Entrevista | ENTREVISTA Presidente de las Cortes de Aragón

Sada: "Hasta yo me he extrañado de la paciencia que puedo llegar a tener"

El presidente de las Cortes de Aragón hace un balance positivo de la caliente legislatura que ha moderado | El socialista defiende a los políticos aragoneses: "Ha subido el ruido, pero no se ha perdido el respeto"

Javier Sada, presidente de las Cortes de Aragón, el pasado jueves en los pasillos del Parlamento.

Javier Sada, presidente de las Cortes de Aragón, el pasado jueves en los pasillos del Parlamento. / JAIME GALINDO

Ignacio Martín

Ignacio Martín

Pandemia, guerra, incendios, riadas...

No han podido pasar más cosas en esta legislatura, desde luego. Sobre todo afectó mucho la pandemia, que nos obligó a tomar medidas. Mi obsesión y la de la Mesa de las Cortes era que el Parlamento, en un momento de crisis, no se podía cerrar ni un solo día. Y así fue. Solo se tuvo que suspender el primer pleno, pero se recuperó posteriormente. Luego nos tuvimos que adaptar rápidamente a los cambios.

¿Supuso un cambio radical en el funcionamiento de las Cortes?

Absoluto. Se ha adelantado muchísimo tecnológicamente, lo cual se lo tengo que agradecer a los trabajadores de la casa. De no tener prácticamente nada, en pocos días fueron capaces de que pudiéramos hacer comisiones, votaciones... Adaptaron todo en muy poco tiempo y eso ha supuesto la incorporación definitiva de la telemática a la Administración.

¿Han cambiado mucho los debates respecto a la pasada legislatura, en la que se alcanzaron muchos consensos?

Son diferentes. En la anterior legislatura el Gobierno no tenía mayoría --el pacto PSOE-CHA sumaba solo 20 diputados (18-2) y solían apoyarse en los 14 de Podemos-- y mucho había que negociarlo dentro de este Parlamento. Ahora eso no ocurre porque los grupos que apoyan el Gobierno suponen la mayoría de la representación parlamentaria. Por lo tanto, las negociaciones se trasladan en parte a otro sitio. Legislaturas como la pasada son muy extrañas en política y es verdad que hasta las cosas más pequeñas se tenían que hacer en el Parlamento.

"Sí, ha subido el ruido, pero se ha mantenido el respeto. Y cuando el presidente ha dicho 'hasta aquí', han hecho caso"

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¿Le ha sorprendido el ruido creciente de los últimos meses?

Es verdad que sí ha crecido, pero con diferencias. Defender tus tesis incluso con vehemencia no es malo en política, pero no hay que perder el respeto. Un Parlamento se basa en el uso de la palabra y el respeto hacia el otro. Luego hay que cumplir las normas, donde quien tiene la última palabra es el presidente. Sí, ha subido el ruido, pero se ha mantenido el respeto. Y cuando el presidente ha dicho 'hasta aquí', han hecho caso.

¿La paciencia ya la tenía o se la ha tenido que labrar en los últimos meses?

La paciencia nunca ha sido una de mis virtudes. Ni yo mismo sabía la paciencia que podía llegar a tener, pero también es fácil ejercerla desde la Mesa, donde no tienes la tensión del debate. Sí que es verdad que hasta yo me he extrañado de la paciencia que puedo llegar a tener (risas). Aunque presidiendo las Cortes y moderando debates entiendo que hay que tenerla obligatoriamente. Y cuando no la tengo, intento no abrir el micrófono para que no se me note mucho (risas).

Un día los mandó usted a... tomar una cerveza.

Sí, me acuerdo. Lo que quise dar a entender es que los ciudadanos están en otro nivel. Les dije lo que pensaba hacer yo, irme a mi pueblo y tomarme una cerveza hablando de fútbol o incluso de política. Ahí en el bar nunca me han llamado rojo ni yo le he dicho facha a otro. Poner etiquetas es negativo y no hay que hacerlo en el Parlamento. Hay que defender las ideas, no las etiquetas. Así lo hacen los ciudadanos, que tratan los temas con más normalidad. Entre ellos no existe esa tensión que se ve en los parlamentos, aunque he de decir que ocurre muy pocas veces.

El presidente de las Cortes, en un momento de la entrevista en su despacho.

El presidente de las Cortes, en un momento de la entrevista en su despacho. / JAIME GALINDO

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¿Quiénes son los más indisciplinados con el reloj?

Los que más intentan estirar las intervenciones son lógicamente la oposición. Cuando veo que el debate es interesante soy condescendiente con los tiempos. Si no fuese así, la figura del presidente sobraría. Se pondría un reloj automático y punto. Hay algunos que se suelen pasar más en todos los grupos, pero permítame que diga el pecado pero no el pecador. Hay quien tiende a pasarse y otros que se comportan bien en la tribuna y desde fuera increpan más.

A veces incluso discuten con el de enfrente mientras uno de los suyos está en la tribuna.

Tampoco es algo grave siempre y cuando paren en el momento que se les diga. No es nuevo, ya pasaba en la legislatura pasada. Hay gente que es más guerrera y otra menos. Y no pasa nada siempre que no haya una falta de respeto. Espero que en los plenos que faltan (dos) no vaya a más el tema.

¿Estos últimos plenos de la legislatura son muy diferentes?

Se está pensando más en la campaña y en marcar las diferencias. Puede haber momentos de tensión, claro, pero el año pasado, por ejemplo, se aprobaron la mitad de las pnl (proyectos no de ley) presentadas.

"Les avisé cuando llegué de que no soy independiente, soy de un partido y voto a un partido, pero una cosa no quita otra y yo tengo claro cuál es mi función como presidente, que es garantizar que todos los diputados puedan hacer bien su función"

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En los grupos en general hablan con generosidad de Javier Sada, como presidente del Parlamento pero también como persona.

Es que como portavoz era bastante guerrero (ríe). Si es así, me voy satisfecho. Ya les avisé cuando llegué de que yo no soy independiente, soy de un partido y voto a un partido, pero una cosa no quita otra y yo tengo claro cuál es mi función como presidente, que es garantizar que todos los diputados puedan hacer bien su función, estén en mayoría o en minoría. Eso es lo que he intentado. Si lo he conseguido, me parecerá perfecto.

¿Ni siquiera de su partido se le han quejado?

Se quejan de todos (risas). Pero no ha habido grandes quejas y en los debates importantes he dado bastante tiempo y he tratado de mantener la figura de presidencia institucional. El presidente no tiene que ser noticia. En un Parlamento, la noticia son los portavoces y los diputados. Si el presidente es noticia, malo.

Así que puede asegurar a la gente que los diputados se llevan bien entre ellos, aunque a veces no lo parezca.

Sí, se llevan bien. Hasta en la Mesa, que estamos representados cuatro grupos, se ha acordado todo por unanimidad. El ambiente es bueno y se ha transmitido a la Junta de Portavoces. ¿Hay diferencias? Pues claro, con ocho grupos tiene que haber unas diferencias abismales. Para llegar a acuerdos, hay que hablar. Y eso aquí se ha fomentado siempre. Si dialogas puedes llegar o no a acuerdos. Pero si no lo haces es imposible.

Ya hay quienes van anunciando su marcha de la política. ¿Tiene decidido lo que quiere hacer?

Llevo en política desde los 15 años y tengo 66. Fui 20 años alcalde de Ateca y profesionalmente he sido político estos 20 años como diputado. La política de verdad está en los pueblos y funciona gracias a centenares de alcalde que están en el día a día.

"No tengo decidido lo que voy a hacer (cuando acabe la legislatura), pero la política no la dejaré nunca, aunque sea echando una mano en mi pueblo poniendo y quitando sillas en los actos de fiestas"

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¿No se ha cansado aún de política?

No tengo decidido lo que voy a hacer (cuando acabe la legislatura), pero la política no la dejaré nunca, aunque sea echando una mano en mi pueblo poniendo y quitando sillas en los actos de fiestas. Me he dedicado a dos profesiones (medicina y política) y las dos son maravillosas. Por denostada que esté la política sigue siendo una forma de buscar mejorías en la calidad de vida de los ciudadanos".

¿Le ha servido la medicina aplicada a la política?

Sí que sirve. En el fondo se trata de buscar el bien de las personas. Niego que los políticos estén lejos de la sociedad. Aquí a los que veo se patean mucho pueblos, muchas asociaciones...

Son trabajadores, quiere decir.

Sí. Es que si no, además, es muy difícil repetir de diputado. Se hacen muchos kilómetros, de verdad. Me gustaría dignificar la política, aunque, como se dice, de todo hay en la viña del señor. Pero ya le aseguro que la inmensa mayoría se lo toma en serio y trabaja bastante.

¿Qué es lo que más le enorgullece de estos cuatro años, tanto en el hemiciclo como en el palacio?

En el hemiciclo hemos establecido entornos que facilitan el diálogo y la negociación. Y hemos conseguido, al margen de lo estrictamente reglamentario, que el Gobierno accediera a que una parte de la negociación fuera en este Parlamento. Por ejemplo, todas las informaciones que se plantearon con la pandemia se produjeron aquí. Eso supone un respeto también al Parlamento. Y que se me haga caso en la moderación, me hace sentirme orgulloso también. El éxito no es solo de la presidencia sino de toda la Mesa.

Un instante de la entrevista con El Periódico de Aragón el jueves en las Cortes.

Un instante de la entrevista con El Periódico de Aragón el jueves en las Cortes. / JAIME GALINDO

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¿Y en La Aljafería?

Nos propusimos y conseguimos la transformación tecnológica, bajamos las emisiones contaminantes casi a la mitad y queríamos ser un Parlamento accesible a todos, que vamos a terminarlo en breve. Hablo de accesibilidad no solo física, sino cognitiva, sensorial...

Y el palacio como monumento...

Nos planteamos modernizar las visitas y ahí está la 'app', con la realidad aumentada, etcétera. Y hemos conseguido recuperar los visitantes después de la pandemia en menos de un año. Además, las descargas de la aplicación, que lleva muy poco tiempo funcionando, ya son más de 10.000.

¿Comparte la idea de que La Aljafería está poco reconocida?

Quizá en Aragón, sobre todo en Zaragoza ciudad, es donde menos conocida sea pero, ojo, que 300.000 visitas son muchas. Es el segundo edificio más visto. Aun así, hay que seguir existiendo en la modernización porque los visitantes son muy diversos, piden cosas diferentes, y lo estamos consiguiendo. La gente ya no quiere ser solo ver el monumento y que le expliquen lo que era y lo que es, sino tener muchas más posibilidades.

23 de abril de 2020: "Ese acto, esa sobriedad, ese día, es una de las fotografías impactantes de esta legislatura"

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¿Qué instante elegiría de estos cuatro años? Fue desgarrador el acto de San Jorge en 2020, por ejemplo.

Ese fue uno de los momentos más emocionantes. Estuvimos dudando si hacíamos el 23 de abril ese año, pero quisimos dar la impresión de que en un momento duro el Gobierno también está ahí. Y lo hicimos, con todas las limitaciones pero una voz unánime y una declaración firmada por todos. Ese acto, esa sobriedad, ese día, es una de las fotografías impactantes de esta legislatura.

Ha celebrado 40 años de las Cortes.

Esos 40 años de Cortes han sido 40 años de Estatuto de Autonomía, que es un instrumento formidable que sirve para buscar los espacios de desarrollo económico que necesitaba la comunidad. Sirve para adaptar la realidad de los servicios públicos a nuestra comunidad. ¿O alguien se piensa que habría colegios con tres niños si eso se decidiera desde Madrid? Imposible. El Estatuto ha funcionado y con la última adaptación es otro impulso hacia delante. En los asuntos fundamentales nos hemos puesto siempre de acuerdo todos los aragoneses, todas las fuerzas políticas.

Y 25 años de la restauración de La Aljafería.

Antonio Embid tuvo el empeño de que las Cortes estuvieran aquí, primero por trascendencia histórica y luego por recuperar un edificio sin el que es imposible entender ni la historia de Aragón ni la de España. Hoy es un motor turístico, y que estén las Cortes aquí, además, ha propiciado que haya tenido un buen mantenimiento.

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