El municipio zaragozano de El Frago rindió ayer homenaje Juan Beamonte, un alcalde socialista de la localidad que fue fusilado durante la Guerra Civil. Se trató de un acto de «memoria y reparación», según afirmó el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, quien participó en la jornada, donde descubrió una placa en honor del que fuera primer edil, junto al hijo de la víctima, Teófilo Beamonte, quien recordó a su padre y apuntó que este acto «supone mucho» para él y nunca se lo hubiera podido imaginar.

El acto tuvo lugar en el muro exterior del cementerio de la localidad, y además del jefe del Ejecutivo autonómico, Javier Lambán, asistieron el actual alcalde de El Frago, José Ramón Luna, familiares de Juan Beamonte, y otros representantes institucionales.

El presidente aragonés incidió en que los poderes públicos deben promover la justicia y la reparación como «un deber ético ineludible, pero desde la verdad histórica». Lambán también ensalzó la figura de Juan Beamonte, quien a pesar de estar pocos meses en el cargo, «dejó señal de aquello que le condujo a asumir la máxima responsabilidad de su pueblo, que no era otra que la justicia social y ayudar al maestro a difundir la educación».

Por la dignidad

En este sentido, el presidente autonómico opinó que la memoria histórica hecha desde la política suele conducir a planteamientos «maniqueos y sectarios», que transmitidos a la ciudadanía producen «enfrentamientos y desajustes indeseables». Defendió por ello que la historia la tienen que hacer los historiadores, «porque cuando está bien hecha no es de buenos y malos, simplemente cuenta la verdad, y conocerla produce y da lugar a hombres y mujeres libres, con capacidad crítica y demócratas», apostilló.

Igualmente, ha relatado que hubo una parte de los españoles que fueron «indignamente enterrados en cunetas o lugares desconocidos» y ha añadido que quienes lo hicieron «trataban de borrar su memoria y su existencia».

De manera que con actos como el de El Frago, «les enterramos con dignidad, por fin descansan en paz y su memoria se instala en la memoria colectiva de manera digna y ajustada a la realidad». Además, se convierten en representantes de valores como la igualdad, la libertad y la democracia, «que en este momento resultan más necesarios que nunca», concluyó. Por su parte, José Ramón Reyes consideró que esta acción «ha abierto una ventana de aire fresco» en el pueblo.

Acto en Uncastillo

Por otra parte, el próximo domingo 18 de septiembre tendrá lugar en el cementerio municipal de Uncastillo un homenaje público a once personas de la misma localidad asesinadas durante la Guerra Civil «por sus ideales sociales y políticos» en defensa de la II República. Posteriormente los cuerpos recibieron un entierro «digno» en dicho cementerio.

A solicitud de sus familiares, a finales del año 2018, la Asociación Charata para la Recuperación de la Memoria Histórica de Uncastillo comenzó una campaña arqueológica de localización y exhumación de fosas comunes en el cementerio de Sádaba (Zaragoza), donde se pudo exhumar e identificar genéticamente al uncastillero Martín Cortés Lasilla.

En el año 2020 el Colectivo de Historia y Arqueología Memorialista Aragonesa (Chama), en colaboración con Charata, nuevamente a solicitud de sus familiares, consiguieron exhumar en el cementerio de Farasdués (Ejea de los Caballeros) una fosa común donde se encontraban los restos de diez uncastilleras asesinadas en agosto de 1936, que recientemente han terminado de ser identificadas genéticamente.

En el transcurso de estos años se han realizado varias campañas de exhumación, además de los necesarios estudios antropológicos o genéticos. La Diputación Provincial de Zaragoza y la Comarca de las Cinco Villas costearon mediante ayudas al desarrollo de la Memoria Histórica el grueso de los análisis genéticos y de dichas exhumaciones, que también han contado con el inestimable apoyo de los Ayuntamientos de Ejea de los Caballeros, Sádaba y Uncastillo, así como una pequeña ayuda del Gobierno de Aragón. Finalmente, se ha conseguido una ayuda de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática para costear los gastos de entierro y del homenaje público.