Genepol comenzó su actividad en 2013 con 20 trabajadores en plantilla, y en este momento ya emplea hasta 75 personas. Además, la empresa se ha fijado como objetivo alcanzar los 120 puestos de trabajo en un plazo de dos años.

La actividad de Genepol tiene una huella de carbono enormemente positiva, ya que genera unos ahorros en emisiones de CO2 de 30.000 toneladas anuales. La compañía apuesta de forma definitiva por la innovación y el desarrollo como forma de asegurar su competitividad en el largo plazo. En esta línea, todas las inversiones previstas los próximos años tienen como objetivo la mejora ambiental de los procesos, la disminución de la huella energética e hídrica, el desarrollo de nuevas materias primas recicladas, la mejora de la huella de carbono y la mejora de las condiciones ergonómicas de los empleados.

Las comarcas mineras ofrecen condiciones inigualables para el desarrollo de su actividad: personal cualificado y comprometido, apoyo de todas las administraciones, superficie industrial disponible, comunicaciones óptimas, cercanía a puertos muy competitivos de salida para la exportación de sus productos, y distancia razonable a prácticamente los núcleos de población españoles principales.

Genepol desarrolla su actividad dentro de un sector de gran proyección y aspira a aprovechar esta circunstancia para seguir creciendo como lo ha hecho hasta ahora.

En sus instalaciones de Escucha, Teruel, cuentan con 12.000m2 de naves cubiertas y 3.000m2 de almacén exterior. Su filosofía es asegurar el mejor aprovisionamiento a los clientes centrándose en el control de calidad, la innovación continua y mejora del producto.

Genepol distribuye a nivel nacional e internacional granza de polietileno de baja densidad reciclado. Su amplia experiencia en el sector, capacidades de producción y logística nacional e internacional, les permiten ofrecer la mejor calidad y seriedad como proveedores de polietileno de baja densidad

Proceso completo

El proceso de reciclado se puede resumir en varios pasos. El primero consiste en la compra de plástico de calidad, con el que se hace una selección y un test de entrada. A continuación, se tritura para obtener el tamaño de material idóneo para facilitar el reproceso. El lavado primario consigue eliminar la suciedad más superficial y el lavado secundario se encarga de la restante. Mediante el proceso de extrusionado se somete el material a un doble filtrado, así como una doble desgasificación. Con el granceado se obtiene el producto final, al que hay que someter a un control de calidad para certificar que cumple con todos los requisitos requeridos.