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Adiós a las mascarillas en el transporte público: “Ya era hora”

Los zaragozanos celebran el fin de la obligatoriedad de llevar tapabocas en el autobús o el tranvía, aunque algunos todavía la portan “porque van muy llenos” / Los jóvenes son los que más se la quitan y los mayores optan en muchos casos por mantenerla

La mascarilla ha dejado se ser obligatoria hoy en el transporte público.

La mascarilla ha dejado se ser obligatoria hoy en el transporte público. / ANDREEA VORNICU

Eva García

Eva García

“Tarde”, “Ya era hora”, “Por fin”, “Inexplicable”. Estas eran las palabras más repetidas a primera hora de la mañana al subir o al bajar del transporte público en Zaragoza, aunque también se mezclaba algún “para mi no cambia nada”. Después de más de mil días, la mascarilla ha dejado de ser obligatoria en taxis, autobuses y tranvías, y muchos tenían ganas ya de dejar de llevarla, sobre todo los más jóvenes; mientras que a los mayores les costaba más por "prudencia".

“Ha sido una liberación sobre todo cuando va muy lleno por el calor y el calor humano”, reconocía Natalia Domínguez, que no se la había puesto “y ya no creo que me la ponga porque no tiene mucho sentido” ya que en otros sitios donde se concentra mucha gente y no era obligatoria. De la misma opinión era Celia Mainar, quien no veía lógico tener que llevarla en el transporte público “y no en una discoteca”.

Cerca de ellas un matrimonio esperaba al tranvía ya con ella puesta. “En el autobús no la hemos llevado pero no sabemos cómo va a venir el tranvía, así que la ponemos hasta ver cómo va”, decían

La comodidad y la cantidad han sido los dos aspectos que han tenido en cuenta los zaragozanos para seguir o no con la mascarilla puesta. “En el trabajo ya no la llevaba, solo para el tranvía y ya estaba cansada”, señalaba una joven tras salir del transporte público poco más tarde de las 9.00 horas. Iba bastante lleno y varias personas la llevaban. “Me va a costar quitármela”, aseguraba Luis, porque “ya casi es una costumbre que habrá que ir quitando”, reconocía, aunque también tenía claro que había llegado el momento de dejarla a un lado. “Por si acaso yo la llevaré en el bolsillo y lo iré decidiendo en el momento”.

En los autobuses, la misma percepción, también entre los conductores, para quienes conducir con la mascarilla se había convertido casi en “una pesadilla”, lo que provocaba que la medida se había relajado y tanto ellos como los viajeros en muchas ocasiones la llevaban mal puesta, así que “mejor no hacerlo”, decía Ana García. Ella, que suele viajar en el tren, afirmaba que allí “hace tiempo que muchos no la llevan salvo que se lo pidas”, así que no veía “lógico” hacerlo en el autobús, "sobre todo porque la que llevamos en el bolsillo ni nos acordamos cuando la cambiamos", aseguraba entre risas.

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España ha sido el último país en retirar la obligatoriedad en el transporte público. Para Marga, “hemos sido más papistas que el papa”, ya que “en todo el mundo se ha retirado y nosotros aún estamos debatiendo”, ha dicho, antes de asegurar que le parecía que la población había sido “muy respetuosa porque hasta hoy se ha seguido llevando sin muchos problemas”, salvo algún rifirrafe cuando alguien no la llevaba o se había olvidado, que también pasaba.

Muchos zaragozanos han optado por seguir portándola.

Muchos zaragozanos han optado por seguir portándola. / ANDREEA VORNICU

Eva Sánchez reconocía que al subir hoy al autobús había sentido una sensación “extraña”. Desde hace más o menos un año coge todos los días la misma línea de bus y a la misma hora y “no había visto la cara” a los viajeros ni al conductor, “solo de refilón cuando bajamos del autobús”. Junto a ella, Laura ha optado por llevarla porque trabaja con personas mayores “y no solo por el covid sino que ahora estamos en época de catarros y es mejor prevenir”. Sin embargo, pese a esa opción personal, considera que es “un alivio” porque ya es decisión de cada persona y “todos somos responsables”. Y es que desde que el coronavirus llegó a España “mucho hemos cambiado”, ya que antes veíamos a los asiáticos con mascarilla y nos extrañaba y “ahora nosotros hacemos un poco lo mismo”, afirmaba Juan.

Los tapabocas han dejado de ser obligatorias en el transporte público pero todavía hay que llevarla en centros sanitarios, incluidas farmacias), y residencias de mayores; siendo ya el último reducto del coronavirus; eso y la prohibición de fumar en las terrazas, que sigue sin estar permitido, aunque casi nadie ya lo recuerde.