El impacto de las energías renovables

Adiós a los primeros molinos que revolucionaron La Muela

Los 16 vetustos aerogeneradores del Parque Aragón cumplen 30 años de servicio en mayo de 2024, lo que obliga a Endesa, la adjudicataria, a ejecutar una repotenciación de 81 unidades en total, que serán sustituidos por seis molinos de novísima generación

Cuentan las crónicas del año 1994 la historia de cómo unos «sofisticados» y «gigantescos» molinos se instalaron en La Muela. No eran más que 16 y conformaban el Parque Aragón, el primero que se puso en servicio en la comunidad autónoma tras siete años de proyectos experimentales. Eran unas máquinas de 31 metros de alto –ahora alcanzan los 108 metros– y contaban con una potencia instalada de 330 kilowatios –hoy pueden contar con 6 megavatios–. Eran los aerogeneradores, que, sin nadie saberlo, abrían el horizonte a la pujante industria de las energías renovables, donde Aragón reina al producir el 13% del total generado en España. Y eran también los molinos que revolucionaron esa localidad ubicada en un altiplano del valle del Ebro que azotan los vientos del Moncayo, que, al son de la eólica, vio desatarse un descontrolado huracán de gasto público y expansión inmobiliaria y corrupción sin límites en una trama encabezada por la alcaldesa María Victoria Pinilla, que dejó 18 millones de euros de deuda en las arcas del ayuntamiento y manchó el nombre del municipio.

A partir de mayo de 2024, los viejos molinos que estrenaron la eólica en La Muela cumplirán 30 años, por lo que Endesa, la empresa adjudicataria, deberá jubilarlos. De momento no tienen orden de sustituirlos, pero tienen la licencia ambiental para repotenciar el parque junto a las plantas La Muela II y La Muela III por seis novísimos aerogeneradores que generan entre diez y quince veces la potencia que los vetustos treintañeros. «En La Muela tenemos ahora casi 300 aerogeneradores. Conforme se vayan ejecutando las repotenciaciones podrían quedarse en unos 50», explica Adrián Tello, el alcalde de CHA que se hizo con el bastón de mando en 2015 con solo dos de los 11 concejales y ahora gobierna con una mayoría de seis gracias al apoyo de IU. No es baladí: sustituyó a Soledad Aured (PP), una testigo protegido en calidad de denunciante de la Operación Molinos, una trama de corrupción y expansionismo sin límites orquestada por su predesora, María Victoria Pinilla (CDS y PAR).

De la historia reciente muelana fueron juez y parte esos 16 molinos de los que La Muela debe despedirse. Los auténticos testigos del auge, caída y renacimiento de un municipio que ha girado al son del viento. Fueron el primer parque eólico en servicio en Aragón tras los primeros proyectos experimentales de Endesa. Después, los parques eólicos se reprodujeron casi por esporas de la mano de la promotora inmobiliaria Aranade, cuyo edificio abandonado en el polígono Centrovía se mezcla con la quincena de esqueletos de hormigón que todavía configuran el paisaje de La Muela.

Adiós a los primeros molinos que cambiaron La Muela

Varias unidades del viejo Parque Aragón, instaladas en 1994. / ÁNGEL DE CASTRO

Esos son los restos del estallido de la burbuja inmobiliaria en un municipio que proyectó un macroplan urbanístico de 16.000 viviendas con las que La Muela aspiraba a ser la segunda localidad más poblada de Aragón. «Fue una locura y nadie la controló, ni siquiera el Gobierno de Aragón durante más de dos décadas», critica Tello sobre la gestión del municipio donde Pinilla construyó su parque de atracciones particular: un auditorio, una plaza de toros construida en 40 días ex profeso para un concierto de Julio Iglesias, un desorbitado complejo deportivo con spa y museos para todo: del Aceite, del Viento, de la Vida. Todo sufragado con dinero público que no existía en las arcas municipales.

Pinilla dirigió el municipio entre 1987 y 2011 y fue condenada a 11 años y cuatro meses de cárcel (tras una rebaja a la sentencia inicial de 16 años) por un repóker de delitos (malversación, prevaricación, blanqueo de capitales, cohecho y fraude, además de infracciones fiscales) por ser la cabecilla de la famosa Operación Molinos, que ligó para siempre a La Muela con un espectro de corrupción del que sigue intentándose liberar.

El alcalde de La Muela, Adirán Tello, junto a uno de los viejos aerogeneradores

El alcalde de La Muela, Adirán Tello, junto a uno de los viejos aerogeneradores / ANGEL DE CASTRO

«Hemos pagado el peaje durante años. Ha sido una travesía por el desierto porque no había quien quisiera venir, ni personas ni empresas. Todo el mundo tenía dudas, como es normal, pero ahora nadie parece acordarse con las inversiones que hemos recibido en los últimos años», critica Tello, en referencia a la pujanza del polígono Centrovía, donde Amazon ha desembarcado con un centro logístico que ha construido pero no abierto todavía para acompañar a Brembo, Arpa o Vestas, que llevan años en el municipio. También lo hará en los próximos años uno de los centros de datos que Microsoft proyecta en la comunidad.

De 1.000 a 7.500 habitantes

Todo aquello se pagó con unos impuestos y unas licencias de construcción que no daban de sí. El consistorio ingresa hoy unos 780.000 euros en concepto de impuestos por el Bices (el tributo a los Bienes Inmuebles de Características Especiales), pero la repotenciación de los parques eólicos que debe acometerse en los próximos años elevará el ingreso «por encima del millón», explica Tello, dado que buena parte de los parques se instalarán en monte de utilidad pública.

Ahora, el ayuntamiento ha liquidado la deuda y suma un remanente de 14 millones de euros con los que prevé ampliar el número de colectores de agua, el depósito de agua –construido en 1987, cuando La Muela tenía mil habitantes– y en la renovación de tuberías. Para ello destinarán cerca de «cinco millones de euros», cifra el alcalde, que apela al crecimiento sostenido para no superar los 7.500 habitantes hasta que avancen las infraestructuras. Paso a paso, porque La Muela tropezar dos veces con la misma piedra.