El Periódico de Aragón

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LAS CUENTAS DEL SISTEMA PÚBLICO

El coste de las pensiones aragonesas sube casi el triple que el de cotizaciones

Los ingresos de la Seguridad Social en la comunidad baten un techo de 1.278 millones hasta junio tras repuntar un 2,4%. La nómina de las prestaciones llega a 1.750 millones en el primer semestre, un 6,5% más que hace un año.

Dos personas de edad avanzada descansan en un banco en la ciudad de Zaragoza. ANDREEA VORNICU

El comportamiento del mercado laboral en España no cumplió los malos pronósticos que anticipaban economistas u organizaciones empresariales respecto al impacto de la nueva legislación, primero, y de la invasión de Ucrania, después. El pasado mes de julio, Aragón sumaba 594.459 afiliados de media a la Seguridad Social, un volumen desconocido desde septiembre de 2008, cuando todavía se celebraba la Expo de Zaragoza y en la antesala de la doble recesión (double dip recession) y tras la caída de gigantes como Lehman Brothers. Un avance compartido por todos los segmentos de actividad y que mira de reojo a un otoño que dejará a varios países comunitarios, clientes principales de la empresa aragonesa, en situación de recesión técnica. En espera de lo que depare la cuesta de la vuelta al cole, el incremento de las afiliaciones ha redundado en un notable incremento de los ingresos de la Seguridad Social en concepto de cotizaciones sociales.

Sin tener en cuenta la aportación de las mutuas colaboradoras –con 115,6 millones de euros hasta mayo, último dato disponible–, la caja común recaudó más de 1.162,3 millones de euros en la primera mitad del año. No solo es una mejora respecto al mismo periodo del año pasado (un 2,4% más), sino que deja muy atrás los registros previos al covid. Eso sí, claramente insuficiente para compensar el incremento del gasto en pensiones.

Si a la recaudación por cotizaciones sociales de la Seguridad Social se le suma esa contribución de las mutuas hasta mayo, los ingresos en la comunidad autónoma completarían en torno a 1.278 millones. Es una cantidad históricamente alta, aunque, por otra parte, y como constatan las cifras oficiales de la cartera que preside José Luis Escrivá, las prestaciones (de jubilación, viudedad, orfandad, incapacidad y favor familiar) se elevaron sustancialmente más. Casi tres veces por encima de lo que lo hicieron los ingresos, concretamente.

En el primer semestre, la nómina completa de las prestaciones abonadas a zaragozanos, oscenses y turolenses rebasó por primera vez la barrera de los 2.000 millones de euros (en concreto, 2.114), seis puntos y medio por encima del gasto computado en el mismo periodo del pasado ejercicio (1.986 millones). Teniendo en cuenta el desembolso de las pagas extra y de la propia evolución de las jubilaciones, la Seguridad Social habrá abonado a cierre de 2022 cerca de 4.500 millones de euros en este colectivo. Una cantidad –otra más– desconocida hasta la fecha, en un capítulo de gasto que no para de incrementarse año tras año.

El efecto de la inflación

Hay factores ya estructurales que explican estas cifras, tanto en lo concerniente a la mejora de la recaudación por cotizaciones –solo se habían reducido en el ejercicio covid– como en la progresión constante de la nómina de pensiones. A saber: mejora en la calidad del empleo, creación neta de puestos de trabajo y alargamiento de la esperanza de vida. Pero hay otro aspecto, de momento coyuntural, de especial relevancia: la inflación. Con la reforma del sistema de pensiones impulsada por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, en plena crisis de deuda, se adoptaron dos medidas para contener el coste del sistema de prestaciones: el índice de revalorización y el factor de sostenibilidad. El primero establecía que, mientras la Seguridad Social estuviese en situación de déficit, que no ha abandonado desde 2011, las pagas aumentarían un tope del 0,25%. El segundo copaba el importe de las mismas: se cobraría menos –no llegó a entrar en vigor de forma efectiva– pero durante más tiempo, por la mayor esperanza de vida.

A comienzos de año, el Gobierno de Pedro Sánchez anunciaba un alza del 2,5% en las prestaciones contributivas, y de otros tres puntos en las no contributivas. Este hecho es lo que explica en buena medida que, en solo un año, el gasto del sistema en Aragón haya aumentado en 128 millones de euros en el primer semestre. Y lo mismo ha sucedido con los rendimientos por el trabajo. Al margen de que el empleo de calidad haya crecido, los salarios pactados por convenio recogieron incrementos de salario del 1,76% en la comunidad aragonesa hasta el mes de julio.

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