El Periódico de Aragón

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ENTREVISTA
Presidente de la asociación de transportsitas Tradime Aragon

José Antonio Moliner, presidente de Tradime: "Los grandes del transporte se han hecho de oro asfixiando a los pequeños"

José Antonio Moliner, presidente de la asociación de transportistas Tradime Aragón, en la sede de la organización. JAIME GALIINDO

Tradime Aragón lleva 43 años luchando por los intereses de la pequeña y mediana empresa del transporte. Es la organización mayoritaria de este colectivo en la comunidad, con 700 socios que suman más de 2.000 camiones, y mantiene una posición muy crítica sobre la deriva del sector y su precarización, pero marca distancias con la Plataforma convocante del paro a nivel nacional.

¿Por qué ha estallado el transporte?

El transporte lleva 30 años dejado a su suerte sin que ningún Gobierno se haya preocupado por su reconversión. Solo ha importado que funcione y que sea lo más productivo posible. Ha habido dejadez. El gran transportista y operador se ha hecho cada vez más potente y gana cada vez más dinero. Se han hecho de oro pero asfixiando a los pequeños.

¿Cuál es el problema?

El verdadero cáncer son las falsas cooperativas de transporte. Hace 25 años se implantó el título de transporte, un examen exigente con el que se puso el listón muy alto para poder llevar una empresa de este tipo, pero ahora también exige el bachillerato. Nosotros lo recurrimos al Tribunal Supremo y nos lo denegaron. Se ha subido demasiado el listón para entrar a la profesión, pero se ha dejado abierta la puerta de atrás de las cooperativas, donde pagas y alquilas el título. En realidad son falsas cooperativas que se nutren de falsos autónomos. El único sitio donde están en Europa es en España. Lo que ocurre es que así tienes una mano de obra muy barata, llegando casi al esclavismo. No tiene ningún sentido y en eso estamos luchando desde hace cinco años. El chollo de un gran operador logístico sin escrúpulos es un cooperativista.

¿Cuántos cooperativistas de este tipo hay?

En España unos 8.000. En Aragón, según nuestros cálculos, entre 400 y 500, pero en realidad hay más porque hay cooperativas que tiene su sede fuera.

¿Qué propone Tradime?

No pedimos acabar con las cooperativas, porque las hay que funcionan como deben. Incluso el futuro puede que pase por ahí, por agrupar a los pequeños transportista, pero aportando su camión y su tarjeta de transporte. El fraude de ley está es que son falsos autónomos. No tienen camión, sino que está al nombre de la cooperativa, ni titulo de transportista. La cooperativa es la que les dice donde tienen que cambiar los neumáticos o echar gasoil. Lo que pedimos es que estos camioneros en el régimen general de la seguridad social. Se podría hacer con un simple decreto.

«El verdadero cáncer del transporte son las falsas cooperativas y las empresas buzón que utilizan camiones con matrícula de Rumania o Bulgaria para abaratar costes»

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¿Por qué la Plataforma no habla de este problema?

No hablan del tema pero se ha nutrido de esos cooperativistas desesperados para armar su ejército. Estos, si dejan la cooperativa, pierden el dinero que han depositado. Es una estafa en toda regla y la Administración ha mirado para otro lado.

¿Y por qué no actúa la Inspección de Trabajo?

Las cooperativas que están domiciliadas aquí las hemos denunciado. De hecho, una fue multada por la Inspección de Trabajo con 183.000 euros y ha sido descatalogada como tal por la Dirección de Trabajo del Gobierno de Aragón, pero han recurrido a los tribunales y han abierto otra cooperativa en Madrid, curiosamente en los locales de una patronal del sector muy conocida que dice defender a los transportistas autónomos. Es un negocio redondo para los fundadores de la cooperativa, que son realmente los que mandan.

En la industria cárnica se puso coto a este modelo y se regularizaron miles de falsos autónomos, ¿por qué no en el transporte?

A lo mejor porque el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) no lo pide. Si lo hicieron, como venimos reclamando desde Tradime hace tiempo, puede que fuera diferente. Esta fue una de las razones por las que nos salimos del CNMT hace unos años.

¿Cómo afecta este sistema a los pequeños transportistas?

Con las falsas cooperativas han bajos el listón, no podemos trabajar a un precio de mercado digno. Es una vía de precarizar y abaratar el trabajo. Este sistema, que hace que los márgenes sean muy pequeños o inexistentes. Las grandes empresas serán muy productivas, pero las pequeñas se están muriendo. No les interesa un transportista que quiera aplicar el precio que corresponde, sino esa gente que trabaja por lo que sea. Luego llega una debacle como la de ahora con el combustible y están ahogados y no pueden sobrevivir.

¿Qué otros problemas hay?

El otro gran problema es lo que ocurre con el cabotage, en el que se utilizan las llamadas empresas buzón, que tiene su sede en países de Europa del Este, como Bulgaria o Rumania, donde los costes de la actividad son un 25% por bajos. Este sí es un problema de toda Europa y ahora hay una norma de movilidad para poner orden, pero se tiene que trasladar a la legislación española. Pedimos que se haga con celeridad, pero al Comité de Transportes tampoco le interesa esto.

¿Hasta cuándo durará el paro?

Terminará algún día, como todo. ¿Cuándo? En nuestro caso, lo tiene que decidir los socios de Tradime.

¿Por qué Tradime no va de la mano de la Plataforma?

Lo primero porque no creemos que se puedan hacer las cosas a la fuerza, sin llegar acuerdos para ir a un paro, que ha sido inducido. 

¿Cómo valora el acuerdo alcanzado por el Ministerio de Transportes con el Comité?

Cuando una carretera tiene muchos baches y empiezas a bachear, a final se levanta y vuelve a salir el agujero. Lo que hay que hacer es acondicionar bien y asfaltar para que esa carretera sea sólida, que es por lo que lucha Tradime, por tener un transporte de futuro. No podemos seguir así.

¿Qué habría que hacer?

El Gobierno tiene que tomar conciencia realmente de lo que ocurre, porque solo tiene una visión, la que le da el CNTC. Hace falta una reconversión, que defina el transporte que queremos. Si queremos que sea precario y esclavos como ahora y el de un país civilizado. Grandes y pequeños tenemos ponernos de acuerdo y avanzar hacia un punto medio. Nos guste o no. Yhay que dignificar la profesión para hacerla atractiva sino no habrá transportistas. Antes de que reviente, como ha pasado, se tendrían que haber puesto medidas. El Gobierno debe proteger al débil, que son gente como los que entran en esas cooperativas sin ningún control y engañados con el señuelo de que ganaran 5.000 euros al mes.

¿Cómo se dignifica la profesión?

Toda reconversión cuesta un dinero. Hay gente que hay que jubilar y sacarla del sector. Una persona a partir de 60 años no es apta para conducir un camión si lleva además 30 o 40 años en la carretera. Deben reconocerse las enfermedades profesionales con sus coeficientes reductores e implantar la jubilación anticipada, como ocurre en Francia o Alemania. Es además una cuestión de Seguridad Vial.

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