El grupo Vall Companys apuesta por Aragón como kilómetro cero de su economía circular

La economía circular y la sostenibilidad son claves para el presente y el futuro del sector agroalimentario y en particular, del sector porcino y avícola. Poner en funcionamiento proyectos y metodologías que favorezcan la producción de alimentos de manera sostenible, con un reaprovechamiento total de los subproductos, regenerando valor, cuidando el medio ambiente y la salud de las personas, se ha vuelto una prioridad para la gran mayoría de las empresas. 

En este contexto, el grupo agroalimentario Vall Companys, especialista porcino y avícola con gran implantación en nuestra tierra, ha hecho un paso adelante: invierte en una industria circular y en herramientas tecnológicas que contribuyen a conseguir una sostenibilidad real.

El Grupo Vall Companys tiene cada vez más implantación en Aragón con cinco industrias de referencia ya consolidadas, un proyecto de innovación nacional para producir heparina a partir de 2025 y genera más de 2.300 empleos de calidad. La compañía tiene presencia en Ejea con Cárnicas Cinco Villas y una fábrica de pienso; en Calamocha con el secadero de Jamcal y la distribuidora Comercial Logística de Calamocha; una empresa de tripería y casquería en Mercazaragoza, International Casing Products, y una incubadora de pollos, Pondex, en Sástago. 

Aprovechamiento total del cerdo

Desde el primer grupo agroalimentario español, se ha hecho de Aragón el «kilómetro cero» de sus proyectos de economía circular. En un contexto, donde el sector cárnico llega a su máxima maduración; la compañía ha optado para situar en nuestra tierra proyectos compartidos de alto valor añadido: International Casing Products y la futura Biovall en Zaragoza, y VeosIbérica en Monzón. Estos dos últimos casos son empresas participadas.    

ICP, compañía especializada en el faenado, procesado y selección de productos de casquería y tripería, destaca por la valorización de los subproductos procedentes del sacrificio y despiece del cerdo. Se utilizan productos que podrían ser considerados residuos y se convierten en una materia prima susceptible de ser transformada en productos comestibles, ingredientes para la industria ‘Pet Food’ (alimentos para animales) e incluso para la industria farmacéutica. 

En este sentido, una de las principales vías de aprovechamiento de la casquería (vísceras blancas y rojas) es el uso directo como alimento, que además son fuentes excelentes de nutrientes tales como aminoácidos esenciales, minerales y vitaminas. La grasa de cerdo también es comúnmente usada como grasa comestible, a semejanza con la mantequilla, cuyas cualidades dependen de la parte del cerdo de donde procede y de la forma en que ha sido procesada. Asimismo, suele utilizarse en la fabricación de jabones y cremas. También destacan las tripas de cerdo, que son obtenidas como un producto secundario en el sacrificio del cerdo para hacer embutidos. 

Más de 3,2 millones de euros invertidos en energía renovable en Aragón

Como parte de la ambiciosa apuesta por la economía circular que impera en el grupo agroalimentario, la compañía también llevó a cabo durante 2022 una inversión de 3,2 millones de euros en las plantas ubicadas en la comunidad aragonesa en materia de energía renovable. Para este año, el grupo prevé una inversión de 3 millones de euros, dando continuidad a su objetivo por aumentar el autoconsumo y fortalecer el uso de renovables a través de la utilización de energía solar fotovoltaica. Con ello, se espera alcanzar una generación de energía verde de 13 GWh/año. También se prevé una reducción de hasta 1.430 toneladas de emisiones de CO2 al año, lo que equivale a la plantación de 53.000 de árboles anuales o, lo que es lo mismo, 135,6 vueltas a la tierra (5.426.533 km/año).

De la granja a la farmacia: el cerdo necesario para la salud humana

Pero la gran innovación pasa por enlazar el sector ganadero porcino con la industria farmacéutica y contribuir a un mejor estado del bienestar. Muchos medicamentos importantes son derivados de origen animal. En las salas de tripería de ICP se encargan de extraer la mucosa del intestino del cerdo para que industrias farmacéuticas produzcan heparina. También se extrae del páncreas porcino, órgano valorado por sus propiedades digestivas, para que terceros lo transformen en insulina.  

Por ello, el Grupo Vall Companys ha dado un paso más impulsando, junto con la compañía farmacéutica Bioiberica, el proyecto Biovall Heparine Science. Esta nueva empresa llevará a cabo la producción cruda de heparina a partir de la extracción de mucosa intestinal porcina, tal como anunció Jorge Azcón alcalde de Zaragoza.

El liderazgo nacional de Vall Companys y de Bioibérica garantiza el desarrollo de un proceso con los máximos estándares industriales, máxima trazabilidad, máxima seguridad y calidad de producto. Este proyecto será realidad con la previa ampliación de ICP y la posterior puesta en marcha de Biovall con una inversión de 25 millones y creación de 20 puestos de trabajo cualificados.  

Los ejemplos de ICP y Bioibérica no son una anécdota. Vall Companys ya impulsó junto el grupo belga Veos Group, una planta industrial ubicada en la localidad oscense de Monzón. Veos Ibérica es un proyecto de innovación y de economía circular que procesa la sangre del cerdo, separa el plasma de la hemoglobina, la seca y elabora dos productos en polvo con alto contenido proteico. Estos productos sirven para optimizar piensos para lechones o acuicultura.