La cartilla de los diputados: La nueva declaración de bienes

Los diputados españoles están obligados a declarar sus bienes al tomar posesión de su escaño en el Congreso. También lo hacen cuando son cesados de su cargo, por lo que es fácil comprobar cómo le ha ido durante cuatro años a los congresistas aragoneses y a sus cuentas corrientes. Seis de los diputados de la pasada legislatura han tenido que pasar por ese segundo trámite, mientras que los otros siete no, ya que pertenecían hasta hace solo unos días a la diputación permanente.

Noemí Villagrasa presentó en su declaración de 2019 una cuenta corriente con 14.760 euros, así como un salario en la DPZ de 28.532 euros. Cuatro años después, su registro incluye, además, un piso en Zaragoza, adquirido en 2020, y su cuenta contiene 42.393 euros. Además, adquirió un Nissan Qashqai. Para la compra del inmueble solicitó un préstamo de 76.000 euros y para el coche, de 17.000 euros. Otro socialista, Alfredo Sancho, añadió durante estos cuatro años un local a su nómina de inmuebles en Benabarre, que en 2019 se componía de un primer local y una vivienda. En capital, pasa de tener 16.132 euros en tres cuentas a 47.533 repartidos en dos cuentas corrientes. El último socialista aragonés que ha tenido que hacer este registro es Herminio Sancho. El turolense repite en inmuebles y naves ganaderas, pero supera los 62.000 euros en su cuenta (en 2019, poco más de 4.100 euros) y añade unos 37.000 euros en un fondo y más de 4.000 en capital social. Sancho cuenta con cuatro préstamos, dos añadidos durante la legislatura, por un valor de 428.000 euros.

Pocas novedades en las cuentas del popular Eloy Suárez, que en estos cuatro años ha heredado 1/16 de una finca rústica en León y ha elevado sus cuentas en sus depósitos hasta los 202.350 euros. Sin embargo, el diputado del PP tiene un piso menos en Zaragoza (en 2019 declaró tener tres en la capital aragonesa, así como una vivienda en Huesca y otra en Cantabria) y un vehículo menos (un Lexus, mientras que en 2019 declaró también la posesión de un Jaguar).

Los cambios registrados por Pedro Fernández, diputado de Vox por Zaragoza, son todavía más testimoniales que los del diputado del PP. Fernández cambió su fuente de ingresos de la abogacía al Ayuntamiento de Madrid, donde ejerció como concejal la pasada legislatura, y tuvo una subida de 6.000 euros en sus cuentas, hasta los 16.000 en total. Cambió un Dacia Dokker por un Mazda Mx-5, mientras mantuvo su Dacia Sandero. Hoy acumula una deuda en préstamos bancarios de poco más de 112.000 euros, mientras que en 2019 el montante superaba los 178.000 euros.

Cierra la lista de aragoneses Tomás Guitarte, de Teruel Existe, que dejó la arquitectura para centrarse en la vida parlamentaria. Las cinco viviendas que tenía en propiedad en 2019, además de la mitad y un cuarto de otra, siguen intactas, excepto ese cuarto final que ya no aparece en la declaración. Tampoco se han movido sus parcelas en el campo turolense, aunque sus arrendamientos han crecido desde los 11.000 hasta los 37.000 euros. También han bajado sus préstamos: Guitarte debía a entidades bancarias 368.442 euros, mientras que en este 2023 su deuda queda en 213.802 euros.

Los socialistas Susana Sumelzo, Pau Marí Klose y Begoña Nasarre formaban parte de esa diputación permanente, en la que también estaban los populares Pedro Navarro, Mario Garcés y Alberto Herrero. El diputado podemista Pablo Echenique, que abandonó la política, también formaba parte de este organismo del Congreso.