LA GRAN CONSTRUCTORA MUDA SU SEDE FISCAL A LOS PAÍSES BAJOS

La huella de Ferrovial en Aragón: todo lo que los Del Pino 'pescaron' en la comunidad

La compañía presidida por Rafael del Pino ha abanderado la construcción y reforma de edificios e infraestructuras emblemáticas en la comunidad: de la reforma a la Catedral de la Seo a la primera Romareda, las filiales de Ferrovial han construido infraestructuras que configuran buena parte del 'skyline' aragonés

Bien podría responderse con un eslogan del tipo 'Hecho por Ferrovial' a aquellos curiosos que quisieran conocer qué empresa está metida en las obras del recrecimiento de Yesa desde 2001, cuál se adjudicó la concesión durante 26 años de la autovía A-2 a su paso por Zaragoza, quién reformó la catedral de La Seo en Zaragoza y amplió el hospital Miguel Servet. O qué compañía construyó la bajada de Monrepós por la A-23, el tramo Figueruelas-Gallur de la A-68 o qué otra hizo la renovación del Mercado Central de Zaragoza. El denominador común existe y aún podría irse más allá: todas llevan el sello del concurso público que un día se llevó Ferrovial.

El terremoto que ha provocado la multinacional presidida por Rafael del Pino Calvo-Sotelo (y fundada por su padre) con la decisión corporativa de mudar su sede fiscal a Países Bajos solo es entendible si uno se atiene al inmenso volumen de obra pública que ha ejecutado desde 1952. La huella de Ferrovial es profunda en las arcas públicas y en el 'skyline' de todo el país. Por supuesto, también en el paisaje urbano de Aragón.

Las redes de Ferrovial y sus filiales 'pescan' y han 'pescado' adjudicaciones multimillonarias en infraestructuras, conservación, energía o servicios, pero el buque insignia de la compañía es la construcción. Muchas veces como parte de una unión temporal de empresas (UTE), otras tantas en solitario, la filial Ferrovial Construcción se hizo solo en la capital aragonesa con megaobras como la construcción de la estación Delicias junto a FCC (166,5 millones que luego ascendieron a 237,9 por costes sobrevenidos) y la de Cercanías del Portillo (14,3 millones). En tiempos recientes, Ferrovial también ha ejecutado la reforma del hospital Miguel Servet por el ala de Traumatología (60 millones de euros), inaugurada en el año 2001, o la renovación del Mercado Central de Zaragoza (10 millones), que fue presentada en sociedad en 2018.

La reforma del Mercado Central fue ejecutada por Ferrovial-Agromán por 10 millones de euros y se presentó a la sociedad en 2018.

La reforma del Mercado Central fue ejecutada por Ferrovial-Agromán por 10 millones de euros y se presentó a la sociedad en 2018. / Carlos Gil Roig

Sin embargo, la presencia de la compañía se remonta mucho más allá de estas últimas actuaciones. Ferrovial llevó a cabo un proceso de compra de la mítica constructora Agromán entre 1995 y 1999, constituyendo Ferrovial Agromán en los estertores del siglo XX. La empresa que quedaba absorbida había levantado en Aragón obras del calibre del estadio de fútbol de la Romareda (se inauguró en 1957 y costó 16 millones de pesetas de la época, siendo la oferta más barata). También se había adjudicado desde 1986 las tres fases de la reforma de la catedral de La Seo por casi 320 millones de pesetas, un monumento que permaneció 30 años cerrado y cuya reapertura se celebró en 1998.

Ferrovial Servicios se llevó en 2007 la concesión de la reforma y conservación de la A-2 entre Calatayud y Alfajarín durante 19 años, licitada por 400 millones de euros

Fue 25 años más tarde, allá por 2020, cuando los Del Pino se decidieron a jubilar la vieja Agromán, renombrando como Ferrovial Construcción a la filial. Una curiosidad: las dos últimas torres de la basílica del Pilar (las que dan al río Ebro) fueron levantadas con la participación de Agromán.

El lucrativo negocio de las autopistas

Pero el negocio de Ferrovial no estaba solo en el patrimonio. Bien es sabido que es en las grandes infraestructuras donde se corta el bacalao, las concesiones y adjudicaciones que posicionan en el podio del capital a las compañías del IBEX. No debe eludirse que Ferrovial fue una de las integrantes del grupo de siete grandes constructoras que en 2022 fue multada por la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC) con 204 millones por pactar contratos públicos entre 1992 y 2017.

En lo que a Aragón corresponde, Ferrovial se hizo con el proyecto (junto a la Compañía de Obras Castillejos) para ejecutar casi 15 kilómetros de la bajada del puerto de Monrepós por la A-23 entre Caldearenas y Lanave, que incluye uno de túneles mejor considerados de España por su innovación en seguridad y el viaducto del Fontanal. Las obras sufrieron varios retrasos y sobrecostes. La primera licitación se hizo por 67 millones pero el coste final rozó los 115 millones.

El tramo de la autovía A-68 entre Figueruelas y Gallur cuando aún estaba en obras.

El tramo de la autovía A-68 entre Figueruelas y Gallur cuando aún estaba en obras. / EL PERIÓDICO

Otra de las vías que se adjudicó Ferrovial fue la construcción del tramo de 14 kilómetros de la A-68 que conecta Figueruelas y Gallur, inaugurado en marzo de 2021 tras una inversión de 61 millones de euros, poniendo punto y final a una reivindicación histórica en la lucha contra la siniestralidad vial en la N-232.

Sin embargo, la mayor concesión la logró Ferrovial en otro trazado. En 2007, el Ministerio de Fomento estaba inmerso en la renovación de las autopistas de primera generación. Adjudicó a la agrupación de empresas Grupo Ferrovial, Grupisa Infraestructuras y Ferrovial Agromán (tres filiales de la compañía de los Del Pino) el contrato de concesión para la conservación y explotación del tramo Calatayud-Alfajarín de la autovía A-2, una de las vías más transitadas de España por vehículos ligeros y pesados al estar en pleno eje Barcelona -Madrid. La licitación ascendía 402 millones de euros, encargándose otra filial de la compañía, Ferrovial Servicios (Ferroser), de la conservación.

El contrato se extendía hasta 2026, pero en febrero de este año Ferrovial se deshizo de la mítica Ferroser y se la vendió al fondo de inversión español Portobello Capital, que la ha renombrado como Serveo. De hecho, Ferroser sí contaba con multitud de contratos que dependen del Gobierno de Aragón: hasta 107 pueden contarse desde 2014, incluyendo el mantenimiento de varios edificios del complejo Expo, como Zentro Expo y los edificios de oficinas y varios lotes para el mantenimiento de prácticamente todos los edificios del Departamento de Justicia en la provincia de Zaragoza. Y aquí debe hacerse un aparte: Ferrovial forjó su emporio gracias a la construcción, pero su consolidación llegó a través de sus infinitas filiales, como Cintra (autopistas), Cadagua, Edytesa, Ferrovial Aeropuertos, Ferrovial Construcción, Ditecpesa o Tecpresa.

Así las cosas, queda claro que no solo del asfalto y el patrimonio vive Ferrovial, que diría aquel. Entre otros asuntos, el proyecto para el recrecimiento de Yesa fue adjudicado a la UTE formada por Ferrovial Agromán, FCC Construcción y ACS (la compañía de Florentino Pérez) en 2001 por 113 millones. Las obras no han terminado aún cuando ya han pasado 22 años desde su inicio. El coste de la actuación rozará los 500 millones de euros en 2025 tras años de contestación social por las afecciones a los pueblos en zona de inundación e imprevistos por la inestabilidad de la ladera derecha, la causa a la que se achacan los sobrecostes del presupuesto.

La vieja Romareda, aún hoy en pie, fue construida por la constructora Agromán en 1957 por 16 millones de pesetas. La empresa fue absorbida en 1995 por Ferrovial.

La vieja Romareda, aún hoy en pie, fue construida por la constructora Agromán en 1957 por 16 millones de pesetas. La empresa fue absorbida en 1995 por Ferrovial. / EL PERIÓDICO

Otro proyecto que suscitó cierta polémica fue la depuradora de aguas residuales de Utebo, que debería haber dado servicio a 70.000 personas de los municipios de La Joyosa, Pinseque, Sobradiel, Torres de Berrellén, Casetas , Garrapinillos y La Joyosa. El contrato se lo adjudicó la UTE liderada por Cadagua (la filial de Ferrovial para el tratamiento de aguas) y Ferrovial Agromán. El proyecto se licitó por más de 61 millones de euros (acabó costando 129) y contemplaba la explotación de las instalaciones por un periodo de dos décadas desde que se inauguró en 2018, 14 años después de la adjudicación del contrato.

También hizo sus pinitos Ferrovial con el mundo inmobiliario zaragozano. Ferrovial Inmobiliaria fue la promotora de los edificios Al-Ándalus, ubicados en el distrito Universidad junto a la avenida Gómez Laguna, así como de un bloque de 203 viviendas en el barrio de Miralbueno, junto al camino del Pilón. También protagonizaron una promoción en Cuarte de Huerva.

Solo con las grandes obras recopiladas por este diario (sin cuantificar las valoradas en pesetas, como aquella primitiva Romareda que hoy sigue en pie), la suma de los contratos de Ferrovial en Aragón suma más de mil millones de euros. 

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