LOS EFECTOS DE LA GRAN TORMENTA DE JULIO

La reapertura del Lidl de Parque Venecia podría retrasarse hasta junio de 2024

La cadena prevé volver a subir la persiana del establecimiento en el primer semestre del próximo año

El 66% de los 27 trabajadores de la tiendan siguen en un erte por fuerza mayor

El supermercado Lidl de Parque Venecia fue una de las infraestructuras más dañadas por la gran tormenta registrada en Zaragoza el pasado 6 de julio. Este conocido establecimiento, ubicado en la entrada del barrio, junto al cuartel de la Policía Local, quedó totalmente destrozado y anegado por el agua de la lluvia torrencial que cayó ese día. Cuatro meses después de la tromba, el centro sigue cerrado a cal y canto, pero la empresa ya ha iniciado los primeros trabajos para acometer una costosa reforma, que se podría prolongar hasta medio año más.

La reapertura se retrasa respecto a lo estimado inicialmente. Desde la cadena alemana de alimentación no se aventuran a dar una fecha exacta, pero auguran que la actividad del amplio local ubicado en el número de 5 de avenida de la Policía Local retornará en el primer semestre de 2024, según informaron a este diario fuentes de la compañía. Tras valorar en los últimos meses la afectación que tuvo la tienda por el temporal, apuntan, "tenemos como objetivo reacondicionarla al máximo para volver a ofrecer el mejor servicio a nuestros clientes en el menor tiempo posible".

Estado de la entrada al supermercado, que quedó destrozado por la gran tormenta registrada el 6 de julio en Zaragoza.

Estado de la entrada al supermercado, que quedó destrozado por la gran tormenta registrada el 6 de julio en Zaragoza. / ÁNGEL DE CASTRO

Un guarda de seguridad vigila el local que ahora está desierto, donde puede verse material de construcción apilado junto a las puertas para ejecutar las obras. "Estamos trabajando para mejorar tu Lidl", exhiben varios carteles informativos de gran tamaño colocados en el exterior.

De lo que ocurra en este supermercado siguen muy pendientes los vecinos de este barrio del sureste de la ciudad, donde viven más de 10.000 habitantes, pero la oferta comercial a pie de calle es más bien limitada. Aunque se especuló con la posibilidad de una reubicación de la tienda, dada la magnitud de los daños y el temor a las consecuencias de otra tormenta, la empresa ha tomado la decisión de reacondicionar en profundidad las actuales instalaciones, que abrieron sus puertas por primera vez hace ahora once años.

Lidl invirtió 4,8 millones de euros en la puesta en marcha del establecimiento, muy concurrido desde sus inicios por situarse en una de las principales vías de acceso al centro comercial Puerto Venecia. Tiene 1.100 metros cuadrados de superficie de venta y hasta su clausura en julio contaba con 63 plazas de párquing para clientes.

Cuantiosos desperfectos

Todavía son muy visibles los cuantiosos desperfectos del edificio, que llegó a sufrir daños estructurales, según fuentes de la plantilla, por los efectos de la riada que se formó en la zona. El aparcamiento subterráneo situado en la planta sótano se inundó por completo, lo que echó a perder equipos eléctricos y maquinaria. Las decenas de coches que estaban estacionados en este espacio acabaron en el desguace, además de quedar inutilizados los ascensores, en los que, afortunadamente, no quedó atrapado ningún cliente.

Un cartel informativo instalado en el exterior del establecimiento.

Un cartel informativo instalado en el exterior del establecimiento. / ÁNGEL DE CASTRO

La cadena esperaba volver a subir la persiana del supermercado a finales de noviembre, coincidiendo con la campaña del Black Friday y el inicio de la campaña de la Navidad. En la aplicación de Lidl se llegó a anunciar el 21 de noviembre de 2023 como fecha orientativa de reapertura. Sin embargo, esta tardará en llegar más tiempo del previsto inicialmente debido a la intensidad de los daños. Desde la empresa confían ahora en que pueda ocurrir en el primer semestre de 2024.

19 trabajadores en erte

Debido al cierre forzoso, la empresa acordó con los sindicatos la aplicación de un expediente de regulación temporal de empleo (erte) por fuerza mayor para los 27 trabajadores de la tienda, aunque nueve de ellos fueron recolocados voluntariamente en otros establecimientos de la cadena en Zaragoza, la mayoría encargados, pero también dos cajeras. De esta manera, un total de 18 personas continúan con sus empleos suspendidos.

La duración inicial del erte era de un máximo de seis meses (del 10 de julio al 6 enero), un plazo que toda probabilidad se tendrá que prolongar. En caso de que así sea, la empresa complementará al 70% del salario bruto de lo que perciba la plantilla del desempleo, según recordaron desde OSTA. La plantilla, formada fundamentalmente por mujeres con hijos, está "tranquila" a la espera de que la empresa certifique la reapertura.

Desde Lidl no han dado a conocer detalles sobre la reforma que se ha iniciado, pero entre opciones que se barajaban estaba la de recrecer el edificio, es decir, aumentar su altura para protegerlo de futuras avenidas de agua que se pudieran generar en este punto por lluvias torrenciales.