ACOGIDA SOLIDARIA EN LA COMUNIDAD

Más de 90 niños saharauis pasan el verano en Aragón gracias al programa Vacaciones en Paz

Las tensas relaciones políticas entre Argelia y España retrasan un mes la llegada de los menores

92 niños llegaron ayer a España para pasar el verano con familias de acogida de todo Aragón. | S.E.

92 niños llegaron ayer a España para pasar el verano con familias de acogida de todo Aragón. | S.E. / m. monreal rams

Después de dos años de espera por la pandemia, los niños saharauis de los campos de Tindouf (Argelia), volvían a viajar este domingo para pasar sus vacaciones de verano en España. Concretamente son 92 los que llegaron a Aragón (45 en Zaragoza, 40 en Huesca y 7 en Teruel). Son cuatro las asociaciones que trabajan dentro del programa Vacaciones en Paz, Alouda en Huesca, Um Draiga y Arapaz en Zaragoza y Lestifta en Teruel.

Después de cinco horas de espera en el control de pasaportes del aeropuerto de Barajas y un largo viaje en autobús hasta las capitales de provincia, los menores pudieron encontrarse con sus familias de acogida, con las que presumiblemente se quedarán hasta finales de agosto.

Uno de estos niños es Hama, de 11 años, que pasará con Roberto y Silvia, sus padres de acogida, las próximas semanas. «En 2019 acogimos por primera vez a un niño que en aquel momento tenía 11 años, después de los dos años de pandemia ya tiene más de 13 años y no puede volver, es por ello que tomamos la decisión de acoger a Hama, que es su hermano pequeño», explica Roberto Pérez, miembro de Um Draiga y padre de acogida.

«En 2019 la experiencia fue muy buena, no solo para el niño que estuvo en casa, sino también para nosotros que aprendimos mucho de él y crecimos mucho como personas, por eso desde que supimos que se iba a recuperar el programa no dudamos en participar», añade Pérez.

Hama pasó su primera jornada conociendo el museo de Ciencias Naturales | S. E.

Hama pasó su primera jornada conociendo el museo de Ciencias Naturales | S. E. / m. monreal rams

En esta ocasión, el programa comienza casi un mes después de lo habitual. Desde las oenegés aseguran que el motivo se encuentra detrás de las tensas relaciones diplomáticas existentes entre Argelia y España. «Tanto el gobierno español como el de Argelia han empezado muy tarde con los trámites y al final los únicos que salen perdiendo son los niños, que pasan menos tiempo aquí», añade Pérez.

Durante los días que pasan en Aragón las propias asociaciones son las que organizan actividades para que los niños sigan socializando entre ellos. Ayer mismo, en su primera jornada en Zaragoza, los menores que residen en la capital disfrutaron de una excursión al museo de Ciencias Naturales.

La experiencia veraniega no se limita a quedarse con una nueva familia sino que los niños reciben también atención médica. «Las condiciones en un campo de refugiados nunca son las mejores y normalmente todos los niños llegan con algún problema de salud», explica Pérez. Aunque la desnutrición es lo más común los niños suelen pasar también por dentista, otorrino y oculista. «Son las asociaciones las que lo organizan todo y los médicos atienden de forma altruista», añade el voluntario.

Desde la oenegé explican que el número de familias de acogida ha disminuido tras la pandemia, lo que se traduce en «menos niños que pueden salir de los campos» y recuerdan que el proceso es muy sencillo. «Solo tienes que acercarte a cualquiera de las asociaciones y pasar una entrevista personal, a partir de ahí ellos se hacen cargo de todos los trámites y de todos los costes del proceso», explica Pérez. «El único gasto que afrontan las familias es el que supone tener una personita más en casa. Nos encargamos de la alimentación y de la ropa o lo que necesite el niño mientras esté aquí», concluye.

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