El consejo de administración de Renfe ha dado luz verde a una licitación para poner en marcha un servicio de atención remota en estaciones (llamado Ares) del que se beneficiarán doce localidades de Aragón. De ellas, en nueve ya no queda personal a pie de estación para la atención al usuario. Solo en tres todavía lo hay: en Monzón-Río Cinca y Tardienta, en la que trabaja una persona ocho horas, y en la de Cariñena, que está diez.

Las doce localidades que recibirán esta mejora en el servicio al usuario son, además de las tres mencionadas, las de Ayerbe, Sabiñánigo, Gallur, Luceni, Jaca, Canfranc, Ariza, Santa Eulalia del Campo, Cariñena y Samper de Calanda. Salvo en esta última, en las demás ya funciona una máquina autoventa para el usuario.

Sin embargo, esta mejora que ahora plantea Renfe servirá para optimizar el servicio, algo que desde el medio rural se viene reivindicando desde hace tiempo. Forma parte de una inversión global de más de 13 millones de euros en toda España y que llevará estas nuevas máquinas a 134 estaciones de todo el país.

En este contrato, la empresa adjudicataria tendrá que proporcionar los equipos terminales, su instalación, así como el personal del contact center para la atención remota de los viajeros. El objeto del contrato es la prestación de un servicio personalizado de atención, información y venta remota al cliente. Además de la instalación de esos 134 terminales de venta, Renfe podrá solicitar otros 20 adicionales cuya ubicación está por definir a una adjudicataria que también se encargará del mantenimiento, de reparar los daños que cause el vandalismos o el mal uso de las instalaciones.

Este servicio, que supone externalizar la atención al usuario con una respuesta remota en las estaciones, funcionará así durante cinco años, que es el plazo con el que se licitará el contrato, y a partir del próximo 1 de octubre. Aunque podrá ser prorrogado por Renfe hasta un máximo de tres años adicionales.

Inversión en Monzón de Adif

Este modelo de atención presencial a distancia funcionará con «agentes Ares» que aparecerán en las pantallas de los terminales e interactuarán con los usuarios, atendiendo sus necesidades de información, atención y compra de billetes. Solo hará falta tocar una pantalla táctil para que el usuario sea atendido por un teleoperador.

Por otra parte, este martes se ha dado luz verde en el Consejo de Ministros a una inversión en la línea de Zaragoza-Lérida a la altura del tramo entre Monzón y Grañén que supondrá destinar casi 21 millones a mejoras en la infraestructura. Se aprobó autorizar al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) a licitar, a través de Adif, el contrato para la mejora de las instalaciones de señalización en esta vía de ancho convencional. Saldrá a concurso por 20.985.170 euros.

El objetivo es dotar a las instalaciones de seguridad y señalización de este trayecto de las máximas condiciones de fiabilidad, funcionalidad y disponibilidad, ya que estos sistemas son esenciales para garantizar una óptima explotación ferroviaria. Ello redundará en una clara mejora de las prestaciones para la circulación de trenes, a la vez que en una reducción de las incidencias relacionadas con las instalaciones.

El contrato prevé la redacción del proyecto constructivo, la ejecución de las obras, las pruebas y la puesta en servicio de las instalaciones de señalización y seguridad. Entre las obras más destacadas, figura la instalación de nuevos enclavamientos electrónicos en Marcén-Poleñino, Sariñena, El Tormillo-Lastanosa y Selgua; la adaptación de estos sistemas de gestión del tráfico en Grañén y Monzón-Río Cinca; la actualización de bloqueos automáticos y la modificación del telemando.