La reforma de la financiación en los municipios para mejorar la prestación de los servicios a los ciudadanos centró el debate de la cuarta y última de las mesas redondas en la que participaron la alcaldesa de Utebo, Gema Gutiérrez (PSOE); y los alcaldes de Tarazona, Luis José Arrechea (PP); de Fabara, Francisco Javier Doménech (PSOE); y de María de Huerva, Tomás Díaz (IU). Durante sus intervenciones, los regidores reivindicaron un modelo que recupere competencias y personal. También recordaron cómo tuvieron que gestionar la pandemia y la oportunidad que presenta la llegada de los fondos europeos de recuperación para sus localidades.

Mejorar la calidad de vida de los vecinos sigue siendo uno de los mayores retos con el que se enfrentan cada día los ayuntamientos, independientemente del tamaño que tengan sus localidades. Para afrontar ese tortuoso camino, los alcaldes reclamaron que se haga cuanto antes una redefinición del sistema actual de financiación que permita gestionar y ofrecer mejores servicios.

Competencias en la administración local

«Hay competencias que no son municipales pero que en ocasiones asumimos en parte. La estructura autonómica está bien definida aunque siempre es mejorable, sin embargo existen deficiencias en algunos servicios que prestamos en el medio rural. Hay que darle una vuelta a la financiación de la administración local», expuso el alcalde de Tarazona. «Para que un municipio sea más atractivo hace falta que tenga buenos servicios sanitarios y educativos y buenas infraestructuras. Es complicado llevar estos tres vectores al medio rural, pero estos permitirán atraer población y que el tejido industrial crezca», señaló.

Utebo ha crecido de manera significativa y exponencial en los últimos años. De los 6.000 habitantes que tenía hace cuatro décadas ha pasado a casi 19.000, siendo además un municipio muy joven. Un tercio de su población tiene menos de 30 años, dos de cada diez son menores de 18 y el 88% es menor de 65 años. «El crecimiento ha sido exponencial, pero con unas políticas que han tenido las miras a largo plazo. Teníamos que crecer para dar servicio a una población que abarcaba a todas las edades y dotarle de los servicios e infraestructuras necesarias», admitió su alcaldesa. «Las competencias municipales en Utebo se han desarrollado de acuerdo al incremento de población y a satisfacer el desarrollo integral de las personas cubriendo todas las etapas de su vida», señaló Gutiérrez.

Gema Gutiérrez, alcaldesa de Utebo. ANGEL DE CASTRO

Utebo fue pionero en Aragón en la implantación del servicio gratuito de préstamo de libros a los escolares, gestiona dos escuelas infantiles y, pese a no ser de su competencia directa, mantiene su apoyo a los centros educativos. También ofrece actividades culturales, deportivas, formativas, de empleo y de ocio. «El objetivo principal es que el ciudadano tenga la sensación de que en Utebo se está bien todos los días de la semana y tenga todas sus necesidades y servicios cubiertos», recalcó.

También Arrechea destacó el «gran esfuerzo» que deben hacer los alcaldes y reconoció que es «mayor en los municipios más pequeños». «Son muchos los servicios que debemos prestar. Pero seguiremos saliendo mal parados si la financiación de la administración local no es estable y coherente y los ayuntamientos no tenemos un peso más fuerte», admitió el alcalde de Tarazona.

Fabara fue el municipio con menos población de los que participaron en el foro. Doménech aprovechó su presencia para acercar la realidad de un pueblo pequeño como el suyo, con poco más de mil habitantes. «A veces es difícil mantener determinados servicios», reconoció, pero también abogó por ser más autosuficientes en algunos ámbitos. «Los ayuntamientos tienen más capacidad de la que reconocemos. Fabara tiene suficientes recursos económicos, servicios y equipamientos, como una depuradora, las instalaciones deportivas, un matadero municipal, un centro de día… y hasta el camión de la basura, que es nuestro. Debemos dar servicios, pero nosotros apostamos por nuestro método y no buscamos opciones más caras», subrayó.

Francisco Javier Doménech, alcalde de Fabara. ANGEL DE CASTRO

Por su parte, Tomás Díaz manifestó que los servicios es «lo que más afecta y sensibiliza a los ciudadanos», siendo la administración local «la primera puerta a la que se dirigen». Con una población de 6.400 habitantes, de los que unos 2.000 tienen menos de 18 años, el alcalde de María de Huerva trasladó algunas de las reivindicaciones vecinales, como mejoras en el transporte público, un nuevo centro de salud para atender las necesidades de ocho municipios en la zona básica del Huerva o la ampliación de horarios por parte de las entidades financieras. También abogó por formar mancomunidades para aprovechar los recursos existentes como, por ejemplo, en el ámbito de la seguridad ciudadana.

Gestión municipal en la pandemia               

Otro de los asuntos tratados fue cómo el covid-19 trastocó la gestión municipal en ayuntamientos. Para Gema Gutiérrez, los dos últimos años marcaron la actividad y los servicios, pero lo hicieron de manera contrapuesta en un municipio como Utebo, que cuenta con una amplia oferta de actividades, servicios y equipamientos.

«La actividad quedó muy mermada, pero tuvimos que potenciar los servicios. Intentamos recortar lo menos posible para mantener los servicios básicos y fundamentales que tanto nos costó conseguir y sostener durante muchos años, pero tuvimos que destinar mayor inversión, tanto económica como de personal».

Luis José Arrechea, alcalde de Tarazona. ANGEL DE CASTRO

La crisis sanitaria obligó a suspender actividades. Sin embargo, el ayuntamiento tuvo que hacer modificaciones presupuestarias para poder invertir en actuaciones necesarias, como fue la limpieza de calles o centros municipales. «Los ingresos fueron los mismos y los gastos tuvieron que ajustarse. Ayudó que pudiéramos utilizar los remanentes y no tener el cinturón de la regla de gasto para poder reajustarlos mejor», puntualizó la alcaldesa de Utebo.

En el caso de Tarazona, el consistorio no pudo prestar ni servicios culturales ni deportivos, pero sí dedicar también un dinero extra a los trabajos de limpieza y desinfección en espacios sanitarios y educativos para protegerse frente al covid. A esto se añadió una pérdida de ingresos. «Tuvimos que seguir asumiendo algunos contratos pero sin los ingresos de los usuarios de estos servicios. La administración local fue la primera que estuvo y creo que los alcaldes supimos estar a la altura en unas circunstancias muy complicadas. Fue un momento muy duro», recordó Arrechea.

Fondos europeos

Por otra parte, la llegada de los fondos europeos podría ser una oportunidad para impulsar determinados proyectos que de otro modo los consistorios no podrían financiar. Unas inversiones que no llegarán a estos municipios porque no han concurrido a esta convocatoria extraordinaria de ayudas.

Para Utebo, el gran problema es la «gestión de la tramitación de los fondos», comentó Gutiérrez. «Ya sea por la pandemia o no, hemos sufrido una merma de personal. Por muy interesante que nos resulten, no podemos emprender nuevos proyectos cuando nos cuesta llegar al trabajo diario. La idea es asentar y mejorar la calidad de los servicios actuales y solo acoger proyectos atractivos que hagan crecer y enriquecer a la población. No vemos la necesidad de aumentar en cantidad, sino en calidad», expresó la alcaldesa.

También Arrechea destacó la «complejidad» en las tramitaciones. «La carga de trabajo es mucha y sacar tiempo es muy complicado. Trabajamos en tres vertientes –energías, medioambiente y turismo– pero nos encontramos con problemas burocráticos y que (los ayuntamientos) somos los únicos que no gestionamos ningún euro para su gestión».

Tomás Díaz, alcalde de María de Huerva ANGEL DE CASTRO

Por su parte, Fabara «ni se planteó» acceder a los fondos europeos. Doménech dijo que la clave pasa por «saber gestionar» las ayudas de los gobiernos central y autonómico, y sí exigió «lealtad institucional». «Cada vez que hay un problema de financiación se opta por centralizar y quitar competencias a los ayuntamientos y me refiero, por ejemplo, a la depuración de las aguas».

A modo de conclusión, el alcalde de Tarazona, población que supera los 10.000 habitantes, reconoció que «ser alcalde de tu municipio es lo más gratificante». «Somos el patito feo, pero también unos privilegiados porque quienes trabajamos cada día en el ayuntamiento podemos ayudar a los vecinos y prestar todos los servicios y atender sus necesidades». Y como reivindicación, volvió al punto de partida: «Debe haber una reforma de la financiación de la administración local porque es fundamental para prestar los servicios y que los municipios salgamos adelante», dijo. «Es fundamental reformar la ley, recuperar competencias y poder contratar personal para actuar en servicios como el sanitario y el educativo», añadió la alcaldesa de Utebo.