La vulnerabilidad de numerosas patologías subyacentes se ha disparado casi dos años después del estallido de la pandemia. Menos diagnósticos de ictus, de diabetes, de cáncer o de hipertensión o más demanda de los cuidados paliativos, entre otras cosas. La Atención Primaria ha estado muy centrada en la gestión del covid y eso ha repercutido, innegablemente, en una disminución de la prevención de otras enfermedades cuyo diagnóstico y tratamiento han quedado en un segundo plano.

Menos diagnósticos de ictus, de diabetes, de cáncer, de hipertensión o más demanda de los cuidados paliativos, entre otras cosas.

El sistema sanitario, de algún modo, ha tenido que sobrevivir a costa de dejar otra atención asistencial de lado al no contar con recursos suficientes para poder abordarla. En Aragón, con una población tan envejecida y muchos pacientes crónicos, la pandemia ha pasado factura y los perjudicados por esas otras enfermedades quieren que se vuelvan a acordar de ellos.

Mucha demanda de los cuidados paliativos

El coronavirus ha disparado la demanda de los cuidados paliativos en Aragón porque a muchos pacientes crónicos «a los que no se le has podido dar tratamiento» se les ha derivado ya a esta atención asistencial en domicilio. Lo confirma a este diario la presidenta de la Sociedad Aragonesa de Cuidados Paliativos (Curisar), Marta Agudo, quien es también médica en el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (Esad)_de Teruel. «Tenemos más pacientes, pero los mismos recursos a pesar de tener que dar más atención», señala Agudo.

Solo el hospital San Juan de Dios de Zaragoza tiene una unidad de cuidados paliativos. HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS

Los cuidados paliativos en Aragón se ofrecen en la casa del paciente y vienen determinados por Atención Primaria. El colapso que han sufrido y sufren los centros de salud ha repercutido en el trabajo de los Esad. «La primera ola fue devastadora. Los domicilios se veían como un foco de contagio y en las dos o tres primeras semanas no pudimos ir a ver a todos los pacientes que lo necesitaban porque no teníamos protección. Yo hice alguna visita con el traje del ébola», cuenta Agudo.

"En las primeras semanas de la pandemia no pudimos ir a ver a todos los pacientes que lo necesitaban porque no teníamos protección. Yo hice alguna visita con el traje del ébola"

Marta Agudo - Presidenta de la Sociedad Aragonesa de Cuidados Paliativos

Su trabajo se juntó, además, con el miedo de los pacientes, que no querían ir a los hospitales. «Ahí notamos ya una mayor actividad que actualmente se mantiene porque también hay enfermedades que, tristemente, han empeorado por tratamientos tardíos y es donde entramos nosotros», explica Agudo.

La situación también se vuelve más complicada porque desde los hospitales no hay conexión directa. «No hay unidades específicas de valoración para determinar los cuidados paliativos desde aquí. Solo existe la del San Juan de Dios, pero en el resto de hospitales de Aragón no hay y eso no ha mejorado con la pandemia», añadía Reyes Ibáñez, vocal de Curisar y directora de la unidad de oncología radioterápica del Servet.

Uno de cada cinco cánceres se ha detectado tarde

El cáncer ha sido otra de las patologías que se ha visto afectada por la pandemia del covid. Desde la Asociación Española Contra el Cáncer en Aragón apuntan que «es pronto» para hacer balance de 2021, pero no niegan que los tratamientos y los diagnósticos tardíos están ahí porque vienen derivados de 2020. «La primera ola fue la peor», apuntan fuentes del colectivo.

Los datos apuntan que los pacientes oncológicos nuevos durante el confinamiento bajaron un 21% y un 14% lo hicieron los que asistían a los hospitales de día. Las cifras nacionales, que podrían ser extrapolables a Aragón, apuntan que uno de cada cinco cánceres no se diagnosticó o fue tardío al menos durante 2021.

Los pacientes oncológicos nuevos durante el confinamiento bajaron un 21% y los que asistían a hospitales de día descendieron un 14%

Es cierto que las intervenciones quirúrgicas de cáncer urgente nunca han dejado de hacerse, pero la actividad diagnóstica si disminuyó en el año del estallido de la pandemia con un 30% menos de citologías y un 23,5% menos de biopsias. En Aragón fue muy sonado, por ejemplo, el parón del programa de cribado de colon que, sin duda, dejó sin detectar numerosos tumores.

 En cuanto a si la tasa de mortalidad ha crecido, desde la AECC Aragón no disponen de datos concretos sobre los efectos que los diagnósticos tardíos han podido en las cifras de fallecidos.

Suspensión de operaciones de trasplantes

Los pacientes aquejados de problemas renales, hepáticos o cardiacos aseguran que su calidad de vida «ha bajado» por culpa de la pandemia, que ha lastrado los trasplantes. Actualmente, en plena séptima ola en Aragón, hay trasplantes «que se han paralizado» y «solo se hacen casos muy urgentes o los conocidos como código 0», asegura Javier Arredondo, presidente de la Asociación de Enfermos y Trasplantados Hepáticos de Aragón (AETHA) y también del Foro Aragonés del Paciente.

«Todo esto lleva a que la lista de espera ha vuelto a aumentar a 12 pacientes (en el caso de los hepáticos)», indica Arredondo. «También se han cancelado operaciones de hernias o eventraciones, que son frecuentes en los trasplantados de hígado», apunta el presidente, quien matiza que en esta séptima ola «tenemos compañeros contagiados de covid, pero ninguno ha requerido hospitalización». 

Médicos realizan un trasplante, en una foto de archivo. EUROPA PRESS

En cuanto a la atención asistencial, más allá de las esperas por una intervención, Arredondo sí recalca que las consultas «se mantienen» tanto presenciales como por teléfono. «Tienen que tenernos controlados por el tema de los inmunosupresores», dice. «En esta ola, desde luego, eso nos ha afectado mucho menos, pero en las anteriores cuando todo se concentró en las llamadas telefónicas lo pasamos muy mal», añade. Respecto a consultas más específicas, «en algún momento puntual», dice Arredondo, ha podido haber «un pequeño retraso porque algún médico o médica ha dado positivo en covid, pero sin llegar a cifras exageradas para nosotros, un par de semanas o tres a lo sumo», recalca el presidente del Foro Aragonés del Paciente.

Ictus, diabetes o problemas de salud mental

El deterioro en los tratamientos por culpa del covid también ha llegado a patologías crónicas como la diabetes, donde el control y la monitorización de los pacientes ha sido «tardía» en muchos casos. También la atención por accidentes cerebrovasculares (ictus) se ha visto mermada y esta bajó un 32% solo en la primera ola en Aragón, lo que pudo derivar en el agravamiento de esos casos no tratados.

Una persona diabética mide su nivel de glucosa. EL PERIÓDICO

Por otro lado, todas las enfermedades mentales (ansiedad, depresión, trastorno de la conducta alimentaria, suicidio...) se han visto agravadas durante la pandemia, especialmente entre los jóvenes, donde ha habido un incremento de las consultas por esta cuestión de un 20%. Pero esto son solo algunos ejemplos, porque hay muchas patologías de carácter crónico a las que el covid ha trastocado de alguna manera: alzhéimer, ELA, enfermedades reumatoides, cognitivas, raras, respiratorias... El listado es tan amplio como inabarcable.