Refugio de delincuentes y quebradero de cabeza de los propietarios, tanto de los pocos que se atrevían a vivir en el interior del número 85 de la avenida Goya de Zaragoza como de los que quieren hacer negocio después de que la constructora Plaza14 haya puesto sus ojos en él para una promoción de viviendas. La Policía Nacional acabó ayer con el sufrimiento de unos y allanó el camino a otros, desalojando a los okupas que había en su interior. Una intervención que no fue fácil y que estuvo avalada por la autoridad judicial que dio su autorización.

Uno de los hombres que vivía en su interior mostró gran resistencia al salir, escupiendo y agrediendo a los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Jefatura Superior de Policía de Aragón. Incluso se llegó a realizar un corte al romper un cristal. Por todo ello fue detenido como supuesto autor de un delito de atentado.

Las investigaciones policiales marcaban este inmueble como uno de los refugios de los delincuentes que en las últimas semanas han estado llevando a cabo robos con violencia en la ciudad. Incluso, alguno de ellos implicado en los asaltos en la calle Fita.

El resto de okupas fueron identificados y dos de ellos trasladados a dependencias policiales para practicarse diligencias. Las investigaciones policiales marcaban este inmueble como uno de los refugios de los delincuentes que en las últimas semanas han estado llevando a cabo robos con violencia en la ciudad. Incluso, alguno de ellos implicado en los asaltos en la calle Fita de principios de mes que conllevaron una reacción del colectivo LGTBI para pedir más seguridad en la zona.

En el interior de la vivienda hallaron un patinete que había sido robado en las inmediaciones del hospital Clínico Lozano Blesa de la capital aragonesa.

La finca está situada a un paso de Gran Vía y la avenida Valencia, en una zona muy cotizada del centro de la capital aragonesa. Hay una sentencia, que ya es firme, que autoriza el derribo del edificio que se declaró en ruina económica tras una inspección. Esta catalogación se produce cuando no hay riesgo de ruina inminente y cuando el coste de las obras necesarias supera el 50% del valor actual del inmueble.

En los últimos días, los okupas habían conseguido enganchar la luz al fluido de un cuadro eléctrico cercano. Una situación que preocupaba a los propietarios de las casas ante el peligro de incendio.