Deterioro en el camposanto

La falta de personal y los años le pasan factura al cementerio de Torrero

Las brigadas de Torrero reclaman más plantilla para mantener las instalaciones

El presupuesto para las 10 necrópolis municipales asciende a 467.319 euros

Una de las aceras del cementerio de Torrero deteriorada por el paso del tiempo.

Una de las aceras del cementerio de Torrero deteriorada por el paso del tiempo. / Jaime Galindo

Judit Macarro

Judit Macarro

El paso del tiempo se deja notar en el cementerio de Torrero, inaugurado en 1834, donde los achaques de la edad se pueden observar en sus aceras levantadas o en sus escaleras metálicas rotas y oxidadas. Al igual que pasa en todas las casas, en el camposanto principal de Zaragoza siempre hay algo que reparar o reformar. Los días y los meses pasan y las calles del cementerio cada vez se deterioran más. El problema envejecimiento, según los trabajadores de la brigada de enterradores, se suma la falta de personal para poder cubrir las 56 hectáreas de la necrópolis municipal.

«Estoy yo solo para reparar los desperfectos», denuncia el único técnico del camposanto de Torrero. «Cuando llegué en 1993 en la brigada éramos 15 trabajadores. Nueve operarios, tres oficiales y 1 maestro que desaparecieron en 2005 para quedarme solo yo», explica.

Tras 18 años de soledad, la paciencia del técnico se ha ido desgastando a la par que el cementerio. «Hay estropicios que me cuestan una mañana entera reparar, pero si hubiera dos trabajadores más se reducirían los apaños a un par de horas», asegura. Esta dilatación temporal provoca a que los problemas técnicos del camposanto se acumulen, al igual que las quejas de los visitantes. «Cada vez que me cojo unos días de fiesta, cuando vuelvo tengo un montón de papeles tanto de cosas por arreglar, como de quejas de familiares que lamentan el mal estado de las instalaciones. Y con razón», señala.

El cementerio de Torrero cada día recibe 50.000 personas. «Más visitas que las que acoge en los días ordinarios la plaza del Pilar», asegura otro trabajador de la brigada de enterradores.

Esta afluencia, ya de por sí voluminosa, se incrementa durante el día de Todos los Santos. «Fecha en la que el ayuntamiento parece recordar la existencia del cementerio y se pone las pilas para prepararlo todo», comenta el operario, quien junto a sus compañeros de brigada lleva trabajando en la preparación del festivo desde el día 16 de octubre. «Hemos doblado turnos para llegar a todo y los que estaban de libranza han tenido que trabajar», asegura el empleado de Torrero.

Durante estas últimas semanas, su trabajo ha consistido en engrasar 240 escaleras del cementerio, colocar 600 kilómetros de valla para el parking o sanear los caminos de la necrópolis. Además de estas tareas para acicalar el camposanto para su día especial, «le echamos una mano a nuestro compañero de mantenimiento cuando podemos, porque el pobre tiene mucho trabajo», señala.

Uno de los trabajadores del camposanto moviendo una escalera estropeada.

Uno de los trabajadores del camposanto moviendo una escalera estropeada. / Jaime Galindo

La gestión

El ayuntamiento de Zaragoza es el encargado de gestionar diez cementerios de la ciudad, el de Torrero y los nueve barrios rurales (Alfocea, Casetas, Juslibol, Montañana, Monzalbarba, Movera, Peñaflor, San Juan de Mozarrifar y Torrecilla de Valmadrid).

La administración del camposanto de Torrero recae directamente en manos del ayuntamiento, mientras que la competencia de los cementerios rurales la capitanean las propias alcaldías de barrio. «Son los regidores de cada distrito los que tienen la llave de las hectáreas y los que se encargan de su cuidado», explican fuentes del ayuntamiento a este diario.

Estos diez camposantos sobreviven bajo un presupuesto de 467.319,47 euros, que se dividen en partidas como: «mantenimiento, actividades culturales, recuperación de nichos y sepulturas, alquiler de maquinaria y otros servicios», enumeran desde el área de cementerios.

Con esta cantidad se realiza la gestión diaria de las necrópolis zaragozanas, junto al trabajo que desempeñan las Brigadas del Cementerio. Pero esta suma de dinero no se destina exclusivamente a los camposantos, «porque hay que tener en cuenta proyectos específicos que se ejecutan a través de partidas contempladas en Arquitectura (Urbanismo), como los 482.000 euros destinados a los nuevos columbrarios que se estrenaron este año», señalan las mismas fuentes.

Al trabajo diario deben sumarse las actuaciones de Serfutorsa (Servicios Funerarios de Torrero), concesionaria de los servicios de incineración, ceremonias, velatorios y tanatorio. «Ellos tienen personal y se encargan del mantenimiento y limpieza de algunos espacios del recinto», aseguran desde el ayuntamiento. Mantenimiento más que suficiente para los responsables municipales, incrementado con las tareas realizadas por la Escuela Taller Ricardo Magdalena. «Las prácticas consisten en tareas de jardinería, rehabilitación, mantenimiento o trabajos menores concretos», mencionan en el ayuntamiento.

Sin embargo, estas «ayudas» extras, para los funcionarios son insuficientes porque «no se imaginan la de trabajo que hay aquí», denuncian.