto física como emocionalmente», afirma la participante del grupo Cuidarte realizado por primera vez online tras detectar los profesionales un malestar emocional en personas con dependencia, patologías crónicas o vulnerables por el covid y con dificultad para salir de casa. «Inconscientemente te metes de cabeza en el grupo. Estás en tu rincón y se te pasan dos horas sin enterarte».

Un formato en el que se ha visto de nuevo «la potencia de la intervención grupal», señala Murillo. «La interacción grupal tiene una fuerza y un poder que surge del intercambio. Hablar con iguales, valida emociones y estatus. Cala más que la intervención individual», continúa. Un empuje capaz de fundar una red de apoyo a quienes necesitan ser cuidados.

«La atención a las personas a través de estas redes es uno de los objetivos de los proyectos del IASS. Un grupo es un elemento muy potente para generar redes y conocerse a un nivel de profundidad que no se haría en otro espacio. Es más operativo poner la energía que se dedicaría a una persona, en un grupo y los efectos son más multiplicadores», explica Pérez.

Redes que responden a ¿quién cuida a quién?. Los servicios sociales y sus profesionales a los ciudadanos. Ellos a sus familiares y a sí mismos. «Nosotros a ti. Tú a él o ella».

Dos vías para acceder al programa 'Cuidarte'

Acceder a ‘Cuidarte’ es posible mediante los hogares del IASS, donde el trabajador social revisa si se cumplen los requisitos para formar parte de un grupo, o del programa de PAP, dirigido a dependientes que aún mantienen cierto grado de autonomía.

Otra opción es a través del sistema sanitario. «Tenemos una colaboración con la red de centros de salud del Gobierno de Aragón, que están recetando el programa ‘Cuidarte’ y el servicio PAP como activo de salud, una actividad que el profesional prescribe y que puede ser igual o más beneficioso en el tratamiento de una persona», comenta Pérez.