INNOVACIÓN E INVESTIGACIÓN SANITARIA

Aspanoa lamenta que los equipos de protonterapia "pasen de largo" de Aragón

La asociación asegura que la donación de 10 aparatos por parte de Amancio Ortega era «una gran oportunidad» / El colectivo precisa que la comunidad está "en el vagón de cola" en varios tratamientos de cáncer infantil

Una de las máquinas de protonterapia de la clínica especializada de Quirónsalud en Pozuelo de Alarcón.

Una de las máquinas de protonterapia de la clínica especializada de Quirónsalud en Pozuelo de Alarcón. / QUIRONSALUD

Ana Lahoz

Ana Lahoz

Siete comunidades van a recibir equipos de protonterapia para tratar el cáncer, financiados por la Fundación Amancio Ortega, pero entre ellas no está Aragón. Esta situación ha generado malestar estos días en colectivos como Aspanoa, que lamenta que la formalización del contrato por parte del Ministerio de Sanidad haya «pasado de largo» de Aragón, lo que supondrá seguir derivando a niños con cáncer a otros territorios para recibir esta radioterapia.

«La sensación es que estas nuevas terapias, tarde o temprano, acabarán por aplicarse por cómo evoluciona la investigación. Nosotros estaremos a la cola mientras que otras comunidades ya habrán cogido experiencia», señala a este diario Gabriel Tirado, presidente de Aspanoa. «De alguna manera es una gran oportunidad perdida porque era un buen momento para subirse a este tren. Aplicar esta tecnología supone una inversión pública muy grande y el respaldo de la Fundación de Amancio Ortega era un empujón importante», considera Tirado.

"Es una gran oportunidad perdida porque era un buen momento para subirse a este tren. Aplicar esta tecnología supone una inversión pública muy grande y el respaldo de esta fundación era un empujón importante», dice Gabriel Tirado, presidente de Aspanoa.

La protonterapia es una modalidad de radioterapia que utiliza protones en vez de rayos X o electrones, lo que permite una liberación más localizada de la radiación, una mejor distribución de la dosis y una menor afección al tejido sano circundante. «Es una técnica muy precisa que evita las secuelas. En el caso de los niños, se aplica sobre todo a quienes sufren tumores cerebrales, por lo que una afección mínima todavía es más importante porque luego tienen por delante una vida muy larga», explica Tirado.

Traslados a Pozuelo de Alarcón

En Aragón, la protonterapia la requieren entre 3 y 5 niños con cáncer al año. Las familias deben viajar a alguno de los dos únicos hospitales privados que prestan este servicio: la Clínica Universitaria de Navarra y el Centro de Protonterapia Quirónsalud, que está en Pozuelo de Alarcón. Es a este último al que se deriva a los niños aragoneses. El Salud corre a cargo de los gastos, pero desde Aspanoa también ayudan económicamente a las familias que lo necesitan. «Ningún niño que lo necesite se queda sin el tratamiento, lo que pasa que tiene que salir de aquí. Hablamos de casi un mes fuera y, obviamente, el confort y la comodidad no es la misma», añade Tirado.

La protonterapia permite una liberación más localizada de la radiación, una mejor distribución de la dosis y una menor afección al tejido sano circundante. En general, menos efectos secundarios.

Desde Aspanoa reclaman que en la comunidad tampoco hay tratamiento de inmunoterapia de células CAR-T. En este sentido, en España hay acreditados 29 hospitales y ninguno es aragonés. De este modo, tanto pacientes adultos como pediátricos que requieren de esta técnica avanzada deben salir fuera a recibir las sesiones, al igual que sucede con la protonterapia. «La sensación con la inmunoterapia es que se quiere dar pasos y hay cierto interés, pero falta ese impulso definitivo. Al final, sucederá que cuando todos lo apliquen volveremos a llegar tarde», insistió Tirado.

Trasplantes de médula

Desde que se implantó esta técnica, Aragón ha solicitado que 29 pacientes reciban esta terapia, aunque solo consta que 14 la hayan recibido, según los datos del Ministerio de Sanidad. Son pacientes adultos y pediátricos y, en el caso de estos últimos, se da un caso cada dos años.

Por último, otra de las intervenciones que tampoco se realizan en Aragón son los trasplantes de médula a niños con cáncer por parte de un donante externo. Estos casos también suele ser uno cada dos años y a los menores se les traslada a Barcelona.

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