El año hidrológico no ha comenzado bien. Después de un verano más cálido y más seco de lo normal, el otoño, habitualmente estación más húmeda que el verano, no está dejando buenas cifras. De hecho, en los primeros diez días del año hidrológico tan solo ha llovido un tercio de lo que cabría esperar.

Según informó la Agencia Estatal de Meteorología, el año hidrológico 2022-2023, que comenzó el 1 de octubre, acumula en sus primeros días un 63% de déficit de precipitaciones respecto a los valores normales del periodo de referencia 1981-2010. Se han recogido 9 litros por metro cuadrado en todo el país, cuando de media lo normal serían 24.

 El análisis por cuencas refleja que solo se superan las cantidades normales de precipitación respecto al periodo de referencia en la Comunidad Valenciana, en la mitad este de Castilla- La Mancha y en todas las islas Baleares, salvo al oeste de Mallorca. No es, por lo tanto, el caso de Aragón.

Las precipitaciones de la última semana no lograron frenar el descenso del volumen de agua embalsada, que cayó hasta el 31,9% de su capacidad total, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO). Se trata de la peor situación en 27 años. En el caso de la cuenca del Ebro, el agua embalsada está en la segunda peor posición, solo por delante de las cuencas internas de Cataluña.

La sequía sigue ahogando a los embalses en Aragón, llegándose a producir incluso datos históricos por la parte baja de la tabla. Es el caso del embalse de Yesa, que se encuentra a un nivel de llenado de 52,9 hectómetros cúbicos, el quinto dato más bajo desde que se tienen registros y el más bajo de los últimos 21 años. En comparación con los datos que registraba el embalse hace un año, que eran de 71,3 hectómetros cúbicos, Yesa ha bajado en 18 hm3, y en 39,2 con respecto a la media de los últimos cinco años.

Pese a ello, la Confederación Hidrográfica del Ebro asegura que el agua de boca está garantizada y, con la campaña de riego ya finalizada, se espera que el otoño sea lluvioso para poder recuperar los niveles habituales y que el verano que viene no se sufra por escasez. De hecho, en la última campaña de riego se han tenido que hacer ajustes debido a la escasez del pantano y esta terminó 15 días antes de lo previsto.

Con datos del mes de agosto, cuando el nivel del embalse era de 173 hm3, con un 39% de llenado, ya era el dato más bajo de los últimos 20 años y el segundo más bajo de los últimos cinco lustros. El año 2002 fue el único con menor volumen de agua en ese mes, de 145 hectómetros cúbicos, un 32%. En octubre, cuando se registró el mínimo de ese año, la cantidad embalsada era de 69 hm3, superior al actual.