Para corregir esta situación, los y las docentes aragonesas llevan años demandando una mayor contratación de profesorado, y convocatorias de oposiciones más amplias, que permitan una atención más personalizada al alumnado y familias.

Esta mejora puede producirse transformando horas lectivas en otro tipo de jornada laboral, algo que ya existía en el conjunto del estado hasta los recortes de 2012, al igual que la figura de las maestras y maestros de apoyo; y que todas las autonomías (excepto Madrid y Murcia) han recuperado o acordado recuperar el próximo curso. Lamentablemente, en Aragón no solo los trenes a Teruel van despacio, hemos estado diez largos años sin deshacernos de este recorte.

Desde 2017, el personal docente aragonés ha visto como la negociación de esta medida era pospuesta una y otra vez por el Departamento de Educación. Por ello, el profesorado aragonés se ha ido movilizando a lo largo de estos años, realizando múltiples concentraciones, visitas a los grupos parlamentarios, al justicia de Aragón, se han recogido más de 5000 firmas, se convocó una huelga y se ha publicado un informe que denunciaba la situación del profesorado aragonés del cual se hicieron eco los medios a nivel nacional.

Parece ser que el Consejero de Educación se ha dado cuenta de que «el tiempo enseña al que no tiene maestro» y le han indicado que era hora de dar el paso. Quizás haya ayudado el acuerdo firmado por CCOO a nivel estatal para que cada Administración Pública establezca una jornada de 35 horas semanales para todo su personal.

Así, esta semana, el Ejecutivo aragonés ha firmado un acuerdo con los cinco sindicatos de la Mesa Sectorial de Educación para, a lo largo de dos cursos académicos, reducir la carga lectiva del profesorado de enseñanzas medias y del cuerpo de maestros y maestras en dos horas lectivas. A esta medida se acompaña un nuevo acuerdo de sustitución de docencia directa dirigido al profesorado mayor de 55 años que se irá también implementando de manera gradual. Debemos recordar el envejecimiento de la plantilla docente aragonesa en la última década, ya que entre 2009 y 2017 el número de profesorado mayor de 60 años creció un 45,54% y el menor de 30 años disminuyó un 40,82%.

Es sabia virtud reconocer el tiempo y que sin él es imposible llevar a cabo con calidad todas las funciones que debe desempeñar a diario el profesorado. Es importante aclarar que con esta medida no se modifica el número de clases que recibe el alumnado y que los y las profesionales de la enseñanza seguirán trabajando el mismo número de horas dentro del centro. Lo esencial es destacar que este avance supondrá aproximadamente la contratación de más de 1000 nuevos docentes y por lo tanto una mejor atención al alumnado, más personalizada y en resumen un mejor servicio público.

Hace falta voluntad política

Igualmente de necesaria es una mayor dotación de auxiliares de educación especial y técnicos de educación infantil, algo que no sólo beneficiaría a los trabajadores y trabajadoras de la enseñanza, sino que también daría respuesta a las demandas de las familias aragonesas. La solución es sencilla, hace falta voluntad política y como bien dice el refrán «tiempo y dinero, grandes remedios».

Estas mejoras del sistema educativo vienen recomendadas desde 2019 en la Ley 4/2019, de mejora de las condiciones para el desempeño de la docencia y la enseñanza en el ámbito de la educación no universitaria. Y seguramente la aplicación del punto segundo del Acuerdo Marco para una Administración del siglo XXI deriven en que sea el estado quien las costee.

El Ejecutivo aragonés ha entendido la Educación como un elemento de rédito electoral, supeditando la mejora de las condiciones laborales del profesorado a otros esfuerzos inversores . Si analizamos los datos facilitados por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, entre 2018 y 2020 el gasto del Departamento de educación del Gobierno de Aragón aumentó un 6,58%, mientras que la media de las CCAA aumentó un 10,06%. Es decir, en Aragón la inversión creció un 35,5% menos que la media estatal.

Durante siete años el Gobierno aragonés ha mantenido el exceso de trabajo y aumentado la burocracia, dejando a los equipos docentes exhaustos. Ahora que ha vuelto la vista a sus trabajadoras y trabajadores esperamos que continúe en el empeño, y dejemos de ser el profesorado peor pagado y el que más interinidad soporta de todo el estado.