Cientos de trabajadores del sector de la industria aragonesa se quedarán en casa en los próximos días, si no lo están ya. La tormenta perfecta provocada por el incremento de los costes de las materias primas, el aumento de la factura de la luz y el gas, la falta de suministros y el paro del transporte de mercancías se cierne sobre decenas de empresas de la comunidad que asisten con inquietud a un escenario «complicado» en el corto y medio plazo.

Las factorías de Stellantis y BSH Electrodomésticos ejemplifican la dimensión de un problema que ya afecta a alrededor de mil trabajadores en estas dos fábricas. En el caso de Figueruelas, todo apunta a que los paros intermitentes continuarán en las dos próximas semanas, lo que afecta ya a la producción del Corsa de motor térmico. De esta forma, la factoría solo fabricará esta semana coches eléctricos de este modelo por la falta de microchips, lo que dejará en casa a unos 700 trabajadores, según apuntaron fuentes sindicales.

La planta de BSH también tuvo que detener la producción de su planta de La Cartuja el pasado viernes, algo que impacta directamente en 300 empleados que tienen previsto volver al trabajo este próximo miércoles 23, aunque las previsiones de la multinacional se realizan «día a día», aclararon. «Todavía arrastramos la falta de componentes sufrida durante la pandemia, por lo que aún no podemos cubrir la demanda que hay», señalaron. La causa concreta del problema es la falta de componentes electrónicos del panel frontal de las lavadoras.

"En peligro la continuidad"

En Saica, el paro del transporte ha provocado bloqueos y paros en diversas plantas de toda España. El área de Saica Pack ha iniciado ya paros técnicos en Sevilla, Valencia, Cantabria, A Coruña o Viana con parada de algún turno y máquina. En el caso de Saica Natur, la falta de transporte ha tenido un mayor impacto y ha provocado el paro de la actividad, tanto de salidas como de entradas de los almacenes en Cantabria, Asturias, Galicia y Sevilla. La compañía apunta que «si el paro se prolongase en el tiempo podría poner en peligro la continuidad de la actividad de Saica por la reducción de entrada de materias primas y por la reducción e incluso cancelación de entregas a clientes».

Otro de los gigantes de la industria que afronta la semana con incertidumbre es CAF. La empresa vasca ha anunciado este lunes que las fábricas de Beasaín y de Irún, donde trabajan unos 2.800 trabajadores, pararán desde el miércoles por el paro del transporte. En el caso de la factoría de Zaragoza, fuentes de la firma señalaron que el miércoles no se verá afectada la producción aunque no se descarta que eso ocurra a lo largo de esta semana. «El cese de actividad incidirá sobre todo en los operarios de producción, ya que el resto de plantilla (ingeniería, administración y otros departamentos), trabajará con normalidad». Si se detuviera la actividad en Zaragoza afectaría a entre 500 y 600 empleados.

«Si el paro se prolongase en el tiempo podría poner en peligro la continuidad de la actividad de Saica por la reducción de entrada de materias primas y por la reducción e incluso cancelación de entregas a clientes».

La lista de agraviados por esta tormenta perfecta es larga. En Pikolín, por ejemplo, no se ha tenido que frenar la producción de colchones, aunque reconocen «problemas con las entregas de los pedidos» y un incremento de los costes de producción que se ya repercutido ya en el consumidor final». Los problemas que existen en la industria “comienzan a ser graves”, ha manifestado el presidente de la Federación de Empresas del Metal de Zaragoza (FEMZ), Javier Ferrer, que incide en la afección en el sector del aluminio.

El escenario es especialmente complicado en las empresas que precisan del consumo de grandes cantidades de energía y gas. En Zaragoza, Megasa ya ha aplicado paros en la factoría mientras que Alumalsa ha retomado la actividad esta semana tras unos días de cese de la actividad. En Saica,