El Ebro, río mediterráneo, tiene el suyo propio con picos que indican las avenidas ordinarias y extraordinarias que se suceden periódicamente. Estas avenidas suelen ser más frecuentes en primavera coincidiendo con el deshielo súbito de grandes cantidades de nieve del Pirineo, pero también pueden ser en diciembre como la famosa del 1961, cuando se formó el galacho de Juslibol o como esta última de la pasada semana.

Y por más motas que hagamos para contener estas avenidas, los ríos tienden a ir rellenando de agua los freáticos ocupando una amplia zona llamada llanura de inundación, que va más allá de las motas construidas y en situación de saturación de las gravas, el agua surge en superficie mucho más allá de las motas, acompañando y ampliando los flujos preferentes del río

Es más, las motas son un obstáculo para que el agua, en situaciones de bajada de caudales, encuentre más fácilmente el cauce normal.

Ebro Resilience

Desde hace unos años, en la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), se ha creado un instrumento, Ebro Resilience, qué sirve para ordenar la gestión que se debe hacer en los diferentes tramos del Ebro medio.

Con la participación de los diferentes sectores sociales de cada tramo en que se han dividido las actuaciones, se proponen diferentes medidas: Se retranquean motas, se eliminan otras, se crean cauces de alivio por dónde circula el agua en situaciones de crecida, zonas de inundación controlada....y entre todas, con la ayuda de regulación de los embalses, se laminan las avenidas de agua, disminuyendo la altura de los caudales y la velocidad con que discurren. Es una labor muy positiva y en ocasiones muy poco valorada.

Pero a pesar de todos estos esfuerzos, unas 12.000 hectáreas de cultivo se han anegado en esta últimas avenida. Es imposible evitarlo. Parte de estas has, son bosques de ribera que se talaron para campos de cultivo ocupando el dominio público hidráulico (DPH). Solo entre Alagón y Zaragoza el 40% del DPH se ocupó en estos últimos 60 años por cultivos agrícolas. U otro tipo de actividades económicas cómo granjas y viviendas que nunca se debieron colocar en terrenos del DPH

Beneficio de las inundaciones

Recordar en primer lugar que si históricamente no hubiera habido inundaciones, no habría agricultura en el valle medio del Ebro. Ponemos como ejemplo a los escolares, las inundaciones del Nilo, pero este mismo efecto tiene lugar en todos los ríos del mundo.

Un primer beneficio es que en estas última avenida hemos contemplado que el embalse de Yesa, a principios de diciembre, estaba al 16% de su capacidad. Hoy 20 días después lo tenemos al 47%, pero los 209 hectómetros cúbicos ganados, serán fundamentales para el riego en primavera-verano de 80.000 hectáreas de la zona de Bardenas. A pesar de esta gran avenida ni siquiera se llega a llenar la mitad del embalse de Yesa sin recrecer. Otros embalses se han recuperado de forma paralela.

Un segundo beneficio, es el hecho de que 75 poblaciones van a tener asegurado el abastecimiento de agua que reciben de la cabecera del Aragón, entre ellas Zaragoza, con el 40 al 50% del agua de boca que bebe. Son beneficios para la salud y beneficios económicos pero también los hay ambientales.

Estás avenidas mueven sedimentos hasta llevarlos al mar y eliminan buena parte del exceso de contaminación acumulada en el cauce, en especial los disruptores endocrinos como el bisfenol y los nitratos producidos por las actividades ganaderas del porcino de los que estamos apercibidos con multas millonarias por la Unión Europea.

La limpieza de las gravas del río: Dragar

El señor Lamban, el señor Azcón y el señor Celma entre otros, junto a ciertos sectores de medios de comunicación, señalaban la necesidad dragar el río. Todos los años tenemos que hacer lo mismos comentarios. El profesor Alfredo Ollero señala que dragar un metro de profundidad a lo largo de todo el río, solo supondría reducir la inundación en 5 centímetros de altura. Y, sin embargo, ensanchando el cauce en 100 metros se consigue rebajar 35 centímetros la altura de la avenida.

Pero da igual, cada inundación hay que rebatirlo con los mismos argumentos. La razón que encontramos nosotros es que hablar de las limpiezas del río da réditos electorales en los pueblos ribereños pero a costa de que la labor profesional de los técnicos de la CHE y profesores universitarios sea duramente atacada. En la ponencia de inundaciones de la Comisión del Agua en la que se trabajó durante dos años del 2017 al 2019, representantes de sindicatos agrarios, empresariales, de la universidad, de colegios profesionales, de la propia CHE, de ayuntamientos y grupos ecologistas, aprobaron por unanimidad un conjunto de 16 puntos

El tercero señala textualmente «que para la protección y seguridad de núcleos urbanos se reubicarán y se retirarán gravas y vegetación, a fin de aumentar la sección hidráulica del río y recuperar su caudal portante». Pero claramente indica que está actividad solamente se llevará a cabo para la seguridad de los núcleos urbanos. Esta ponencia fue ratificada en el 2019 en el pleno de la Comisión del Agua, en donde figuran representantes de partidos políticos, con 40 votos a favor y cuatro abstenciones y ningún voto en contra.

Limpieza de la vegetación del río

Eliminar la vegetación fuera de la proximidad de cascos urbanos lo consideramos un ataque a la biodiversidad y a la vida del río. Los bosques de ribera, según el investigador Fernando Magdaleno, se han reducido en los últimos 60 años en un 50%. Últimamente se han eliminado 47 has, al abrir pasillos en la vegetación para favorecer flujos preferentes en las riadas. Desde nuestro punto de vista, en avenidas extraordinarias, donde la llanura de inundación alcanzan en ciertos lugares más de medio kilómetro de anchura, estos pasillos dónde se rompe el ecosistema arbóreo, nos parecen pequeñas cicatrices en la riada que producen efectos meramente placebos entre ciertos sectores de población.

Y, sin embargo, hay ciertos efectos de los sotos que no se valoran suficientemente: ralentiza la velocidad de las avenidas, protege las orillas pero no eleva la corriente ni limita el desagüe, filtran los contaminantes del río y mantiene la biodiversidad en unos espacios esencialmente esteparios como los del valle medio del Ebro.

Las limpiezas del río

Lo que realmente limpian son las depuradoras que se han ido construyendo en los últimos 30 años y que, cumpliendo la directiva sobre aguas potables, tendrán que diversificar su acción sobre los llamados contaminantes emergentes. A un nivel mucho más modesto, los colectivos ecologistas hemos llevado en estos últimos 20 años docenas de limpiezas de neumáticos, plásticos, botellas, toallitas y hasta incluso botellas de butano y contenedores.

Seguros agrarios

En la ponencia de inundaciones citada anteriormente, el punto octavo viene a decir que los cultivos de riesgo del valle medio del Ebro no se deben asegurar de forma coyuntural sino de forma permanente. La labor de seguridad y ambiental que realizan estos cultivos anegados para la seguridad de las poblaciones, tiene que llevarnos a la restitución y pago de indemnizaciones del cien por cien de los daños sufridos.

Futuro de las inundaciones

Estas no se pueden evitar. Cada 25 o 100 años de media se producirán inundaciones mucho mayores que la que hemos sufrido en estos días. Hay que seguir con la mejora de la ordenación del territorio, en la elaboración de planes de seguridad de los municipios, en la coordinación de las administraciones, para intentar paliar que los efectos de las crecidas sean mucho menores.

Y estos graves problemas no deberían impedir las respuestas a otros muchos que tiene la agricultura en esta zona . ¿Por qué la agricultura del valle medio del Ebro solamente sirve, en un 90%, para producir alfalfa? ¿Por qué apenas se producen hortalizas que hay que importar de otras zonas de España o del extranjero? ¿Por qué no hay una suficiente regeneración de jóvenes agricultores? ¿Por qué los consumidores no apoyamos nuestra agricultura de proximidad?