¿Cómo están las carreteras aragonesas?
Están como todas del país, en situación deficiente. Esto se produce desde 2009, cuando la inversión fue disminuyendo y las administraciones no han tenido el dinero necesario para tener las carreteras en estado de revista. Aragón no se escapa. En los últimos años, la recta es descendente. Hemos empeorado, sin duda ninguna. En la inspección visual de 2019, la inversión necesaria para tener las carreteras de todo el país en aprobado era de 7.500 millones. En la de 2021, esa cifra sube a los 10.000 millones. Aragón está en la misma línea.
¿Alguna carretera aragonesa acumula más problemas?
No. Nosotros lo que hacemos es auditar toda la red. El déficit de inversión en Aragón es de 959 millones para poner las carreteras en un adecuado estado de explotación.
Ustedes analizan el pavimento, la señalización y el balizamiento. ¿Qué está peor aquí?
Hay una evolución negativa en los firmes. Y hemos detectado mejoras sensibles en el balizamiento y en la señalización horizontal.
¿Han constatado que al liberalizar las autopistas se haya descuidado el mantenimiento de las nacionales?
Hemos visto que donde se han levantado las barreras del peaje, el tráfico ha crecido muchísimo, sobre todo, de vehículos pesados. Por lo tanto, la comodidad de la conducción ha empeorado. ¿Si derivado de ello hay conductores que optan por volver a la nacional...? Lo cierto es que no tenemos conocimiento de que haya habido un abandono de las carreteras nacionales. Es acumulado y viene de que no se ha invertido al nivel que se necesita._No veo una dejadez de conservación por quitar el peaje.
¿El modelo concesional es el más factible para paliar el déficit?
Desde siempre apoyamos el modelo concesional porque tiene beneficios. Ningún país puede renunciar a mantener el estado del bienestar y el gasto social no deja de crecer. Eso supone que la carretera no recibe los fondos necesarios, que deberían ser del 2,5% del patrimonio viario año a año. El Gobierno de Aragón impulsa este modelo, que es pionero, y hemos quedado impactados y satisfechos. Es un paso valiente y lo que esperamos es que lo pongan pronto en marcha porque el beneficio social lo notarán enseguida.
¿Pagar por el uso de las carreteras es una alternativa?
La carretera necesita una financiación propia y sostenible, de los Presupuestos, de la colaboración público-privada o de una tarificación de la red. No se trataría de un impuesto. La carretera es un servicio público esencial y lo que se necesitaría sería una tarificación por el uso de un servicio público, como en el tren. Eso redunda en la mejora de las carreteras. Ya se ha demostrado en el País Vasco.
¿Por dónde va el futuro?
Debemos intentar crear "carreteras que perdonan". Es decir, que palien o perdonen los errores de los conductores. Por ejemplo, con carreteras 2+1, que permiten adelantar en algunos tramos con comodidad. El conductor tiene la tranquilidad de que podrá adelantar y eso reduce los choques frontolaterales, que son los accidentes más habituales.
