Entrevista |

El secretario de Reto Demográfico: "Habrá más oportunidades de descentralización de sedes"

Francesc Boya, secretario general de Reto Demográfico del Gobierno de España, participó el jueves en las jornadas sobre incendios forestales en el Pignatelli

Francesc Boya, secretario de Reto Demográfico del Gobierno de España.

Francesc Boya, secretario de Reto Demográfico del Gobierno de España. / Jaime Galindo.

Laura Carnicero

Laura Carnicero

¿Qué relación tiene la despoblación con los grandes incendios?

No es que exista una relación directa. Con los bosques en unas condiciones de estrés hídrico y con temperaturas altísimas, si están gestionados y hay una población en el medio rural que se ocupa del entorno forestal, con una ganadería extensiva que limita el crecimiento del matorral en su entorno, tienen una resiliencia que les hace ser menos vulnerables al fuego. El medio rural es el que aporta esa capacidad de gestión que, sin gente en los pueblos, prácticamente es nula.

Son fenómenos complejos...

Sí, los incendios sabemos a qué causas responden: el cambio climático, el problema de la gestión territorial, y sabemos que debemos intervenir en la gestión de los bosques. La despoblación es más compleja porque responde a unas casuísticas históricas y otras transversales que hay que abordar desde distintos puntos de vista. Cada ruralidad tiene un contexto distinto y, por tanto, hay que abordar el problema desde esta diversidad. Aún así, creo que por primera vez estamos poniendo en marcha una política pública que se ocupa de esta cuestión. No se puede actuar de forma mágica e instantánea, pero creo que hemos dado pasos determinantes, con herramientas para mitigar las desigualdades y dar músculo a las instituciones locales y autonómicas.

El Gobierno de Aragón lleva tiempo apostando, por ejemplo, por mantener colegios con tres alumnos. ¿Cómo valora su gestión?

La gestión es positiva. Cada comunidad está buscando sus herramientas para hacer frente a los problemas desde su situación particular. Aragón ha puesto en marcha una estrategia que habrá que evaluar en el tiempo y hacer los ajustes necesarios a medio y largo plazo. Pero es una estrategia que, con datos empíricos, ha mejorado los números de la pérdida de población.

"Las medidas fiscales solas no solucionan el problema de la despoblación"

¿Queda por intentar todavía alguna medida estructural por parte del Gobierno central?

Sí, hay medidas. Tenemos que mejorar la calidad de los servicios y mantener el acceso a la educación y la sanidad. Por otra parte, hemos conseguido algo que no parecía posible: somos el segundo país de Europa con una mayor capilaridad en la conexión digital; estamos a la par que Dinamarca. El proceso de digitalización va a ser vital para el medio rural. Pero más allá de ello, tenemos que abordar la creación de oportunidades, especialmente para los jóvenes y las mujeres, que son especialmente las que más se han marchado de este entorno. Ahí estamos trabajando para revitalizar el ámbito de las oportunidades. Acceder a los fondos europeos queda fuera del alcance de las pequeñas administraciones y el apoyo desde el Estado es imprescindible. No podemos olvidarnos de que hay una trinchera, la de los pequeños municipios, con los alcaldes y las alcaldesas que están en la primera línea y necesitan este apoyo del Estado.

En Aragón se frena la pérdida de población, no tanto en las localidades pequeñas, sino en las cabeceras comarcales. ¿Se puede realmente frenar la pérdida de vecinos en los pueblos pequeños?

Esto va por barrios, o por pueblos. Algunos están consiguiéndolo. Pero es verdad que el impacto en los pequeños municipios depende muchas veces de proyectos pequeños que pueden hacer posible que se instalen una o dos familias, lo que cambia absolutamente el horizonte del pueblo y permite abrir la escuela. O puede ser que eso no suceda y el proceso de envejecimiento y de pérdida de población siga de forma inapelable. Por eso es importante la acción directa con los ayuntamientos. Es muy difícil que ayuntamientos de cien habitantes se enfrenten solos a la despoblación, por eso necesitamos proyectos que tengan la capacidad de aglutinar municipios. Asuntos como la vivienda, la conectividad, las comunicaciones y transportes públicos, son comunes en todos. Es positivo que las capitales comarcales suban población ya que repercute en todo su entorno.

Teruel intentó albergar la sede de la Agencia Espacial Española, pero se habló de la pérdida de población de Sevilla para dársela. ¿Se podría haber hecho algo más para priorizar realmente a una zona despoblada?

Sobre la deslocalización de agencias no hay que perder el foco de la importancia de que el Gobierno haya decidido tomar esta iniciativa. Por primera vez, en un Estado construido de forma muy radial, hay un Gobierno que ha apostado por la desconcentración de sedes. Me cuesta mucho entrar en los detalles técnicos, porque la Agencia Espacial requiere de unos requisitos de alta especialización y, con ese criterio se ha escogido la sede. Pero esto no cierra ninguna etapa y va a seguir habiendo oportunidades de deslocalización de otras sedes que quizás podrán adaptarse mejor, en este caso, de Teruel.

Francesc Boya, en el Pignatelli, tras el foro de incendios.

Francesc Boya, en el Pignatelli, tras el foro de incendios. / Jaime Galindo.

¿Se puede ir más allá de lo que ha planteado el Gobierno con las ayudas a los costes laborales en Teruel, Cuenca y Soria?

Creo que es una decisión audaz del Gobierno, pero se tiene que valorar en un tiempo prudencial su resultado. En la medida de ese resultado, se podría modificar. Se ha optado de momento por ayudar más a los más pequeños, y a partir de ahí veremos su impacto. La política fiscal por sí sola tampoco es la solución a todos los problemas, sino que es una medida más.

¿Esto supone que las reclamaciones de las zonas colindantes despobladas deben esperar?

Claro. De momento, el Gobierno las aplica donde las puede aplicar según establece la UE.

"Hay que compensar al medio rural por su aportación a la descarbonización"

En la España menos poblada también preocupa la explosión de energías renovables y su escaso impacto en términos de empleo. ¿Cómo se puede lograr que dejen beneficios en el territorio?

El empleo verde es una oportunidad. Lo que está haciendo el Gobierno es procurar que los proyectos se adjudiquen con una mochila de impacto territorial que permita generar empleo y oportunidades en el territorio. Hay que conciliar los intereses del territorio, legítimos, con una necesidad objetiva del planeta para desarrollar energías limpias. Estamos trabajando: hay consciencia de desarrollar oportunidades en el medio rural y de compensarle por la aportación que está haciendo a la descarbonización.